Una pareja compra una de las calles m¨¢s lujosas de San Francisco por 90.000 d¨®lares
Los vecinos olvidaron pagar un peque?o impuesto durante tres d¨¦cadas y se toparon con la subasta del espacio
Exclusividad y privacidad, esas son las caracter¨ªsticas que buscan los ricos que viven en la ciudad. Antes del boom tecnol¨®gico se repet¨ªa un dicho: ¡°Los ricos pasan fr¨ªo en Pacific Heights, mientras los pobres est¨¢n a gusto en Mission¡±. Con el estallido de Google, Apple y Facebook, los empleados comenzaron a vivir en el tradicional barrio latino. As¨ª Mission es ahora el universo hipster y Pacific Heights, el lugar donde los ricos de toda la vida, el old money, tienen sus mansiones.
All¨ª vive la familia Getty, en el 2880 de Broadway, en una mansi¨®n recargada, con piscina interior, un palacete de m¨¢rmol en el que se serv¨ªa caviar durante las fiestas y la famosa cabina en la que se deb¨ªan meter monedas para llamar. Gordon el patriarca, se cans¨® de ver c¨®mo las visitas aprovechaban su opulencia para hacer conferencias de larga distancia a costa del magnate del petr¨®leo.
Los due?os de mansiones de m¨¢s de 30 millones de d¨®lares, los que viven en Presidio Terrace, una calle en forma de U con seguridad privada y control de entrada, acaban de llevarse una sorpresa. Su calle no es suya y tampoco del ayuntamiento. Una pareja acaba de adquirirla en una subasta por 90.000 d¨®lares y quieren hacer negocio con ella. En lo obvio se encuentra cobrar por aparcar, por hacer fiestas en la calle o por mantener a los curiosos a salvo.
Tina Lam y Michael Cheng, pareja de ingenieros de origen asi¨¢tico, residentes en San Jos¨¦, la antigua capital de Silicon Valley, son los due?os de un espacio gestionado por los residentes desde 1905. Ella es directora de servicios online de VMWare, una empresa veterana en Silicon Valley, y ¨¦l un experto en bienes ra¨ªces. Ambos son emigrantes, llegaron a Estados Unidos para estudiar en la universidad y se mudaron a la nueva tierra de las oportunidad hace una d¨¦cada.
Pero, ?c¨®mo ha llegado este matrimonio a hacerse con el asfalto, aceras y paseo de c¨¦sped de la calle m¨¢s exclusiva? Seg¨²n explican al Chronicle de San Francisco, por un golpe de suerte. En realidad, se debe a que estuvieron atentos. Los propietarios no pagaron un impuesto de 14 d¨®lares anual durante tres d¨¦cadas. Un olvido que hizo sacar a subasta la calle. En total, San Francisco tiene 181 calles privadas obligadas a este tributo. Como es l¨®gico, los que est¨¢n en situaci¨®n similar se acaban de poner a revisar sus pagos. Y lo mismo sucede del otro lado, los ¨¢vidos de encontrar una inesperada v¨ªa de ingresos, se han puesto a revisar el mapa del catastro y comprobar si queda alguna ganga.
Los inquilinos, descontentos, han comenzado el proceso con el ayuntamiento para recuperar esa calle que siempre sintieron como suya. Entre los mismos se encuentran la dem¨®crata Nancy Pelosi o el excalde Joseph Alioto.
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