Muere en Argentina la ¨²nica condenada por corrupci¨®n del menemismo
Mar¨ªa Julia Alsogaray, de 74 a?os, fue emblema de los altos funcionarios enriquecidos durante los a?os 90
En 1989, cuando Carlos Menem la llam¨® para sumarse a su gobierno, Mar¨ªa Julia Alsogaray ten¨ªa un apellido muy conocido y unos pocos bienes. El apellido lo hered¨® de su padre ?lvaro Alsogaray, el m¨¢s f¨¦rreo defensor del liberalismo econ¨®mico que fue alto funcionario de todos los gobiernos militares y civiles que siguieron al derrocamiento de Juan Domingo Per¨®n en 1955. Los bienes los consigui¨® con su trabajo: un piso con cochera, dos autos de m¨¢s de 10 a?os y unos pocos ahorros que se hab¨ªan casi evaporado producto de la hiperinflaci¨®n del gobierno de Ra¨²l Alfons¨ªn (1983-1989). Cuando dej¨® el poder en 1999, junto con Menem, su apellido ten¨ªa la misma carga simb¨®lica de siempre, pero su patrimonio hab¨ªa alcanzado dimensiones prodigiosas: dos pisos y una casona en Recoleta -el barrio m¨¢s caro de Buenos Aires-, un piso frente al Central Park de Nueva York, un Mercedes Benz, un todoterreno, cuentas bancarias en Argentina y Uruguay, una b¨®veda en Recoleta -el cementerio de los ricos-, y bienes de lujo como un peque?o bol¨ªgrafo valuado en 30.000 d¨®lares. Mar¨ªa Julia Alsogaray fue la cara m¨¢s evidente de la corrupci¨®n que lastr¨® el gobierno de Menem. Y pag¨® su lealtad con la c¨¢rcel.
Alsogaray muri¨® el domingo de madrugada a los 74 a?os, afectada por un c¨¢ncer de p¨¢ncreas. Pas¨® sus ¨²ltimos a?os atendiendo las m¨²ltiples causas judiciales que acumul¨® en los a?os 90. Como esos personajes que fueron poderosos pero un d¨ªa quedan solos en el descampado, la justicia no tuvo piedad con ella. Sucede que Alsogaray fue ¡°menemista¡± pero nunca ¡°peronista¡±. Se acerc¨® al expresidente por sus ideas neoliberales, las mismas que cultivaba su padre ?lvaro. Pero cuando Menem dej¨® la Casa Rosada, perdi¨® la protecci¨®n que este le prodigaba.
Fue as¨ª un blanco f¨¢cil, el personaje en el que los argentinos depositaron todos los males del menemismo. La obscenidad inocultable de su enriquecimiento no le dej¨® escapatoria. Fue condenada en 2004, 2013 y 2014 en tres juicios que en total sumaron 11 a?os de c¨¢rcel. Estuvo en total 22 meses en una prisi¨®n com¨²n y otros 18 meses con arresto domiciliario. Perdi¨® su casona en Recoleta y tuvo que devolver casi un mill¨®n de d¨®lares al fisco.
Menem eligi¨® a Alsogaray para liderar la privatizaci¨®n de grandes empresas p¨²blicas, como la telef¨®nica ENTEL o el gigante sider¨²rgico Somisa, vendido a la multinacional argentina Techint. Pero su cargo m¨¢s recordado fue el de secretaria de Medio Ambiente. Alsogaray prometi¨® limpiar el Riachuelo, el r¨ªo m¨¢s contaminado de Buenos Aires, en 1.000 d¨ªas. Gast¨® 35 millones de d¨®lares y el d¨ªa que se cumpli¨® el plazo todo estaba peor que antes. En julio de 1990, Alsogaray fue tapa de la revista Noticias con una foto que se convirti¨® en s¨ªmbolo de la ostentaci¨®n y la frivolidad que luego marc¨® a la pol¨ªtica argentina de los 90. En ella se la mostraba semidesnuda, apenas cubierta con un tapado de piel, tras un titular que dec¨ªa ¡°Reina pero no gobierna: Mar¨ªa Julia y su 'romance' con el presidente¡±, en momentos en que se dec¨ªa que su relaci¨®n con el Presidente exced¨ªa lo estrictamente profesional.
En octubre del a?o pasado, un tribunal concedi¨® a Alsogaray la libertad condicional. Pas¨® sus ¨²ltimos d¨ªas preparando la defensa de un nuevo juicio por corrupci¨®n, el noveno que enfrent¨® desde que se alej¨® el poder en 1999. Lejos quedaron los d¨ªas en que la comparaban con Margaret Thatcher, la "Dama de Hierro". ¡°Si es por lo que hizo, es un elogio¡±, sol¨ªa decir.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.