El bautizo m¨¢s triste de M¨¦xico
Los 11 miembros de una familia en Puebla mueren al colapsar la iglesia donde celebraban un bautizo durante el terremoto
Ismael Torres es un campesino que no sabe que perdi¨® a sus dos hijas y a su esposa en el terremoto del martes. Lo ¨²ltimo que recuerda es que estaba en la iglesia de Santiago Ap¨®stol en el peque?o pueblo de Atzala (Estado de Puebla, centro de M¨¦xico) celebrando la misa de bautizo de su hija peque?a Elideth, de apenas tres meses. El templo del siglo XIX se desmoron¨® en segundos mientras la tierra cimbraba con fuerza. La construcci¨®n cay¨® en pedazos encima de una veintena de personas que estaban all¨ª para presenciar el paso de la beb¨¦ por la pila bautismal.
El padre de Elideth hab¨ªa apresurado los preparativos del bautizo que estaba previsto para este s¨¢bado. No pod¨ªa esperar hasta el fin de semana para llevarla a la iglesia porque la ni?a hab¨ªa enfermado. Quer¨ªa que recibiera el sacramento lo m¨¢s pronto posible y consigui¨® que un p¨¢rroco lo hiciera el martes 19 de septiembre. A las 13.00 horas la misa comenz¨®. Quince minutos m¨¢s tarde el suelo vibr¨®, el techo, la torre y algunos muros de la iglesia colapsaron. No hubo tiempo para salir. Once de los invitados murieron, entre ellos los padrinos de la ni?a.
Ismael no sabe que su familia ya no est¨¢. El sacerdote y dos sacristanes que sobrevivieron al desastre lo sacaron de la iglesia pero ya estaba inconsciente. Estuvo dormido m¨¢s de un d¨ªa hasta que despert¨® en el hospital y pregunt¨® por Manuela, su esposa. ¡°Me ha dicho que vaya a la casa y que del ropero saque dinero para darles de comer a las chiquitas y a su chaparrita. Me parte el coraz¨®n cuando me lo pide, pero todav¨ªa no puedo dec¨ªrselo¡±, cuenta su padrastro Crescencio L¨®pez.
La iglesia de Atzala est¨¢ resquebrajada. El suelo ha quedado hundido y en medio hay una mole que antes fue parte de la c¨²pula principal. Entre los escombros hay un zapato negro de fiesta lleno de polvo. La pila bautismal est¨¢ intacta, igual que una pintura antigua de la resurrecci¨®n de Cristo en la que la virgen Mar¨ªa, en un primer plano, llora. La campana sali¨® disparada hacia fuera, y ahora est¨¢ en el suelo a 50 metros del templo.
Sergio Montiel es el sacrist¨¢n mayor y trata de explicarse c¨®mo es que sobrevivi¨® a tal destrucci¨®n. Tiene los ojos cristalinos cuando cuenta lo que pas¨®. Hab¨ªa llegado media hora antes de la misa para preparar todo. Su compa?ero Lorenzo V¨¢zquez le ayud¨® a cambiar los manteles del altar y el padre N¨¦stor lleg¨® para oficiar la ceremonia. La peque?a Elideth estaba tranquila y no lloraba, pero cuando la misa comenz¨® al fondo de la iglesia hab¨ªa un ni?o que le gritaba a su madre ¡°?Mam¨¢ v¨¢monos, no quiero estar aqu¨ª!¡±.
Sergio ley¨® la primera lectura y despu¨¦s Lorenzo recit¨® el salmo. El terremoto comenz¨® y el p¨¢rroco grit¨®. Los trozos de losa comenzaron a caer. ¡°Mi compa?ero se peg¨® a la pared, me jal¨® de la cintura y nos quedamos junto a un pilar. Cerr¨¦ los ojos y cuando los abr¨ª no se ve¨ªa absolutamente nada. Los cerr¨¦ otra vez y cuando los volv¨ª a abrir vi el desastre y que Ismael estaba pidiendo ayuda porque estaba atrapado. Una ni?a se quejaba pero era imposible ayudarla porque estaba debajo de una piedra que hab¨ªa ca¨ªdo del techo¡±, recuerda el sacrist¨¢n. El p¨¢rroco logr¨® salir del templo por la puerta lateral de la sacrist¨ªa y los invitados que estaban cerca de la puerta tambi¨¦n escaparon de la muerte. ¡°No sent¨ª miedo, no sent¨ª nada¡±, reconoce Montiel.
A la familia de Ismael ya la enterraron en el cementerio. En una de las calles de Atzala hay un altar con gladiolas, cruces y velas. El padre de Susana Villanueva --la madrina del bautizo-- sale a recibir a los vecinos que le llevan condolencias. Una compa?¨ªa de yogures le ha mandado un par de cajas como muestra de respeto. Ya no hay m¨¢s que hacer y los vecinos de este pueblo ca?ero vuelven a sus casas. El padrastro de Ismael tiene que viajar a la capital de Puebla para verlo antes de una cirug¨ªa de columna y contarle que su familia ya no vive.
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