Estas cuatro cosas han definido qui¨¦n eres hoy
El futuro social y econ¨®mico de las personas se establece con acciones tomadas desde los primeros d¨ªas de vida
Est¨¢ comprobado que la f¨®rmula para el ¨¦xito social y econ¨®mico est¨¢, en gran parte, en c¨®mo pasamos los primeros d¨ªas de nuestras vidas. La diferencia puede ser abismal.
El cerebro de un ni?o que ha logrado el pleno potencial de desarrollo puede ¡§iluminar¡§ como un foco de 200 watts mientras que uno que no lo logr¨® solo alcanza los 25 watts, es decir, casi un 90% menos de oportunidades.
Son diversos los factores que minan est¨¢ capacidad de desarrollo. De acuerdo al Banco Mundial, una cuarta parte de los ni?os menores de cinco a?os en todo el mundo -es decir, 156 millones de ni?os seg¨²n estimaciones de 2016- padecen desnutrici¨®n cr¨®nica. Un estudio realizado en Guatemala, demostr¨® que los ni?os bien alimentados, sin retraso en el crecimiento, tuvieron m¨¢s probabilidades de escapar de la pobreza cuando adultos y obtuvieron ingresos entre 5% y 50% superiores a los de sus pares que hab¨ªan sufrido retraso en su desarrollo. Sin embargo, la desnutrici¨®n no es el ¨²nico factor en la disminuci¨®n de la capacidad de crecimiento del futuro ¨¦xito de un ni?o.
La falta de cuidados, de cari?o y la exposici¨®n a situaciones de estr¨¦s, que se ven sobre todo en niveles socioecon¨®micos bajos, pueden causar en los menores da?os irreversibles para el resto de su vida. ?Qu¨¦ dicen los expertos? En una conferencia sobre los efectos de la adversidad en el cerebro de los ni?os, los especialistas destacaron estas cuatro razones clave de por qu¨¦ hay que invertir en la primera infancia.
1. El desarrollo del cerebro empieza en el vientre
El cerebro de un ser humano se empieza a desarrollar en la cuarta semana de embarazo, en base a la nutrici¨®n de la mam¨¢ y las situaciones que ella experimenta. Posteriormente, la individualidad de este nuevo ser se construir¨¢ en base a su herencia biol¨®gica y a sus experiencias personales. La capacidad de moldear nuestro cerebro responde a un t¨¦rmino que los expertos denominan plasticidad. La plasticidad es mayor cuando se tiene menos de 5 a?os.
Nuestros genes son una parte muy importante en la etapa de crecimiento, pero las experiencias, buenas o malas, hacen que los cerebros de cada individuo se desarrollen de manera diferente. Incluso en gemelos id¨¦nticos, los cerebros se desarrollan distinto acorde a sus experiencias de vida.
Los cimientos de la arquitectura cerebral se establecen gracias a esas experiencias tempranas, las cuales se basan, principalmente, en el cuidado de los padres o de la persona a cargo del beb¨¦. Si bien todas las experiencias y est¨ªmulos ayudan en el desarrollo, es muy diferente que un beb¨¦ escuche ruido en el ambiente a que sus padres le hablen constantemente, de forma apropiada a su edad.
Lamentablemente, esta oportunidad es limitada. Durante los primeros 1,000 d¨ªas se desarrolla hasta el 80% de nuestro cerebro y el de un beb¨¦ espera diversos est¨ªmulos para crecer. Cuando no los recibe, las conexiones que se deber¨ªan formar se alteran, y las neuronas no se comunican entre ellas con lo cual se inician los problemas de desarrollo con consecuencias irreversibles. Esto podr¨ªa resultar en adultos con menor capacidad para regularse en situaciones de estr¨¦s y con mayor riesgo a tener problemas sociales y de comportamiento, con muestras de impaciencia, de poca conciencia social, falta de atenci¨®n, hiperactividad, d¨¦ficit en el coeficiente intelectual e incluso autismo.
Diversas investigaciones han demostrado que, en casos extremos, la falta de nutrici¨®n e estimulaci¨®n, mezclados con los genes de los padres, podr¨ªan cambiar incluso el metabolismo de una persona y su inmunidad a las enfermedades, entre otros cambios biol¨®gicos.
2. La estimulaci¨®n temprana y el constante aprendizaje son claves para el crecimiento
Un estudio sobre la infancia en Jamaica demostr¨® que lactantes y ni?os de corta edad que se beneficiaron de actividades de estimulaci¨®n temprana obtuvieron sueldos hasta un 25% m¨¢s altos en la edad adulta, equivalentes a los de los adultos que crecieron en hogares de mayores ingresos.
La interacci¨®n constante de los ni?os con los padres o personas a cargo, de forma motivadora, positiva y adecuada, crea oportunidades de aprendizaje muy importantes para la vida adulta. Los programas preescolares de alta calidad dirigidos a grupos en situaci¨®n vulnerable pueden llegar a tener una tasa de rentabilidad de entre el 7% y 16% anual. Pero si bien estos programas agregan conocimientos cuando el ni?o ya asiste a la escuela, las actividades con los bebes son esenciales en la formaci¨®n de futuros adultos exitosos que controlan sanamente sus emociones.
3. Los adultos deben aprender a regular el estr¨¦s
Los responsables del beb¨¦, usualmente sus padres, tienen un rol cr¨ªtico en la regulaci¨®n de sus respuestas frente al estr¨¦s. Por ejemplo, nuestros cerebros est¨¢n "cableados" para responder al sonido de las voces y esta situaci¨®n no deber¨ªa generar ning¨²n tipo de estr¨¦s. Cuando los beb¨¦s escuchan a las personas hablar, los sistemas neuronales, responsables del habla y del lenguaje, reciben la estimulaci¨®n necesaria para organizarse y funcionar. Si la exposici¨®n apropiada no ocurre, las conexiones no se desarrollan o lo hacen de forma diferente. Debido a que el cerebro se adapta a su entorno, se acomodar¨¢ a un ambiente negativo con la misma facilidad con que se adaptar¨ªa a uno positivo.
