Rusia tiene motivos para verse amenazada
Putin avisa a la OTAN con maniobras militares de que defender¨¢ su zona de influencia
A¨²n conmocionado por la anexi¨®n de Crimea hace tres a?os, Occidente considera una provocaci¨®n las maniobras militares rusas en la frontera con la UE. Tiene motivos. Sin embargo, es Rusia la que tiene m¨¢s razones para sentirse amenazada a la vista de la historia reciente: los confines de la OTAN, la alianza creada para hacer frente a los rusos, se desplazaron mil kil¨®metros hacia Mosc¨² en solo dos d¨¦cadas tras la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn hasta llegar a la misma frontera con Rusia.
La corriente expansiva super¨® lo imaginable al llegar a Ucrania, la cuna de los rusos, empujada a la disyuntiva de elegir entre Bruselas y Mosc¨², entre Rusia y la OTAN en ¨²ltimo t¨¦rmino. La violenta reacci¨®n de Vlad¨ªmir Putin puso fin a la entelequia y, desde entonces, el l¨ªder ruso repite que no habr¨¢ un solo paso m¨¢s atr¨¢s. Ahora vuelve a explicarlo con las maniobras Zapad 17.
Para el presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, los ejercicios de Rusia y Bielorrusia son los preparativos ¡°de una ofensiva a escala continental¡±. No es as¨ª ni para la OTAN ni para los expertos. Uno de ellos es el profesor Giancarlo Elia Valori, quien en un extenso art¨ªculo en Modern Diplomacy llega a la l¨®gica conclusi¨®n de que, con Zapad 17, Rusia no quiere tensar sus relaciones con Europa o Estados Unidos, sino solo reafirmar su control sobre su ¨¢rea de influencia.
Porque las importantes maniobras ¡ªal menos 70.000 militares¡ª se hacen junto a las fronteras europeas de Lituania o Polonia, pero no hay m¨¢s que mirar el mapa para percatarse del valor estrat¨¦gico de la zona para los intereses rusos. En Kaliningrado, el enclave ruso fronterizo con Lituania y Polonia, tiene Mosc¨² desplegados sus misiles bal¨ªsticos Iskander (SS-26 Stone, en terminolog¨ªa de la OTAN) y todo un arsenal que cubre el arco que va desde el ?rtico al Mar de Barents, y desde el B¨¢ltico al Mar Negro.
Ese despliegue en la frontera europea, como las maniobras, ha sido la respuesta a similares ejercicios peri¨®dicos de los aliados y al estacionamiento desde hace dos a?os de cuatro batallones de la OTAN en Polonia y los pa¨ªses b¨¢lticos. Y al despliegue de bases del escudo antimisiles en Deveselu (Rumania) y pronto en Redzikowo (Polonia), a cuya ¡°amenaza¡± prometi¨® en 2015 responder Putin. Todo ello, sin olvidar los 70.000 soldados estadounidenses a¨²n desplegados en Europa.
Lo preocupante, por tanto, es la acumulaci¨®n de potencia de fuego a ambos lados de una frontera antes amortiguada por un cintur¨®n de pa¨ªses de interposici¨®n (desde los b¨¢lticos a Rumania y Bulgaria pasando por Polonia, Hungr¨ªa o Rep¨²blica Checa), mientras que ahora los dos bloques solo est¨¢n separados por una alambrada.
El principio militar de seguridad se gu¨ªa por una doble premisa: la presencia de fuerza y la voluntad de utilizarla. La primera va in crescendo desde hace a?os. La segunda, por ahora, no existe. O eso nos aseguran.
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