Contradicciones, ambig¨¹edades y mentiras en la crisis con Qatar
Los rivales de Doha cometen a menudo los mismos pecados de los que acusan a su vecino
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?Son los Hermanos Musulmanes un grupo terrorista? ?Est¨¢n los Pasdar¨¢n iran¨ªes desplegados en la capital de Qatar? ?Es extremista el canal Al Jazeera? Tales son las asunciones que respaldan el ataque diplom¨¢tico y medi¨¢tico que Arabia Saud¨ª, Emiratos ?rabes Unidos (EAU), Bahr¨¦in y Egipto han lanzado contra su vecino Qatar. Una mirada atenta desvela contradicciones, ambig¨¹edades e incluso burdas mentiras, que dicen m¨¢s de los miedos regionales que de la propia (y discutible) pol¨ªtica catar¨ª. Da la impresi¨®n de que en la rivalidad, como en la guerra, todo vale. Pero la exageraci¨®n termina por deslegitimar cualquier agravio percibido o real.
El terrorismo como pretexto. El eje central de las acusaciones a Qatar es su supuesto apoyo al terrorismo, una alegaci¨®n que sin duda los Gobiernos de Riad y Abu Dhabi, que encabezan el aislamiento a Doha, esperaban que suscitara el inter¨¦s de EEUU y otros pa¨ªses occidentales. Para estos, el terrorismo es hoy esencialmente el perpetrado por el Estado Isl¨¢mico (ISIS) y Al Qaeda, dos grupos que tambi¨¦n condenan todos los implicados en la crisis diplom¨¢tica del Golfo. Sin embargo, los Gobiernos que se sienten agraviados por Qatar echan en el mismo saco cualquier oposici¨®n pol¨ªtica e incluso actividades de la sociedad civil, como evidencia la ley antiterrorista que Arabia Saud¨ª promulg¨® a principios de 2014.
Su bestia negra declarada son los Hermanos Musulmanes (HM), un movimiento pol¨ªtico-religioso surgido en Egipto y que abraz¨® la democracia para llegar al poder. Las autoridades de El Cairo y Abu Dhabi ven en ellos una amenaza existencial a su poder, la ¨²nica alternativa de Gobierno veros¨ªmil. No obstante, su clasificaci¨®n como terroristas es altamente discutida. Ni siquiera Ham¨¢s, el grupo palestino que comparte la ideolog¨ªa de los HM, suscita unanimidad (EEUU lo considera una organizaci¨®n terrorista, el Reino Unido s¨®lo a su ala militar y en la UE la designaci¨®n est¨¢ siendo revisada judicialmente).
Qatar nunca ha escondido sus simpat¨ªas hacia los Hermanos Musulmanes. El jeque Hamad, padre del actual emir, realiz¨® en 2012 una sonada visita a Gaza, bajo control de Ham¨¢s, y financi¨® generosamente al Gobierno de Mohamed Morsi (HM) en Egipto, desalojado del poder un a?o m¨¢s tarde en el golpe militar respaldado por EAU y Arabia Saud¨ª. Lo sorprendente es que dos de los pa¨ªses que le acusan de esa afinidad no tienen problema en alinearse con grupos similares cuando les interesa. Arabia Saud¨ª trabaja en Yemen con el Islah, a quien ve como un baluarte frente a los Huthi, y la familia gobernante de Bahr¨¦in (sun¨ª), un sat¨¦lite saud¨ª desde que Riad envi¨® sus tropas en 2011, cuenta con el apoyo de Al Membar para hacer frente a la mayor¨ªa chi¨ª.
Hechos alternativos. Curiosamente la primera de las 13 exigencias a Doha de sus vecinos-rivales no se refiere al terrorismo sino a Ir¨¢n. En ella le instan a ¡°expulsar a los miembros de la Guardia Revolucionaria iran¨ª [los Pasdar¨¢n] y romper con cualquier cooperaci¨®n militar conjunta con Ir¨¢n¡±. Sin duda ese Ej¨¦rcito paralelo, creado para salvaguardar la revoluci¨®n iran¨ª de 1979, fue clave en la creaci¨®n del partido-milicia Hezbol¨¢ en L¨ªbano y se ha inmiscuido en Irak y Siria, pero nadie ten¨ªa noticia de su presencia en Qatar, cuya relaci¨®n con Teher¨¢n es correcta pero no calurosa. Aunque ambos vecinos comparten un importante yacimiento de gas, los v¨ªnculos de Om¨¢n o Dub¨¢i (uno de los siete emiratos de EAU) con Ir¨¢n son mayores. Doha retir¨® a su embajador de este pa¨ªs tras la quema de la Embajada saud¨ª a principios de 2016.
El texto tampoco presenta prueba alguna de la presencia de los Pasdar¨¢n en suelo catar¨ª. Pero el infundio se empez¨® a difundir de antemano. ¡°Miembros de la Guardia Revolucionaria de Ir¨¢n protegen al emir de Qatar dentro de palacio¡±, aseguraba citando fuentes egipcias sin identificar una informaci¨®n no firmada en la web de la cadena saud¨ª Al Arabiya el pasado d¨ªa 7. Con anterioridad, comentarios publicados en la prensa saud¨ª hab¨ªan asegurado que un alto funcionario catar¨ª se hab¨ªa reunido con el general Qasem Soleimani, el responsable de las acciones de los Pasdar¨¢n en el exterior.
Al Jazeera en el centro de la guerra medi¨¢tica. Los agraviados acusan a la cadena de televisi¨®n catar¨ª de promover ¡°una agenda extremista¡± (Anwar Gargash, ministro de Estado de Exteriores de EAU). Sus responsables, que recuerdan el revulsivo que supuso su lanzamiento en 1996, dicen que es un pretexto para silenciar una voz cr¨ªtica. De hecho, hay precedentes. Arabia Saud¨ª ya logr¨® el cierre del primer canal en ¨¢rabe de la BBC poco antes de la salida de Al Jazeera, tal como recordaba estos d¨ªas el que fuera director de aquella Ian Richardson.
Quienes siguen con asiduidad la cadena catar¨ª se?alan que se aline¨® entusiasta con las revueltas ¨¢rabes en 2011 y poco a poco tom¨® partido por los islamistas. Sin embargo, en aquellos d¨ªas fue muy comentada la escasa cobertura que dio a las protestas de Bahr¨¦in (lideradas por la mayor¨ªa chi¨ª, largamente discriminada) y el env¨ªo de tropas saud¨ªes para ayudar a la familia gobernante (sun¨ª). Esa actitud, en consonancia con el resto de las petromonarqu¨ªas que hicieron bloque com¨²n ante los vientos de cambio, cuestiona la supuesta inclinaci¨®n proiran¨ª. Adem¨¢s, el canal en ¨¢rabe (el que realmente importa en esta crisis es ese, no el que emite en ingl¨¦s) ha mantenido dicha l¨ªnea hacia Bahr¨¦in.
No obstante, el en¨¦rgico apoyo a los l¨ªderes islamistas llev¨® a la salida de la cadena de varios periodistas que se sent¨ªan inc¨®modos con una cobertura que calificaron de ¡°parcial y politizada¡±. Al hilo de la crisis se han recordado los casos de varios presentadores que durante estos a?os han hecho comentarios sectarios contra los jud¨ªos, los alau¨ªes o los chi¨ªes. Aun as¨ª, esa l¨ªnea prosun¨ª no es, a decir de varios observadores, muy diferente de la que difunde Al Arabiya, el canal con el que Arabia Saud¨ª compite con Al Jazeera desde 2003 y que acoge a voces igualmente sectarias.
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