Emiratos ?rabes niega estar detr¨¢s del pirateo a Qatar que desat¨® la crisis del Golfo
Fuentes del espionaje de EE UU, citadas en ¡®The Washington Post¡¯, atribuyen a Abu Dhabi el ataque
Varios portavoces de Emiratos ?rabes Unidos (EAU) han negado este lunes que su pa¨ªs orquestara el pirateo de la agencia nacional de noticias de Qatar que precipit¨® la actual crisis diplom¨¢tica del Golfo. La acusaci¨®n aparece en el diario estadounidense The Washington Post que cita fuentes de los servicios secretos norteamericanos. Seg¨²n ese relato, ¡°altos cargos del Gobierno de EAU discutieron el plan y su puesta en pr¨¢ctica¡± el d¨ªa 23 de mayo, justo la v¨ªspera de unas supuestas declaraciones del emir de Qatar que sirvieron de pretexto a EAU, Arabia Saud¨ª, Bahr¨¦in y Egipto para romper relaciones diplom¨¢ticas y comerciales con su vecino.
¡°La historia de The Washington Post de que nosotros pirateamos a los catar¨ªes no es cierta; ver¨¢n como pronto se queda en nada¡±, ha respondido el ministro de Estado de Asuntos Exteriores emirat¨ª, Anwar Gargash, durante el coloquio que ha seguido a su intervenci¨®n en el centro de estudios Chatham House de Londres, de la que se han hecho eco las agencias informativas.
De acuerdo con el rotativo, ¡°unos funcionarios se percataron la semana pasada de que informaci¨®n reunida por las agencias de espionaje de EE. UU. y nuevamente analizada confirmaba que el 23 de mayo, altos cargos del Gobierno de EAU hab¨ªan discutido el plan [de pirateo] y su puesta en pr¨¢ctica¡±. Al d¨ªa siguiente, la agencia de noticias catar¨ª, QNA, difundi¨® unas supuestas y controvertidas declaraciones del emir, el jeque Tamim Bin Hamad al Khalifa, en las que criticaba la actitud de sus vecinos hacia Ir¨¢n, al que se refer¨ªa como una ¡°potencia isl¨¢mica¡± y hacia Ham¨¢s, el movimiento de resistencia palestino.
Esas palabras, apenas tres d¨ªas despu¨¦s de que Arabia Saud¨ª organizara una cumbre regional para recibir al presidente de EE. UU., Donald Trump, en la que se demoniz¨® a Ir¨¢n, resultaban explosivas. De inmediato, los medios de EAU y Arabia Saud¨ª lanzaron una inusual campa?a de demonizaci¨®n de Qatar que, dado el estrecho control informativo que esos gobiernos ejercen sobre la prensa, dif¨ªcilmente pudo hacerse sin el benepl¨¢cito de las autoridades. Ni siquiera la denuncia catar¨ª de que su agencia hab¨ªa sido pirateada fren¨® la andanada. Diez d¨ªas m¨¢s tarde, los esos dos pa¨ªses, m¨¢s sus adl¨¢teres Bahr¨¦in y Egipto, cortaban relaciones diplom¨¢ticas y comerciales con Doha.
Los responsables estadounidenses que, desde el anonimato, han hablado con The Washington Post, afirman no obstante que no est¨¢ claro ¡°si EAU llev¨® por s¨ª mismo el ataque o contrat¨® alguien para hacerlo¡±. Este pa¨ªs ha invertido mucho en ciberseguridad durante los ¨²ltimos a?os y cuenta con algunos de los sistemas de vigilancia y detecci¨®n m¨¢s modernos del mundo. Sin embargo, con anterioridad, la televisi¨®n CNN hab¨ªa asegurado que los investigadores del FBI enviados por EE. UU. para ayudar a Doha atribu¨ªan el pirateo de la QNA a ¡°hackers rusos¡±.
El embajador emirat¨ª en EE. UU., Yusef al Otaiba, tambi¨¦n ha asegurado v¨ªa Twitter que ¡°la historia del @washingtonpost es falsa. EAU no tuvo nada que ver con el supuesto pirateo descrito en el art¨ªculo¡±. Al Otaiba aprovechaba adem¨¢s la oportunidad para insistir en que Qatar ¡°financia, apoya y colabora con los extremistas desde los talibanes hasta Ham¨¢s y Gadafi¡±.
Las autoridades de Doha, por su parte, han emitido un comunicado en el que afirman que el delito de piratear su agencia nacional de noticias por parte de EAU es ¡°una violaci¨®n de la ley internacional¡±. La informaci¨®n publicada, se?ala el texto, ¡°revela la implicaci¨®n de EAU y de altos cargos emirat¨ªes en el ciberataque¡±.
El oscuro incidente ha degenerado en la mayor crisis entre las petromonarqu¨ªas desde la invasi¨®n iraqu¨ª de Kuwait en 1990. Contra todo pron¨®stico y las repetidas declaraciones de sus responsables de querer rebajar la tensi¨®n, el cuarteto, que se autodenomina ¡°antiterrorista¡±, dio un ultim¨¢tum de diez d¨ªas a Qatar para que cumpliera una docena de condiciones rayanas en lo imposible. Doha rechaz¨® las exigencias, entre las que se inclu¨ªan rebajar sus relaciones con Ir¨¢n, cerrar la cadena de televisi¨®n Al Jazeera y pagar indemnizaciones a sus acusadores, por considerarlas contrarias a su soberan¨ªa. En medio del desaf¨ªo, la propia Al Jazeera, cuyo acceso est¨¢ bloqueado en los cuatro pa¨ªses agraviados, fue objeto de un ciberataque en todas sus plataformas.
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