El origen de la tragedia
?Por d¨®nde comenzar para iniciar el progreso? Por una revoluci¨®n educativa laica
En el imperio mexica de casi 200 a?os de existencia era obligatoria la fundaci¨®n de escuelas en cada calpulli, la organizaci¨®n social y agraria gracias a la cual dicha civilizaci¨®n precolombina pudo alcanzar, entre otras razones, sorprendentes niveles de desarrollo en sus gigantescos dominios mesoamericanos. La educaci¨®n era una de las m¨¢ximas prioridades. ?Cu¨¢ndo se torci¨® dram¨¢ticamente el destino de M¨¦xico? Cuando los invasores espa?oles del siglo XVI, los llamados "conquistadores", crearon la encomienda, destruyeron el calpulli y sustituyeron las escuelas por iglesias para cancelar a lo largo de 300 a?os la evoluci¨®n racional en el Nuevo Mundo. La siniestra Inquisici¨®n y los tribunales del Santo Oficio dieron al traste con cualquier posibilidad de progreso intelectual y educativo en la Am¨¦rica espa?ola.
La ignorancia, el analfabetismo y las supersticiones se apoderaron de las masas integradas por millones de personas proyectadas a un acelerado proceso de embrutecimiento reforzado eficazmente en nuestros d¨ªas por la mayor¨ªa de los medios de difusi¨®n masivos, por los discursos pronunciados desde los p¨²lpitos y por la insolvencia intelectual de maestros burocratizados incapaces de formar a las nuevas generaciones. Dime qu¨¦ profesores tienes y te dir¨¦ qu¨¦ pa¨ªs tienes... ?Resultado?
Cuando se logr¨® la independencia de la corona espa?ola en 1821, casi la totalidad de los mexicanos no sab¨ªan leer y escribir y los muy escasos letrados sucumbieron ante la imposici¨®n de los dogmas re?idos con el menor an¨¢lisis cr¨ªtico, en lugar de adoptar postulados racionales propios del avance cient¨ªfico. ?Qu¨¦ puede esperarse de un pa¨ªs integrado por ciudadanos incultos y en buena parte fanatizados, conducidos con arreglo a emociones apartadas de la m¨¢s elemental l¨®gica emp¨ªrica?
Como el da?o no era suficiente, se instal¨® una dictadura teocr¨¢tica virreinal que gobern¨® M¨¦xico durante 300 a?os sin conceder espacio alguno a la democracia ni a los derechos universales del hombre ni al enciclopedismo ni a la Ilustraci¨®n con sus inmensas ventajas para efectos de la evoluci¨®n pol¨ªtica y cultural de una naci¨®n gobernada de acuerdo a los estados de ¨¢nimo y a los intereses personales del clero y de los virreyes de turno. M¨¦xico, hasta la fecha, 29 de septiembre de 2017, no ha conocido ni disfrutado las ventajas de una convivencia civilizada ajustada a un Estado de derecho. ?Podr¨ªa ser acaso diferente ante una creciente poblaci¨®n iletrada y resignada a su suerte o influida por un clero cat¨®lico que vende espacios en el para¨ªso, enajena las indulgencias a cambio de dinero para construir sociedades de c¨ªnicos que tienen garantizado un fast track a la gloria eterna?
El escandaloso fracaso educativo, el origen de la tragedia, se demuestra con tan solo salir a la calle y se confirma con la inexistencia de un Estado de derecho, propio de una embrionaria estructura democr¨¢tica en la que empieza a imponerse finalmente una efectiva divisi¨®n de poderes en beneficio de la naci¨®n. Comenzamos entonces a armar el rompecabezas del subdesarrollo latinoamericano: fracaso educativo, empoderamiento del clero cat¨®lico, incipiente evoluci¨®n pol¨ªtica, incapacidad del sistema de impartici¨®n de justicia, impunidad legal, proliferaci¨®n de la corrupci¨®n en los diversos niveles de gobierno, vulnerabilidad de los procesos electorales, distribuci¨®n inequitativa del ingreso, rencor social, restricciones en materia de libertad de expresi¨®n y el desastre agr¨ªcola, la rueda cuadrada del desarrollo econ¨®mico en nuestros pa¨ªses.
?Por d¨®nde comenzar? Con una revoluci¨®n educativa de extracci¨®n laica, instrumentada de la mano con una sociedad consciente de la necesidad inaplazable de participar en pol¨ªtica para arrebatarle el poder a quienes lo han secuestrado con el ¨¢nimo de enriquecerse impunemente. El pa¨ªs no es propiedad de un grupo de funcionarios ni de partidos pol¨ªticos que ejercen a su juicio y beneficio los diversos aspectos de la soberan¨ªa nacional. Esta debe recaer en un pueblo que no debe ser contemplado como un fantasma que, de cuando en cuando, despierta y cuelga de las ramas de los ¨¢rboles y de los postes el¨¦ctricos a sus dirigentes dentro de un proceso revolucionario que tendr¨¢ como resultado una mayor concentraci¨®n del poder.
?Conclusi¨®n? La sociedad al poder, en el contexto de un golpe radical de tim¨®n en el orden educativo antes que el tiempo se agote como ocurre en Venezuela.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.