Las indomables finanzas de Dios
La reforma econ¨®mica de Francisco sufre la baja de dos de sus m¨¢ximos responsables, resucita viejas luchas de poder y algunos recelos ante el escrutinio de gestores laicos
Las finanzas del cielo se comportan c¨ªclicamente en la Tierra como un volc¨¢n en eurupci¨®n. Tras a?os de turbios manejos, banqueros muertos, acusaciones de blanqueo de capitales y cuervos sobrevolando el Vaticano, Benedicto XVI se propuso ordenar el laberinto que conforman las cuentas de sus m¨¢s de 100 entes independientes. No sali¨® bien, y la derrota de aquella y otras empresas qued¨® resumida en el diario oficial del Vaticano cuando Joseph Ratzinger, con 86 a?os y un estado de salud razonable, dio un inesperado paso al lado sin aparente motivo: ¡°Un pastor rodeado por lobos¡±, se?al¨® L'Osservatore romano. Han pasado cinco a?os y Francisco ha dedicado un enorme esfuerzo por completar el trabajo de su predecesor. Hay buenas noticias: reducci¨®n del d¨¦ficit, nuevos ¨®rganos de control, cierre de cuentas sospechosas y mayor transparencia. Pero dos de los tres v¨¦rtices m¨¢s importantes de la reforma est¨¢n descabezados y se han desatado nuevas guerras. Cada cierto tiempo vuelven a o¨ªrse los mismos aullidos.
El ¨²ltimo aviso lo dio Libero Milone, un auditor con intachable historial al frente de los n¨²meros de empresas como Deloitte, Fiat o Telecom, elegido por el Papa para ocupar el cargo de revisor general de las cuentas vaticanas en mayo de 2015. Su dimisi¨®n el pasado junio, denunci¨® en una entrevista, se produjo bajo amenaza de detenci¨®n, secuestro de documentos confidenciales y coacciones de la gendarmer¨ªa vaticana. Milone dej¨® entrever que hab¨ªa descubierto asuntos inc¨®modos y que, ante esa evidencia, decidieron sac¨¢rselo de encima. La Santa Sede fue tajante y respondi¨® que el revisor no ten¨ªa un pelo de santo y se hab¨ªa dedicado a espiar la vida privada de sus empleados ¡ªincluyendo al sustituto de la Secretar¨ªa de Estado, Giovanni Angelo Becciu¡ª a trav¨¦s de una empresa externa.
Las versiones coincid¨ªan en una cosa: o presentaba la dimisi¨®n ese d¨ªa, o ser¨ªa procesado. Vistos los precedentes, el auditor eligi¨® lo primero, guard¨® silencio durante m¨¢s de tres meses y, a la vuelta del verano, el volc¨¢n entr¨® en erupci¨®n con las ya sabidas acusaciones. Adem¨¢s, insinu¨® que la investigaci¨®n de la que hab¨ªa sido v¨ªctima coincid¨ªa con el reverdecimiento de las acusaciones de abusos a menores al Prefecto de la Secretar¨ªa de Econom¨ªa, el cardenal George Pell ¡ªactualmente en excedencia para ser procesado en Australia¡ª, y con la reforma del sistema de la concesi¨®n de contratos que ambos planeaban. Una operaci¨®n, denunci¨®, para obstaculizar las reformas del Papa. La misma canci¨®n de siempre. Pero, ?por qu¨¦ iba un hombre de 69 a?os con un sueldo de 240.000 euros inventarse todo aquello?
El auditor general dimiti¨® acusado de espionaje y el 'superministro de finanzas' se encuentra en Australia a la espera de ser procesado
El revisor, a quien hab¨ªan robado informaci¨®n de su ordenador nada m¨¢s arrancar en el cargo en 2015, era la ¨²ltima gran pieza que quedaba en pie de la troika financiera que Francisco edific¨® en 2014. Milone, un laico con la misma claridad de ideas que falta de mano izquierda, deb¨ªa flotar entre departamentos y exigir las cuentas a decenas de hombres religiosos que llevaban d¨¦cadas funcionando de forma aut¨®noma. ¡°Es complicado pedirlas, especialmente con seg¨²n qu¨¦ tono, y esperar sentado a que te las den. No porque quieran ocultar nada, pero las cosas no funcionan as¨ª en el Vaticano. Adem¨¢s, el problema es que no existe una ley clara que les obligue¡±, se?alan fuentes del entorno del ¨¢rea econ¨®mica.
Milone completaba el tri¨¢ngulo m¨¢gico de una reforma en cuyos v¨¦rtices se encontrar¨ªan el cardenal George Pell, al frente de un ins¨®lito superministerio de finanzas con casi tanto poder como la Secretar¨ªa de Estado, y el Consejo para la Econom¨ªa, un ¨®rgano mixto de laicos y religiosos que propondr¨ªa y guiar¨ªa las reformas bajo la batuta del moderado e inteligente cardenal Reinhard Marx: el ¨²nico que sigue ah¨ª. Los otros dos v¨¦rtices de la reforma promulgada en 2014 est¨¢n hoy descabezados, una amenaza evidente para la estabilidad de una transformaci¨®n prioritaria.
