Mil kil¨®metros a caballo por Colombia para concienciar sobre los discapacitados
Caroline Casey, con ceguera parcial, viaja de Cartagena hasta la cumbre One Young World de Bogot¨¢ para que las empresas incluyan en su agenda a personas con discapacidad
El 8 de septiembre, Caroline Casey, irlandesa de 45 a?os, sali¨® de la emblem¨¢tica plaza del Reloj en la ciudad amurallada de Cartagena de Indias montada en su caballo Hurac¨¢n con destino a Bogot¨¢. Iba vestida con unos vaqueros, un sombrero negro de cowgirl y una camiseta con una palabra: Valuable, en espa?ol, valioso. Es el nombre de la campa?a con la que pretende concienciar a los colombianos, y al resto de ciudadanos que siguen su aventura a trav¨¦s de las redes sociales, de la importancia de incluir en el sector empresarial al bill¨®n de personas que padece alg¨²n tipo de discapacidad en el mundo. Ella forma parte de ese colectivo, sufre una ceguera parcial a causa del albinismo.
Mil kil¨®metros separan el Caribe de la capital de Colombia. Varios departamentos. Cientos de pueblos hasta los que Casey llega estos d¨ªas a compartir su experiencia. Con 17 a?os se dio cuenta de que estaba perdiendo la vista. Durante 11 m¨¢s, escondi¨® su condici¨®n en cada uno de los trabajos que tuvo. Cuando fue consciente de que no pod¨ªa seguir ocult¨¢ndose, dej¨® su puesto en Accenture y comenz¨® a luchar por los derechos de los discapacitados. El ruido es su mantra. Llamar la atenci¨®n. Y si para conseguir que grandes empresas de todo el mundo incluyan en su agenda de trabajo a este colectivo, es necesario subirse a un elefante, lo hace. En 2001 recorri¨® mil kil¨®metros subida a este animal en la India.
A mitad de su traves¨ªa por Colombia, cerca de la ciudad de Bucaramanga, en el noreste del pa¨ªs, responde al tel¨¦fono exhausta, pero contenta. Ha vencido al calor sofocante de los Montes de Mar¨ªa, una de las zonas m¨¢s golpeadas por el medio siglo de guerra que ha sufrido Colombia. Ha galopado bajo la lluvia. Se ha ca¨ªdo del caballo. Ha dormido en tienda de campa?a, en fincas y en algunas casas de locales. Ya le ha dado tiempo a hacerse a la idea de que recorre el segundo pa¨ªs m¨¢s biodiverso del mundo al ver c¨®mo cambia el paisaje.
¡°La mayor¨ªa de las personas tienen una idea incorrecta de Colombia, por eso estoy aqu¨ª¡±, explica. ¡°Mi intenci¨®n es que la gente se conciencie, piense de una manera diferente sobre la discapacidad. Lo mismo que intentan hacer los colombianos con la percepci¨®n que tiene el resto del mundo sobre ellos. Me estoy encontrando con v¨ªctimas que est¨¢n en un proceso de perd¨®n, de resiliencia, de esperanza y de apuesta por el cambio. Son historias paralelas¡±.
En Mompox, ciudad caribe?a a orillas del r¨ªo Magdalena, a Caroline Casey y a su equipo les recibieron con bailes y m¨²sica tradicional de esta regi¨®n. ¡°Los bailarines ten¨ªan S¨ªndrome de Down. Estuve hablando con una de las profesoras de este grupo y me cont¨® que gracias a nuestra campa?a les hab¨ªan permitido, por primera vez, hacer un acto p¨²blico¡±, relata. Hasta ese d¨ªa los chicos y las chicas no hab¨ªan bailado en la calle porque nunca hab¨ªan tenido un motivo.
En la ruta, se encontr¨® con Silvia de 15 a?os. No puede mover las piernas y la silla de ruedas que recibi¨® del Gobierno ya no funciona. Su familia es tan pobre que no puede permitirse comprar otra. En las escuelas de su pueblo se niegan a ayudarla. As¨ª que la joven est¨¢ recluida en su casa. ¡°Una persona tiene el doble de posibilidades de ser pobre si es discapacitado¡±, asegura Casey. ¡°Al margen de las condiciones socioecon¨®micas, todas las vidas deber¨ªan valer lo mismo¡±.
La pobreza no es una excusa para Caroline Casey. Lo comprob¨® en el pueblo de San Gil, en el departamento de Santander, cuyo alcalde ha recibido un premio nacional por su trabajo con discapacitados. Se ha reunido con empresas colombianas como Corona y Colcaf¨¦, y ha visto los programas que llevan a cabo. ¡°Estoy obsesionada con el mundo empresarial porque es el sector m¨¢s poderoso del planeta. Afecta nuestra vida en todos los sentidos¡±, opina. ¡°Si una empresa es consciente del valor de los discapacitados como clientes y como empleados, la sociedad tambi¨¦n lo har¨¢. La discapacidad no es una cuesti¨®n ¨²nicamente de pol¨ªticas p¨²blicas o de caridad¡±.
Casey usa constantemente las cifras para forjar su discurso. ¡°La gente desconoce que el 80% de los discapacitados del mundo desarrollan esta condici¨®n entre los 16 y los 65 a?os. No han nacido con ella. Esto significa que nadie tiene el derecho a excluirnos porque cualquiera, en cualquier momento puede desarrollar una discapacidad¡±.
Con este mensaje recorre 45 kil¨®metros diarios. Le acompa?an Lucinda Watson, ¡°mis ojos y mi profesora¡±. Casey ha aprendido a montar a caballo gracias a la ayuda del colectivo colombiano Vale Verde que durante una semana le dio clases. A su lado viajan los responsables de la parte log¨ªstica, los que se encargan de la comida y el hospedaje. Tres polic¨ªas del cuerpo de Monta?a forman parte del equipo. ¡°No solo nos dan seguridad, les interesa este proyecto porque ellos tienen su propia asociaci¨®n para ayudar a compa?eros con discapacidad, la mayor¨ªa v¨ªctimas del conflicto armado¡±, explica.
El 4 de octubre entrar¨¢n todos juntos a caballo en Bogot¨¢. Llegar¨¢n hasta la plaza Bol¨ªvar, el centro de poder de la capital de Colombia, y participar¨¢n en la ceremonia inaugural del One Young World. En esta cumbre mundial, delante de los j¨®venes m¨¢s innovadores del mundo, retar¨¢ a compa?¨ªas internacionales para que incluyan la discapacidad en su agenda de trabajo en los pr¨®ximos 12 meses. ¡°Despu¨¦s preguntar¨¦ d¨®nde est¨¢n los grandes l¨ªderes empresariales. No quiero avergonzar a nadie, solo aconsejarles. Ya lo hice en Telef¨®nica cuando trabajaba all¨ª y convenc¨ª a C¨¦sar Alierta¡±, explica.
Su objetivo, cuando se suba al escenario, es demostrar que la discapacidad forma parte de la conversaci¨®n. Por el momento, gracias a la ayuda de su hijastra que ejerce de community manager en Londres, ha conseguido que 17 millones de personas lleven m¨¢s de dos semanas compartiendo sus historias sobre el tema. ¡°Espero llegar a los 20 millones cuando est¨¦ en Bogot¨¢¡±.
Puedes seguir la aventura de Caroline Casey en su perfil de Facebook
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