La minor¨ªa musulmana de Myanmar huye en masa de la persecuci¨®n
Cerca de 270.000 rohi?a han huido de Myanmar para buscar refugio en Bangladesh ante la campa?a de violencia contra esta etnia
Cada d¨ªa son decenas de millares. Seg¨²n los c¨¢lculos preliminares de las agencias internacionales, a¨²n por contrastar, en solo dos semanas cerca de 270.000 rohi?¨¢s, un 25% de esa minor¨ªa ¨¦tnica en Myanmar (la antigua Birmania), han huido al pa¨ªs vecino para escapar de una campa?a de violencia que algunas ONG ya han tildado de "limpieza ¨¦tnica" acarreada por las fuerzas de seguridad contra esa comunidad de religi¨®n musulmana.
"Es un desastre humanitario de primer orden", denuncia Phil Robertson, subdirector para Asia de Human Rights Watch en conversaci¨®n telef¨®nica desde Bangkok. "Es la peor violencia de este tipo en lo que vamos de a?o... Es peor que Mindanao (la isla filipina donde el Ej¨¦rcito combate contra insurgentes islamistas), es una pol¨ªtica de tierra quemada, ataques contra la poblaci¨®n civil para echar a centenares de miles de personas. No se pueden poner pa?os calientes, es una situaci¨®n horrible".
Ser rohi?¨¢ en Myanmar no ha sido nunca un privilegio. Todo lo contrario. El Gobierno birmano, y muchos de sus ciudadanos de mayor¨ªa budista consideran a esa minor¨ªa de 1,2 millones de habitantes meros inmigrantes ilegales procedentes de Banglad¨¦s, aunque sus familias lleven asentadas all¨ª desde hace generaciones. La ley de Ciudadan¨ªa de 1982 les priva de nacionalidad; otras normas les han dejado indocumentados, tienen limitada su libertad de movimientos o incluso sus derechos reproductivos. Una ola de violencia entre budistas y musulmanes, que continu¨® en 2013 y 2014, dej¨® cerca de 140.000 desplazados rohi?¨¢ y casi 300 muertos. Su ruta de huida tradicional, en barco hacia Malasia o Indonesia, se cerr¨® en 2015, cuando esos pa¨ªses desmantelaron las redes de traficantes que gestionaban el pasaje.
No pudieron votar en las elecciones de 2015, de las que muchos esperaban que el triunfo de la Liga Nacional para la Democracia de la premio Nobel de la Paz Aun Sang Sun Kyi les trajera un trato m¨¢s justo. No ha sido as¨ª.
El a?o pasado, el grupo Ej¨¦rcito de Salvaci¨®n Rohi?¨¢ en Arak¨¢n (ARSA, por sus siglas en ingl¨¦s) pas¨® a la violencia y atac¨® en octubre con cuchillos y palos varias instalaciones oficiales en el norte de Raj¨¢in, o Arakan, la provincia donde viven la mayor¨ªa de esta comunidad. La respuesta del Tatmadaw, el Ej¨¦rcito birmano, fue brutal. Un informe de la Alta Comisar¨ªa de Derechos Humanos de la ONU documenta casos de violencia indiscriminada, destrucci¨®n de viviendas, violaciones, asesinatos y expulsiones en un descomunal pogrom.
Una situaci¨®n que ahora se ha redoblado. El desencadenante ha vuelto a ser un ataque del ARSA, el 25 de agosto, contra 30 comisar¨ªas y una base militar. La respuesta ha vuelto a ser, denuncian las ONG, brutal y desproporcionada. Aldeas enteras son desalojadas e incendiadas. Los residentes de poblaciones rohi?a, atacados con helic¨®pteros y bombardeados. El Tatmadaw asegura que se limita a perseguir a los terroristas que perpetran ataques desde octubre. Los incendios, las huidas masivas, sostiene, son obra de los propios rohi?¨¢.
Momena, de 32 a?os, es una de las decenas de miles rohi?¨¢s que han emprendido la huida. El 25 de agosto vio entrar a los soldados birmanos en su aldea. "Escap¨¦ con los dem¨¢s aldeanos y nos refugiamos durante la noche en la selva. Cuando volv¨ª a la aldea a la ma?ana siguiente, despu¨¦s de que los soldados se hubieran ido, vi cerca de 40 ¨® 50 soldados muertos, incluidos varios ni?os y ancianos. Todos ten¨ªan heridas de cuchillo o de bala; algunos, de ambas. Mi padre estaba entre los muertos; le hab¨ªan cortado el cuello. No pude cumplir los ¨²ltimos ritos. Simplemente, hu¨ª", cuenta, en un testimonio recabado por HRW
HRW ha detectado hasta 21 zonas arrasadas por incendios provocados en el norte de Raj¨¢in, en plenas lluvias de monz¨®n. La organizaci¨®n M¨¦dicos sin Fronteras (MSF) denuncia que los refugiados, hombres, mujeres, ancianos y ni?os, llegan a Banglad¨¦s con quemaduras o heridas de bala o de metralla, desnutridos, tras pasar d¨ªas a la intemperie. Algunos llegan con graves infecciones en las heridas o, en el caso de las mujeres, con serias complicaciones obst¨¦tricas.
"Llegan en condiciones muy precarias, muy vulnerables. Son pacientes que necesitan una ayuda inmediata", insiste Pavlo Kolovos , coordinador general de MSF en Banglad¨¦s y que ha visto aumentar en un 50% los pacientes que su personal sanitario est¨¢ tratando en la frontera. "Cuentan que han perdido a familiares, han sido atacados, disparados, las familias est¨¢n dispersas", agrega en conversaci¨®n telef¨®nica. Banglad¨¦s ya es de por s¨ª un pa¨ªs con escasos recursos y ante el aluvi¨®n de refugiados el env¨ªo de ayuda es urgente para evitar una crisis humanitaria, insisten las ONG.
En Ginebra, la Comisi¨®n para los Refugiados de la ONU denuncian que los dos campamentos de refugiados en Cox?s Bazar, en el sureste de Banglad¨¦s, que ya acog¨ªan a 34.000 rohi?¨¢, se encuentran al l¨ªmite de su capacidad. "La poblaci¨®n se ha doblado y m¨¢s en dos semanas, y ya suma m¨¢s de 70.000. Hay una necesidad urgente de m¨¢s terreno y m¨¢s refugios".
"Est¨¢n llegando sin haber comido desde hace cuatro, cinco d¨ªas, con enfermedades transmitidas por el agua, con ni?os peque?os, sin abrigo ante las lluvias del monz¨®n... Solo hace falta un brote de c¨®lera y miles de personas morir¨¢n", advierte Robertson.
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