?Pueden las urnas absolver a Lula?

En sus primeras palabras, tras su condenaci¨®n a nueve a?os y medio de c¨¢rcel por corrupci¨®n pasiva y lavado de dinero, el expresidente Luiz In¨¢cio Lula da Silva lanz¨® una desaf¨ªo que merece ser analizado por la sutileza y la gravedad que encierra. Lula ,que sigue consider¨¢ndose inocente y perseguido pol¨ªtico y niega todas las pruebas presentadas contra ¨¦l por el juez Moro, ha afirmado tras conocer la sentencia: "S¨®lo el pueblo brasile?o tiene poder de decretar mi fin", al mismo tiempo que anunci¨® que,por ello, a pesar de todas las condenas judiciales, ser¨¢ candidato a las presidenciales en 2018.

La afirmaci¨®n de Lula plantea un problema real y a la vez peligroso: ?pueden las urnas, al elegir a un condenado por corrupci¨®n, absolverlo de sus cr¨ªmenes? ?Qui¨¦n tendr¨ªa m¨¢s fuerza, una sentencia judicial o una decisi¨®n electoral? El carism¨¢tico y popular Lula conoce como pocos la idiosincrasia de las masas y no le falta capacidad de convicci¨®n. Entiende como pocos los mecanismos de la comunicaci¨®n y sabe darle la vuelta a las cosas, seg¨²n vea por donde soplan los vientos de la opini¨®n p¨²blica.Le sobra sagacidad pol¨ªtica.

De ese modo, Lula ha encontrado una f¨®rmula m¨¢gica para vaciar la sentencia del tribunal de justicia que lo condena por corrupci¨®n, y lanza el mayor de los desafios: quienes pueden y deben condenarle no son los jueces sino la calle, los electores, con su voto en las urnas.

La estrategia de Lula de exigir el veredicto de los electores, que, en su caso, podr¨ªa acabar salv¨¢ndole de la c¨¢rcel, encierra, sin embargo, una peligrosa falacia. Significar¨ªa darle mayor peso a la opini¨®n p¨²blica que a los tribunales de justicia. De ser cierto, seg¨²n Lula, que s¨®lo el pueblo tiene el derecho de absolver o condenar a un pol¨ªtico contra una sentencia judicial, se le estar¨ªa dando a unas elecciones un poder que la Constituci¨®n no les otorga.

De ello ser cierto, y prescindiendo del caso particular del m¨ªtico Lula, todos los pol¨ªticos brasile?os: presidentes, senadores, diputados, gobernadores o alcaldes elegidos estar¨ªan imposibilitados de ser juzgados y condenados por los tribunales. Ser¨ªan inocentes por el hecho de haber salido elegidos, es decir "absueltos", en las urnas.

De ser cierto que la inocencia o culpabilidad depende del veredicto electoral, existe el peligro que en las pr¨®ximas elecciones del 2018, muchos de los pol¨ªticos hoy denunciados, reos, o hasta ya condenados por la justicia, puedan considerarse absueltos si consiguen verse reelegidos. De ah¨ª las maniobras que se est¨¢n detectando en el Congreso para conseguir reelegirse todos aquellos involucrados en historias de corrupci¨®n.

Es un juego peligroso, ya que lo que se conoce por la experiencia de la corrupci¨®n pol¨ªtica que sufre Brasil, todos los hoy denunciados o condenados fueron quienes mayor n¨²mero de votos consiguieron un d¨ªa en las urnas. ?No suelen ser los mayores corruptos quienes, al disponer de mayores medios financieros, presentan mayores posibilidades de ser reelegidos?

Ser¨¢ ese el nuevo desafio para los electores brasile?os en el 2018: estar alerta para no "absolver" en las urnas, como en el pasado, a quienes aparecen notoriamente corruptos o corruptores. Dejemos, pues, que cada instituci¨®n cumpla su papel. Los tribunales de justicia que juzguen la culpabilidad o inocencia de los pol¨ªticos y que los electores se esfuerzen en votar a quienes consideren m¨¢s dignos y mejor preparados para presidir los destinos del pais.

Como reza el dicho evang¨¦lico: "Al C¨¦sar lo que es de C¨¦sar y a Dios lo que es de Dios". Jes¨²s provoc¨® tambi¨¦n a los suyos con el enigm¨¢tico consejo: "Dejad que los muertos entierren a sus muertos" (Mt. 8, 21).Los brasile?os tienen la ocasi¨®n, en las elecciones del a?o pr¨®ximo, de impedir que los pol¨ªtios moralmente muertos, puedan resucitar en las urnas.