Asesinado el octavo periodista mexicano en lo que va de a?o

El reportero mexicano Luciano Rivera estaba en un bar con unas amigas la noche del domingo antes de convertirse en el octavo periodista asesinado en lo que va de a?o. Alrededor de la 1.40 de la madrugada del lunes, cinco hombres entraron al local, ubicado en Rosarito (Baja California), y tuvieron una discusi¨®n con ¨¦l. Uno de ellos sac¨® una pistola y le descerraj¨® un tiro en la nariz que le atraves¨® hasta la nuca. Y aunque las autoridades no han confirmado si hay alguna relaci¨®n por su trabajo, con su muerte se suman casi dos reporteros asesinados al d¨ªa desde marzo a julio de este a?o. Y M¨¦xico se retrata como uno de los rincones del mundo m¨¢s letales para ejercer este oficio.?

"Descanse en paz nuestro compa?ero Luciano Rivera, a nombre de quienes laboramos en CNR TV, gracias a todos los que han enviado mensajes y a quienes nos han hablado por tel¨¦fono al canal", informaba la ma?ana del lunes en un comunicado la televisora local CNR, donde trabajaba el periodista adem¨¢s de dirigir la revista Dictamen.?

La noche del domingo al lunes, Rivera estaba en un conocido bar de la localidad costera de Rosarito llamado La Antigua, ubicado en una de las v¨ªas principales. Ah¨ª entraron cinco hombres, seg¨²n ha se?alado la subprocuradora de la zona Patricia Librada Ortega. Las primeras investigaciones apuntan a que tuvieron una discusi¨®n con el reportero por una de las amigas con las que se encontraba. "No tenemos ning¨²n dato de que tenga alguna relaci¨®n con la actividad period¨ªstica de la v¨ªctima", ha precisado la funcionaria.

El grupo de agresores sali¨® del lugar y se subi¨® al mismo taxi en el que hab¨ªan llegado. M¨¢s tarde, las autoridades detuvieron al que manejaba el veh¨ªculo y en ¨¦l encontraron una pistola, a la que se refieren como presunta arma del crimen. De momento es el ¨²nico detenido por el crimen. En un v¨ªdeo de una c¨¢mara de seguridad del establecimiento se observa a la gente salir conmocionada del lugar de los hechos.?

De los ocho reporteros asesinados este a?o en el pa¨ªs, ninguno viv¨ªa en la capital. Cecilio Pineda, asesinado en marzo, viv¨ªa en un pueblo de Guerrero; Ricardo Monlu¨ª, en una ciudad peque?a de Veracruz; Miroslava Breach en Chihuahua; Maximinio Rodr¨ªguez, en Baja California Sur, Javier Valdez en Sinaloa y Jonathan Rodr¨ªguez en un pueblo de Jalisco. El caso m¨¢s reciente fue el de Salvador Adame, que dirig¨ªa un canal de televisi¨®n en la Tierra Caliente de Michoac¨¢n, regi¨®n de historial violento, al amparo de los c¨¢rteles de la droga y dem¨¢s grupos delictivos.?

El asesinato de Javier Valdez en mayo colm¨® la gota de la indignaci¨®n nacional. La imagen de uno de los periodistas m¨¢s respetados en M¨¦xico y Estados Unidos acribillado a 12 tiros, de rodillas y a plena luz del d¨ªa en Culiac¨¢n, hizo que el caso se convirtiera en un catalizador de la reacci¨®n del Gobierno. La sa?a y el descaro de los sicarios, generaron tal reacci¨®n ¡ªprincipalmente del gremio¡ª que oblig¨® al presidente, Enrique Pe?a Nieto, a anunciar nuevas medidas para la protecci¨®n de periodistas.

Las cr¨ªticas aparecieron casi al instante, cuando los propios compa?eros de Valdez recordaron que el Gobierno ya gestionaba un mecanismo de protecci¨®n de periodistas, y que, dados los elevados ¨ªndices de violencia contra ellos, no se trata de un sistema muy eficiente.?