India pretende cerrar la puerta a la maternidad subrogada a gais y extranjeros
El Parlamento debate una nueva ley que convertir¨ªa la pr¨¢ctica en algo totalmente altruista entre parientes o allegados
India dejar¨¢ pronto de ser considerado el ¨²tero del mundo. La nueva ley sobre la maternidad subrogada, legal desde 2002, pretende restringir la pr¨¢ctica, convertirla en un acto altruista, as¨ª como excluir a extranjeros y homosexuales, que no podr¨¢n convertirse en padres de hijos gestados por mujeres indias. Los denominados vientres de alquiler florecieron en India durante los ¨²ltimos 15 a?os en un negocio que, seg¨²n estimaciones de Naciones Unidas de 2012, mueve alrededor de 400 millones de d¨®lares anuales.
La cl¨ªnica de infertilidad Wyzax est¨¢ situada en una concurrida calle de dos sentidos en pleno coraz¨®n de Nueva Delhi. Tras cruzar una puerta con un cartel que dice en ingl¨¦s centro de subrogaci¨®n y fertilizaci¨®n in vitro, una musiquita como de ascensor difumina el silencio de la sala de espera. Las parejas, sentadas y r¨ªgidas, se cogen de la mano y esperan flem¨¢ticas a que se haga realidad el sue?o que persiguen a cualquier precio: ser padres. Una inquietud que en India no tiene la ocasi¨®n de exhibirse en p¨²blico.
La escena se repite en las m¨¢s de 3.000 cl¨ªnicas que, seg¨²n un informe de Naciones Unidas de 2012, se estima que existen en el subcontinente indio. Ofrecen diferentes alternativas para combatir la infertilidad, que afecta hoy en d¨ªa a alrededor de 27 millones de parejas en India, y que, consider¨¢ndose algo extremadamente ignominioso, suele pagarse con el precio del honor familiar. ¡°Las madres que tienen hijas ya est¨¢n estigmatizadas, pero no tener descendencia es otro nivel de estigmatizaci¨®n muy superior¡±, explica Sneha Banerjee, representante de la ONG Sama Resource Group for Women and Health (grupo de recursos para mujeres y salud).
Las cl¨ªnicas de infertilidad se presentan ante la sociedad india como una salvaci¨®n por la que vale la pena invertir los ahorros y la paciencia de una vida. Estos centros presentan la subrogaci¨®n en sus cat¨¢logos como algo distinguido e incluso elegante, desde que actores de Bollywood han empezado a recurrir a esta pr¨¢ctica. Uno de los ¨²ltimos ha sido Karan Johar, una de sus mayores estrellas y reciente padre de unos gemelos. El precio, que oscila entre los 15.000 y los 30.000 d¨®lares, supone un reto econ¨®mico que no pueden afrontar el 80% de parejas est¨¦riles de India. Pero esa misma cantidad constituye, en cambio, una tentadora y asequible oferta para los m¨¢s de 10.000 extranjeros que seg¨²n la periodista Julie Bindel, aterrizan cada a?o en India para firmar los contratos para que una mujer local geste a sus hijos. ¡°[Los futuros padres] nunca tendr¨¢n la ocasi¨®n de conocer en persona a la verdadera madre para evitar posibles chantajes¡±, aclara Banerjee, de la ONG Sama. En su opini¨®n, son tres los principales motivos de este crecimiento masivo del turismo gestante en su pa¨ªs: ¡°El bajo precio, el poco tiempo de espera o el gran n¨²mero de mujeres aspirando a convertirse en subrogadas¡±.
