Trump alerta a China de que est¨¢ dispuesto a actuar por su cuenta con Corea del Norte

La tensi¨®n avanza. El anuncio de Corea del Norte de que ha probado con ¨¦xito un misil bal¨ªstico intercontinental ha puesto un nuevo pelda?o a la escalada del terror. Lejos de arredrarse por la presi¨®n estadounidense, el l¨ªder supremo, Kim Jong-un, ha elegido la v¨ªspera de la fiesta nacional de EE UU para demostrarle al mundo que no parar¨¢ hasta tener capacidad para atacar a su enemigo con bombas nucleares. ¡°?No tiene este tipo nada mejor que hacer con su vida?¡±, tuite¨® un furibundo Donald Trump, horas despu¨¦s de haber hablado telef¨®nicamente con el presidente chino, Xi Jinping, y haberle comunicado que estaba dispuesto a actuar por su cuenta para presionar a Pyongyang.

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La propaganda de Corea del Norte estaba exultante. En sus proclamas, el misil, un Hwasong-14, alcanz¨® una altura de 2.802 kil¨®metros y recorri¨® en 39 minutos 933 kil¨®metros. Es la mayor altitud lograda nunca por un proyectil norcoreano y le permitir¨ªa hacer blanco en Alaska". ¡°Si los informes son correctos, puede llegar a una trayectoria est¨¢ndar de unos 6.400 kil¨®metros¡±, ha afirmado David Wright, de la Uni¨®n de Cient¨ªficos Preocupados.

Este martes, el secretario de Estado estadounidense Rex Tillerson confirm¨® que se trataba de un misil bal¨ªstico intercontinental a pesar de que los mandos militares lo hab¨ªan puesto en duda horas antes. "La prueba representa una nueva escalada en la amenaza hacia Estados Unidos, nuestros socios y aliados, la regi¨®n y el mundo", asegur¨® Tillerson en un comunicado. Fuentes oficiales del pa¨ªs norteamericano aseguraron a Reuters que el misil podr¨ªa alcanzar la costa de Alaska.

M¨¢s fr¨ªos se mostr¨® el Ej¨¦rcito ruso. Mosc¨² incluso lo rebaj¨® a un proyectil de alcance medio (altura de 535 kil¨®metros y recorrido 510 kil¨®metros antes de caer al mar de Jap¨®n).

Pero m¨¢s all¨¢ de la discusi¨®n t¨¦cnica que siempre envuelve a los ensayos norcoreanos, la clave del lanzamiento es pol¨ªtica. Y as¨ª se empe?¨® Pyongyang en hacerlo ver. Tras adelantar que iba a hacer un ¡°importante anuncio¡± televisado, la responsable de leer la noticia fue la septuagenaria Ri Chun-Hee, la presentadora ya retirada que en 2011 rompi¨® en l¨¢grimas al anunciar la muerte de Kim Il-sung y que el r¨¦gimen reserva para los comunicados de especial importancia.

¡°Como una orgullosa potencia nuclear que no solo posee armas nucleares sino el poderos¨ªsimo misil intercontinental que puede llegar a cualquier parte del mundo, Corea del Norte eliminar¨¢ la amenaza estadounidense¡±, aseguraba Ri mientras como im¨¢genes de fondo se ve¨ªa la orden de lanzamiento, firmada de pu?o y letra por Kim Jong-un, y al l¨ªder supremo felicitando el ¨¦xito de la prueba.

Desde que el dictador hered¨® el poder en diciembre de 2011 el programa bal¨ªstico y nuclear se ha acelerado. El 1 de enero pasado , Jong-un, de 33 a?os, anunci¨® que probar¨ªa un misil intercontinental y s¨®lo en los ¨²ltimos seis meses ha lanzado 13 proyectiles, m¨¢s que en estas fechas en los tres a?os anteriores. Y sea cierto o no que el ¨²ltimo tenga alcance intercontinental, tanto la fecha elegida, la v¨ªspera del 4 de julio, fiesta nacional de EEUU, como la inflamada propaganda oficial muestran el deseo de Pyongyang de desafiar a Washington. Poco importa que su renta per c¨¢pita sea casi 100 veces inferior o que un ataque al territorio estadounidense pueda desembocar en un contragolpe arrasador. La lun¨¢tica tiran¨ªa que impera en Corea del Norte basa su identidad en la amenaza de un conflicto exterior y dirige todos su esfuerzos al cumplimiento de un c¨¢lculo terror¨ªfico: la posibilidad de golpear, aunque s¨®lo sea una vez, a su enemigo.

