A la sombra de Odebrecht
Tal vez haya comenzado el domin¨®
En diciembre pasado la firma Odebrecht se declar¨® culpable y acord¨® con autoridades judiciales en Estados Unidos y Suiza multas por 3.500 millones de d¨®lares. Ello por sobornos cercanos a los 800 millones de d¨®lares. Es la cifra m¨¢s alta en la historia de los arrepentimientos judiciales. Y son 77 los ejecutivos de la compa?¨ªa que accedieron a cooperar.
En arreglos de este tipo, los arrepentidos deben colaborar con el juzgado y la oficina del fiscal en todo lo que se les requiera, incluyendo divulgar la identidad de los funcionarios sobornados. Us¨¦ entonces la met¨¢fora Domin¨® Odebrecht, sobre la hip¨®tesis que un nombre empujar¨ªa al siguiente y as¨ª, uno tras otro, podr¨ªa caer una buena parte de la elite pol¨ªtica latinoamericana.
S¨²mese a esto que el juzgado de Nueva York, que lleva el expediente, ha compartido informaci¨®n con el sistema judicial de varios pa¨ªses. Ello ha dado ¨ªmpetus a jueces y fiscales, los cuales parecen haber acelerado las actuaciones de manera coordinada, o al menos coincidente, con la corte neoyorquina. Tal vez haya comenzado el domin¨®.
La condena de Lula parece ser la primera ficha. Desde abril pasado se conoce que las delaciones lo hab¨ªan implicado. Sobornos y d¨¢divas, como contraprestaci¨®n de favores, beneficiaron al expresidente, su esposa y su hermano. En la sentencia, el juez Moro hace menci¨®n a su tr¨ªplex de Guaruj¨¢ (construido por OAS), una casa de campo y varios empr¨¦stitos de obra p¨²blica. Lo curioso es que ahora hay incentivos para un amplio acuerdo pol¨ªtico entre el presidente Temer, tambi¨¦n en la mira judicial, y el l¨ªder m¨¢s importante de la oposici¨®n, Lula.
En la misma semana en Per¨², n¨®tese la sincron¨ªa, el expresidente Ollanta Humala y Nadine Heredia, su esposa y mujer fuerte de su gobierno, fueron sentenciados a prisi¨®n preventiva. Ello bajo el cargo de lavado de activos por los aportes recibidos para las campa?as electorales de 2006 y 2011. Al menos 3 millones de d¨®lares, la orden de dicha contribuci¨®n fue dada por el mismo Marcelo Odebrecht, seg¨²n su propia confesi¨®n.
En Argentina, se ha informado que las autoridades judiciales estadounidenses enviaron a Buenos Aires documentaci¨®n sobre el caso, como fue requerido por un juez y a solicitud de una diputada. All¨ª se documentan cuentas bancarias y coimas que van en direcci¨®n de Ricardo Jaime, exsecretario de transporte, hoy en prisi¨®n, y que implican a ejecutivos de la firma brasile?a en Argentina.
Las operaciones de Jaime, sin embargo, dif¨ªcilmente tuvieran lugar sin la participaci¨®n de Julio De Vido, hoy diputado que goza de inmunidad parlamentaria. En la ultima semana, tambi¨¦n casualmente, ha aumentado la presi¨®n de sus pares con el objetivo de desaforarlo. Del c¨ªrculo ¨ªntimo de los Kirchner desde sus comienzos pol¨ªticos en Santa Cruz, el arquitecto De Vido es conocido como "el cajero".
Tambi¨¦n esta semana, la Procuradur¨ªa General de Colombia pidi¨® al Consejo Nacional Electoral acelerar la investigaci¨®n sobre donaciones a las campa?as presidenciales de 2014, tanto la de Santos como la de Zuluaga. Ello ante la posibilidad de que la investigaci¨®n caduque. La Fiscal¨ªa insiste que documentaci¨®n en su poder le permite concluir que Odebrecht asumi¨® costos relacionados con las mismas y que los dineros originaron en la Divisi¨®n de Operaciones Estructuradas, la renombrada "Gerencia de Coimas".
Son unos pocos ejemplos, si bien todos coinciden en esta semana. Am¨¦rica Latina sigue bajo la larga sombra de Odebrecht, emblema de la colusi¨®n entre la pol¨ªtica y la "propina", dicho en portugu¨¦s. Es que ha sido m¨¢s que corrupci¨®n, entendida como el mecanismo ilegal de enriquecimiento para un funcionario publico. Eso era antes, la corrupci¨®n cl¨¢sica, casi benigna, de aquel funcionario que agregaba un diez por ciento en los contratos. Esto ha sido un r¨¦gimen pol¨ªtico, una estructura de dominaci¨®n.
Y como tal sist¨¦mica, necesitada de perpetuaci¨®n. Recu¨¦rdese la inauguraci¨®n del puerto de Mariel en La Habana. Fue en enero de 2014, en ocasi¨®n de la cumbre de CELAC, y est¨¢ en Youtube. Dilma Rousseff habla frente a los otros jefes de Estado. A su derecha, Marcelo Odebrecht, a quien reconoci¨® por nombre cual si fuera un dignatario m¨¢s.
Es que lo era. Odebrecht era una canciller¨ªa paralela, la met¨¢fora de algo m¨¢s profundo. Con operaciones en todo el continente americano y en ?frica, sus contratos de obra p¨²blica hac¨ªan la pol¨ªtica exterior de Brasil. Hoy Odebrecht cumple condena y algunos pol¨ªticos siguen sus pasos. Es dif¨ªcil de predecir cu¨¢ntos ser¨¢n al final. Son tiempos turbulentos, algunos vaticinan inestabilidad.
Tal vez, pero tambi¨¦n son tiempos de oportunidad. Hay algo de redenci¨®n en esta turbulencia de juicios y su efecto domin¨®. Es la posibilidad de reconstruir la pol¨ªtica aristot¨¦licamente, es decir, la pol¨ªtica como el lugar natural de la virtud. Y sin un cierto ideal rom¨¢ntico, tampoco puede haber democracia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.