El tipo de estr¨¦s y el momento en el que se presenta determinan el tipo de impacto en el desarrollo cerebral. Responder correctamente a situaciones de estr¨¦s es clave para nuestro ¨¦xito en la vida como adultos.
El Consejo Cient¨ªfico Nacional sobre el Desarrollo del Ni?o (National Scientific Council on the Developing Child) clasifica al estr¨¦s en tres tipos:
- ¡¤ Estr¨¦s positivo: es moderado, breve y, en general, una parte normal de la vida (por ejemplo, entrar en un nuevo entorno de cuidado infantil). Aprender a adaptarse a este tipo de estr¨¦s es un componente esencial del desarrollo saludable.
- ¡¤ Estr¨¦s tolerable: incluye situaciones que tienen el potencial de alterar negativamente el cerebro en desarrollo, pero que ocurren con poca frecuencia y dan tiempo al cerebro para recuperarse (por ejemplo, la muerte de un ser querido)
- ¡¤ Estr¨¦s t¨®xico: activa fuerte, frecuente y prolongadamente el sistema de respuesta al estr¨¦s del cuerpo (por ejemplo, negligencia cr¨®nica en el cuidado del beb¨¦)
- ¡¤ Estr¨¦s positivo: es moderado, breve y, en general, una parte normal de la vida (por ejemplo, entrar en un nuevo entorno de cuidado infantil). Aprender a adaptarse a este tipo de estr¨¦s es un componente esencial del desarrollo saludable.
- ¡¤ Estr¨¦s tolerable: incluye situaciones que tienen el potencial de alterar negativamente el cerebro en desarrollo, pero que ocurren con poca frecuencia y dan tiempo al cerebro para recuperarse (por ejemplo, la muerte de un ser querido)
- ¡¤ Estr¨¦s t¨®xico: activa fuerte, frecuente y prolongadamente el sistema de respuesta al estr¨¦s del cuerpo (por ejemplo, negligencia cr¨®nica en el cuidado del beb¨¦)
Por ejemplo, el desarrollo saludable del cerebro incluye situaciones en las que los balbuceos, gestos o gritos de los beb¨¦s producen reacciones confiables y apropiadas de sus padres. Si los ni?os viven en un mundo ca¨®tico o amenazador, en el que los responsables de su cuidado responden con abuso o no responden, sus cerebros pueden volverse hiperalertas y su percepci¨®n del mundo se altera con lo cual sus respuestas podr¨ªan ser negativas y violentas ante la mayor¨ªa de las situaciones.
4. La pobreza es el principal desencadenante de estr¨¦s en el hogar
Los hogares con menos recursos econ¨®micos son los m¨¢s propensos a registrar ni?os con un reducido desarrollo cerebral. Para un padre pobre existen otras prioridades, como traer dinero al hogar, dejando el cuidado de los ni?os en segundo plano. Sin bien la calidad del cuidado no est¨¢ necesariamente relacionada con los ingresos, la cobertura de las necesidades b¨¢sicas es el primer paso para poder concentrarse en la atenci¨®n de los ni?os.
Entre los principales factores de riesgo asociados con la pobreza que tienen un impacto perjudicial en el desarrollo podemos mencionar la inseguridad alimentaria, las enfermedades infecciosas y el estr¨¦s psicol¨®gico, sobre todo en la etapa de la formaci¨®n neuronal y cognitiva de los ni?os.
La pobreza se incorpora biol¨®gicamente en el crecimiento de los ni?os, y puede tener efectos a largo plazo, incluso en el desarrollo del lenguaje, afectando posteriormente a otras ¨¢reas. Actualmente existe evidencia cient¨ªfica de la alteraci¨®n del funcionamiento cerebral como resultado del abuso y la negligencia en las etapas tempranas.
El desarrollo del cerebro durante los primeros 3 a?os es crucial para el ¨¦xito socioecon¨®mico. Sin embargo, si bien la plasticidad del cerebro se reduce luego de la infancia, esta contin¨²a siendo parte de la vida de un ser humano. Con menor medida, el cerebro seguir¨¢ aprendiendo y desarroll¨¢ndose para apropiarse de nuevas experiencias, positivas o negativas, y hacer frente a nuevas situaciones que pueden incluir diversos grados de estr¨¦s.
La complejidad cerebral programada en las etapas tempranas da lugar a funciones cognitivas y socio-emocionales que se fusionan para formar habilidades que se adquirir¨¢n posteriormente en la vida. El cerebro es la fuente de nuestros conocimientos y de nuestras emociones, y es sin duda el ¨®rgano m¨¢s importante en el cuerpo humano. Su desarrollo debe sostenerse a lo largo de toda vida con oportunidades y retos que ofrezcan mantenerlo activo.
En respuesta a estas pruebas convincentes sobre los beneficios de invertir en ni?os peque?os, as¨ª como la creciente demanda de los pa¨ªses, el Grupo del Banco Mundial est¨¢ aumentando su apoyo para invertir en los primeros a?os de vida. Las prioridades son tres: (i) reducir la desnutrici¨®n infantil, (ii) asegurar que los ni?os reciban estimulaci¨®n y aprendizaje tempranos; y (iii) proteger a los ni?os vulnerables.
Julio C¨¦sar Casma es productor online del Banco Mundial
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