El trabajo de Milone se parec¨ªa al que hasta la fecha hab¨ªa llevado a cabo el secretario de la prefectura para Asuntos Econ¨®micos, el espa?ol Lucio ?ngel Vallejo Balda, encarcelado por filtrar informaci¨®n confidencial a dos periodistas inaugurando as¨ª la segunda parte del esc¨¢ndalo de Vatileaks. De hecho era el puesto que el riojano demandaba a quien quisiera o¨ªrle antes de estallar el esc¨¢ndalo y ser procesado. En cualquier caso, tras su fracaso a la hora de obtener las cuentas de los distintos departamentos ¡ªVia Crucis, el libro de Gianluigi Nuzzi, describe a un hombre al borde de la locura ante la desautorizaci¨®n de la Curia¡ª, el nuevo controlador tendr¨ªa ¡°total autonom¨ªa e independencia para realizar su misi¨®n en todos los servicios¡±. Visto con perspectiva, es tentador dudarlo.
Un estudioso de las finanzas del Vaticano describe as¨ª ese proceso. ¡°Muchas de las reformas que pretend¨ªan llevarse a cabo nunca pudieron ejecutarse. Un ejemplo evidente fue la incapacidad para integrar al APSA [el ente que gestiona el patrimonio del Vaticano y que termin¨® convertido en una segunda banca] en la Secretar¨ªa para la Econom¨ªa. Si ni siquiera eso pod¨ªa llevarse a cabo, especialmente por el dinero que costaba cambiar la titularidad, ?c¨®mo iba Milone, un laico reci¨¦n llegado a pedir las facturas de entes que llevaban d¨¦cadas funcionando de forma aut¨®noma?¡±.
Pero en el ojo del hurac¨¢n suele situarse al IOR, el banco del Vaticano que el Papa incluso estudi¨® eliminar a su llegada para desconectar la gran lavadora de capitales. Hoy, presidido por?Jean-Baptiste de Franssu, gestiona 5.700 millones de euros, de los cuales 2.000 son dep¨®sitos de sus 14.960 clientes. Las cuentas se han reducido cada a?o ¡ª5.000 menos desde 2013¡ª y las reglas para el control del blanque¨® de capitales se endurecieron durante el mandato de Benedicto XVI, que intent¨® que la entidad se adaptase a la normativa contra para¨ªsos fiscales. Y al frente de aquella reforma coloc¨® a Ettore Gotti Tedeschi. Tres a?os despu¨¦s, poco dado a plegarse a los deseos de la Secretar¨ªa de Estado que dirig¨ªa el controvertido Tarcisio Bertone e inaugurando Vatileaks, fue despedido. Se le achac¨® falta de transparencia y le acusaron de lo mismo que ¨¦l hab¨ªa se?alado a sus enemigos. El banquero de Dios termin¨® saliendo por la puerta de atr¨¢s del Vaticano, lo mismo que su sucesor -Ernst von Freyberg¡ª pocos meses despu¨¦s de ser nombrado y que el propio Milone. Justo cuando la tierra volvi¨® a temblar.
El APSA, un banco en la sombra
Tras las siglas de APSA se encuentra el ente que gestiona el patrimonio del Vaticano. Lo que qued¨® tras la anexi¨®n de Roma al Reino de Italia en 1870 y lo que Italia reintegr¨® tras los acuerdos lateranenses de 1929 (750 millones de liras de la ¨¦poca y 1.000 millones en t¨ªtulos). Ese dinero permiti¨® construir y comprar gran parte del patrimonio del que dispone hoy: 3724 unidades inmobiliarias, el 70% de las cuales son en propiedad y el resto pertenecientes a organismos de la Santa Sede, seg¨²n los datos que el Secretario del APSA, Mauro Rivella, rese?¨® en una conferencia ante el Case Stewardship, el proyecto que promociona la transparencia de la Iglesia. Hoy su valor, seg¨²n public¨® La Stampa, rondar¨ªa los 2.700 millones de euros.
En 2013 el exencargado del servicio de contabilidad de la APSA, el prelado italiano Nunzio Scarano,, fue arrestado por un delito de blanqueo de capitales. Scarano se ocupaba, supuestamente, de una amplia red de blanqueo de dinero que hac¨ªa pasar por falsas donaciones para los pobres y que acababan en las cuentas del IOR. En julio de 2016, el Papa restituy¨® la gesti¨®n del APSA al ente y clarific¨® sus funciones: culto divino, honesto sostenimiento del clero y obras de caridad.
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