Bajo este objetivo, el r¨¦gimen ha ido desarrollando a marchas forzadas su programa nuclear y bal¨ªstico. Un esfuerzo inmenso para un pa¨ªs paup¨¦rrimo y que a¨²n est¨¢ lejos de haber logrado su meta: ni siquiera est¨¢ claro que haya logrado dominar la tecnolog¨ªa necesaria para dotar esos misiles de cabezas nucleares, o lograr con ¨¦xito el reingreso en tierra una vez lanzados con carga. Problemas t¨¦cnicos que enfr¨ªan las alharacas de Pyongyang, pero no su determinaci¨®n a dotarse de armas de destrucci¨®n masiva con capacidad para atacar a EEUU.

Frente a esta amenaza, la Administraci¨®n Trump ha optado desde su llegada por incrementar la presi¨®n. Ha mostrado su fortaleza militar en aguas coreanas, con el env¨ªo de un grupo naval de combate, y ha redoblado sus gestos de amistad con Corea del Sur. Un pa¨ªs donde tiene 28.500 soldados y a cuyo presidente, Moon Jae-in recibi¨® Trump en la Casa Blanca el viernes pasado.

Paralelamente ha tratado de cambiar el signo de la pol¨ªtica china en este conflicto. El gigante asi¨¢tico absorbe el 90% del comercio norcoreano y tiene en su mano forzar un cierre del programa bal¨ªstico. El primer paso para ganarse a China fue una reuni¨®n en abril pasado con el presidente Xi Jinping en Mar-a-Lago (Florida). El encuentro acab¨® en palabras de Trump con el nacimiento de un amistad ¡°tremenda y espectacular¡±. Unas palabras que pronto se mostraron vac¨ªas. No hubo idilio alguno y Pek¨ªn, pese a las retiradas peticiones p¨²blicas del presidente estadounidense, no cambi¨® de posici¨®n. Trump, desenga?ado, decidi¨® buscar otro camino para convencer a Xi.

Desde que el 20 de junio, el presidente hiciera p¨²blico que Pek¨ªn no estaba ayudando lo suficiente, Estados Unidos no ha dejado de blandir la fusta. En este juego, ha sancionado a un banco chino por sus operaciones con Pyongyang, ha vendido 1.400 millones de d¨®lares en armas a Taiw¨¢n y este mismo domingo envi¨® un destructor a Trit¨®n, un min¨²sculo enclave perteneciente al avispero territorial de las islas Paracelso, en el mar de China Meridional. Toda una estrategia de tensi¨®n que culmin¨® horas despu¨¦s con una llamada telef¨®nica al presidente chino en la que Trump le hizo saber que su paciencia con Corea del Norte ha terminado y que est¨¢ dispuesto a actuar por su cuenta.

En este creciente pulso se sit¨²a la respuesta de Trump al lanzamiento del ¨²ltimo misil. Nada m¨¢s hacerse p¨²blica la prueba, afirm¨® en Twitter: ¡°?No tiene este tipo nada mejor que hacer con su vida? Dif¨ªcil creer que Corea del Sur y Jap¨®n vayan a aguantar mucho m¨¢s. Quiz¨¢ China haga un movimiento de peso en Corea del Norte y ponga fin a este sinsentido para siempre¡±.

Fue una contestaci¨®n a la que sigui¨® el silencio en un d¨ªa festivo. Todas las miradas est¨¢n ahora puestas en la cumbre del G-20. All¨ª se reunir¨¢n Trump y Xi. Corea del Norte ser¨¢ el eje de su conversaci¨®n. Otra vez.

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