Los aspirantes a padres son la parte a la que m¨¢s se protege durante el proceso de subrogaci¨®n, aunque las gestantes suelen ser las m¨¢s vulnerables. Dichos contratos, que en la mayor¨ªa de casos se redactan exclusivamente en ingl¨¦s y son firmados por mujeres cuyo nivel de educaci¨®n no les permite ni siquiera escribir en su lengua materna, no garantizan informaci¨®n sobre los posibles riesgos ni un apoyo legal en caso de complicaciones en el parto o la p¨¦rdida natural del beb¨¦, seg¨²n denuncian los defensores de los derechos de estas mujeres. ¡°La informaci¨®n es muy escasa cuando se trata de una subrogada, les informan muy por encima y el ¨¦nfasis lo ponen en entender que tienen que entregar al beb¨¦, que no es suyo, aunque sea ella la que est¨¢ embarazada¡±, contin¨²a la activista Banerjee.
Estas mujeres, que suelen convertirse en gestantes de los beb¨¦s de otros porque debido a su acuciante necesidad de dinero, pertenecen al 65% de indias que, seg¨²n el ¨²ltimo censo, viven por debajo del umbral de la pobreza y la exclusi¨®n social. Sin embargo, para poder ser aceptadas por las cl¨ªnicas no pueden pertenecer a castas excesivamente bajas. Su nivel cultural, que suele ser bajo, las limita a la hora de tomar decisiones conscientes sobre su sexualidad y, adem¨¢s, la primera exigencia del contrato de subrogaci¨®n es que lleguen acompa?adas de la autorizaci¨®n expl¨ªcita de sus maridos.
Esta pr¨¢ctica, que hasta ahora supon¨ªa una mejora econ¨®mica para ellas de 4.000, 5.000 o 6.000 euros (el sueldo que ganar¨ªan en cinco a?os de trabajo), dejar¨¢ probablemente de constituir una v¨ªa de obtener dinero: el 21 de noviembre de 2016, la nueva proposici¨®n de ley sobre la maternidad subrogada entr¨® en la C¨¢mara baja del Parlamento y aprobada poco despu¨¦s por la Corte Suprema. El principal objetivo de la norma es prohibir la subrogaci¨®n comercial, de modo que esta pr¨¢ctica pase a ser totalmente altruista y se realice, por obligaci¨®n, a trav¨¦s de un familiar directo o una amiga cercana de los aspirantes a padres.
Este hecho es algo que a pocos convence y a muchos incomoda. Si se tiene en consideraci¨®n c¨®mo es el n¨²cleo familiar indio, en el que conviven juntos padres, abuelos, hermanos y primos, la situaci¨®n se complica todav¨ªa m¨¢s. La representante de la ONG Sama, se muestra tajante: ¡°Lo ¨²nico que se conseguir¨¢ [con la nueva norma] es el crecimiento de m¨¢s mercados clandestinos y potenciar la vulnerabilidad de mujeres que ya son vulnerables, dej¨¢ndolas sin leyes que las respalden y sin mejorar sus condiciones de vida¡±.
Adem¨¢s, la legislaci¨®n que tramita el Parlamento deja categ¨®ricamente fuera a homosexuales y extranjeros. La doctora Nalini Mahajan, directora del Hospital Mother and Child (Madre e hijo) de Nueva Delhi, con 40 a?os de experiencia en el ¨¢mbito de la infertilidad, argumenta con rudeza: ¡°Creo que el motivo es que ha habido parejas de hombres homosexuales que contrataban a cinco subrogadas a la vez para despu¨¦s vender a los ni?os en Bangkok y otras ciudades. ?Por qu¨¦ una pareja normal, de hombre y mujer, querr¨ªa hacer algo as¨ª?
De esta forma, el Gobierno indio encuentra la excusa perfecta para seguir condenando lo que contradice la moral del pa¨ªs y que, en sus libros de derecho, bajo la secci¨®n 377, se define como ¡°sexo en contra del orden natural¡±.
India se suma as¨ª a pa¨ªses como Corea del Sur o Vietnam, que han sido pioneros en imponer el altruismo como ¨²nica forma posible de maternidad subrogada. La gran mayor¨ªa de Estados vecinos, sin embargo, hace mucho que tomaron la decisi¨®n de prohibirlo, como es el caso de China, Camboya o Indonesia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.