El a?o que convirti¨® a muchos contrarios al ¡®Brexit¡¯ en partidarios

Hace un a?o los brit¨¢nicos acudieron a las urnas para escoger entre solo dos opciones sobre su pa¨ªs escritas en las papeletas: "Continuar siendo miembro de la Uni¨®n Europea" / "Dejar la Uni¨®n Europea". No hab¨ªa t¨¦rmino medio. La decisi¨®n en favor de la segunda, es bien sabido, se zanj¨® por un margen estrecho: 52% frente a un 48%.

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En el tiempo trascurrido desde entonces, a aquel blanco o negro se le han a?adido matices. Ah¨ª siguen estando quienes votaron por la salida y ahora quieren que el Gobierno brit¨¢nico la asegure (los prosalida firmes o hard leavers) y quienes votaron por la permanencia pero creen que el Gobierno tiene que ignorar el resultado o incluso buscar el modo de anularlo (los firmes propermanencia o hard remainers). Pero en medio de la resaca del refer¨¦ndum ha surgido un tercer grupo, a modo de escisi¨®n conformista de los pro-UE: son aquellos que votaron contra el Brexit pero ahora creen que los gobernantes brit¨¢nicos tienen la obligaci¨®n de respetar el resultado y ejecutarlo. Son los re-leavers, algo as¨ª como los prosalida sobrevenidos, unos conversos movidos por una resignaci¨®n pragm¨¢tica ante el adi¨®s irremisible de su pa¨ªs al grupo de los Veintiocho.

Una encuesta del pasado marzo a cargo de la empresa de demoscopia YouGov daba la medida de la importancia de esta tercera Britania. Resultaron casi tan numerosos como los partidarios de la permanencia en la Uni¨®n Europea. El hecho de que las filas re-leavers se hubieran nutrido del antiguo voto europe¨ªsta demostraba que no exist¨ªa un arrepentimiento por el resultado del refer¨¦ndum. Tan amigos de los juegos de los acr¨®nimos, los medios brit¨¢nicos ya hab¨ªan inventado una palabra,?bregret (de?Brexit y regret, arrepentimiento), que la realidad ha demostrado que apenas tendr¨¢ uso. Para muestra, los resultados de un sondeo el pasado mes de marzo, en el que un 44% de los encuestados consideraba que Reino Unido hab¨ªa acertado al votar por la salida de la Uni¨®n frente a un 43% que pensaba lo contrario. Ambas cifras no distaban mucho de las recogidas en agosto del a?o pasado.

?Por qu¨¦ no ha habido ese gran arrepentimiento? A juzgar por otra encuesta de marzo, porque los brit¨¢nicos no identifican el Brexit con una p¨¦rdida de los privilegios de ser europeos. Ante la invitaci¨®n a elegir entre el acceso al mercado com¨²n europeo y la soberan¨ªa en materia de fronteras para frenar la inmigraci¨®n, un 16% de los encuestados prefer¨ªa el control sobre la inmigraci¨®n y un 24% el acceso al mercado com¨²n. Pero, sorprendentemente, un 40% consideraba factible llegar a un acuerdo con Bruselas que concediera a Reino Unido ambas potestades.

Un giro inesperado

Este escenario a tres bandas desdibuja la separaci¨®n de las posturas del Brexit seg¨²n el votante de cada partido. Hace un a?o, los conservadores mantuvieron una postura oficial de neutralidad; los laboristas, liberales y nacionalistas escoceses, se mostraron contrarios, y el ultraderechista UKIP en favor.

A solo un mes de las legislativas de junio, eran pocos los partidarios de la permanencia que iban a votar a la conservadora Theresa May. Pero casi la mitad del voto re-leaver, en cambio, declar¨® que le dar¨ªa su voto. En ese momento, los conservadores se iban a llevar un 10% de ese votante que los laboristas. ?

Y as¨ª pintaba todo al principio de la campa?a. Pero el dr¨¢stico giro de las tendencias en intenci¨®n de voto los d¨ªas previos al 8 de junio sacudi¨® tambi¨¦n la distribuci¨®n de los tres grupos entre el electorado de los partidos. Ese supuesto 10% de ventaja conservadora sobre los laboristas entre los re-leavers se torn¨®, cuando la suerte de los votos estaba echada, en un 16% en favor de los laboristas.

El analista pol¨ªtico de YouGov Chris Curtis reconoce que ese cambio los pill¨® por sorpresa. "Todav¨ªa no est¨¢ claro qu¨¦ es lo que llev¨® a esos votantes a decantarse por los laboristas, pero ese cambio fue un motivo fundamental de que Theresa May perdiera su mayor¨ªa absoluta". Para ser casi unos reci¨¦n llegados, los re-leavers se han mostrado tan esquivos como decisivos en un a?o crucial para la historia brit¨¢nica y europea.