¡°Estamos canalizando mal el malestar en M¨¦xico¡±
Jos¨¦ Woldenberg, uno de los polit¨®logos m¨¢s relevantes de M¨¦xico, repasa la actualidad del pa¨ªs a ra¨ªz de su libro 'Cartas a una joven desencantada con la democracia'
En un mundo de desencanto y hast¨ªo con los pol¨ªticos, Jos¨¦ Woldenberg (Monterrey, 1952) trata de evitar las generalizaciones. ¡°No comparto eso de que todos son los mismos¡±, asegura uno de los polit¨®logos m¨¢s relevantes de M¨¦xico, que acaba de publicar ¡®Cartas a una joven desencantada con la democracia¡¯ (Sexto Piso), un libro en forma en el que, a trav¨¦s de una correspondencia, trata de explicar los problemas y retos de M¨¦xico.
Pregunta. ?Cu¨¢l cree que son las causas de ese desencanto?
Respuesta. En el caso mexicano, la corrupci¨®n extendida que queda impune es una inyecci¨®n de incredulidad en las instituciones p¨²blicas muy fuerte. Est¨¢ tambi¨¦n la espiral de violencia; un crecimiento econ¨®mico precario, que hace que los j¨®venes no tengan un horizonte venturoso y un problema ancestral, que es el de la desigualdad. Pero hay m¨¢s. Creo que hay un resorte antipluralista muy instalado en la sociedad. No explicamos bien ni nos sentimos orgullosos del tr¨¢nsito democr¨¢tico mexicano. A diferencia de Espa?a, por ejemplo, donde todos hablan de la Transici¨®n y saben que hubo un antes y un despu¨¦s. En M¨¦xico, no, incluso hay quien dice que no hubo transici¨®n.
P. Pero en Espa?a se produjo un cambio de r¨¦gimen, no solo de gobierno. ?Es lo que M¨¦xico necesita?
R. Creo que s¨ª transitamos de un r¨¦gimen autoritario a una germinal democracia. Todos los signos est¨¢n ah¨ª. Pasamos de un sistema de partido hegem¨®nico, como lo llam¨® Sartori, a un sistema plural de partidos; de elecciones sin competencia a elecciones competidas, a un mundo lleno de pesos y contrapesos. Ahora, no transitamos al para¨ªso.
P. ?Ha colapsado el sistema?
R. No, hablar de colapso me parece excesivo. Las instituciones siguen funcionando, el pa¨ªs se prepara para unas elecciones presidenciales el pr¨®ximo a?o. No hay fuerza pol¨ªtica relevante, corriente acad¨¦mica ni medio de comunicaci¨®n que no diga que el camino para llegar a los cargos legislativos es el electoral. Hay capas de la poblaci¨®n que sienten que no est¨¢n representados por los partidos pol¨ªticos existentes. Hay una sociedad que est¨¢ organizada, que tiene su propia agenda y que tiene una relaci¨®n de amor y odio con los partidos pol¨ªticos. Saben que para ser productivos no pueden prescindir del mundo de la representaci¨®n formal. El problema es que m¨¢s all¨¢ de la democracia representativa no alcanzo a ver un sustituto.
P. Es decir, que hay que cambiar el sistema desde dentro.
R. Yo lo que quiero es que en M¨¦xico siga habiendo elecciones, pluripartidismo, equilibrio entre los poderes p¨²blicos. Y hay que combatir todos aquellos fen¨®menos sociales, pol¨ªticos y culturales que erosionan las bases de la democracia.
P. ?Est¨¢ en riesgo la democracia mexicana?
R. No quiero sonar alarmista. Lo que est¨¢ en riesgo es el aprecio por las instituciones que hacen posible la democracia. Yo estoy convencido de que no hay democracia sin Congreso, sin Gobierno y sin partidos. El problema es que todos obtienen las m¨¢s bajas calificaciones en la opini¨®n p¨²blica. Hay una incredulidad muy fuerte en torno a los partidos, un malestar muy grande con los pol¨ªticos.
P. ?Cree que es exagerado ese malestar?
R. No, los nutrientes est¨¢n ah¨ª. El malestar es leg¨ªtimo, explicable. La rabia se entiende. El problema es hacia d¨®nde se canaliza. A veces tengo la impresi¨®n de que estamos canalizando mal el malestar. Por supuesto que hay que dejar abierta la puerta para la creaci¨®n de nuevas opciones, un poco como surgi¨® en Espa?a.
P. Los j¨®venes tomaron el liderazgo tras el terremoto del 19 de septiembre. ?Qu¨¦ le pareci¨® esta movilizaci¨®n? ?Cree que se puede canalizar en otra cosa?
R. Creo que fue un momento luminoso. Una ola de solidaridad muy esperanzadora. Ahora bien, como soy m¨¢s viejo, s¨¦ que la ¨²nica manera de que eso pueda mantenerse es a trav¨¦s de la organizaci¨®n. Sin organizaci¨®n es muy dif¨ªcil que las agendas, las reivindicaciones puedan fructificar. Si lo logran, tendremos una sociedad civil m¨¢s robusta. Pero tambi¨¦n tenemos que saber que esta solidaridad se puede evaporar. Hay otro elemento: quienes vivimos en la Ciudad de M¨¦xico tenemos una visi¨®n empa?ada de lo que es el pa¨ªs. La Ciudad de M¨¦xico es la entidad m¨¢s exc¨¦ntrica, si uno compara c¨®mo se vota aqu¨ª con el resto del pa¨ªs se dar¨¢ cuenta de que filtrar este mosaico desigual con lo que ocurre en la capital siempre distorsiona. La participaci¨®n electoral de los j¨®venes va a ser muy interesante, aunque no me gusta hablar de los j¨®venes como si fueran un solo bloque: los hay que van a votar por el PRI, por el PRD, muchos que le van a dar la espalda a las elecciones, va a haber de todo.
P. ?Qu¨¦ se juega M¨¦xico el pr¨®ximo a?o?
R. Van a ser unas elecciones competidas, nadie va a ganar todo y nadie va a perder todo. En M¨¦xico tendemos a poner los reflectores en qui¨¦n va a ser el presidente, pero sea quien sea, lo m¨¢s probable es que no tenga mayor¨ªa absoluta ni en la C¨¢mara de Diputados ni en la de Senadores y necesite las artes de la negociaci¨®n.
P. ?Cu¨¢l ser¨¢ el mayor desaf¨ªo para L¨®pez Obrador?
R. Quiz¨¢s evitar algunos de sus resortes autoritarios, que no le permiten ver la complejidad real de la sociedad y la pol¨ªtica mexicana. Esta simplificaci¨®n extrema de que est¨¢s conmigo o est¨¢s contra m¨ª le puede hacer da?o.
P. ?Y para el PRI?
R. El reto ser¨¢ mantener la cohesi¨®n del partido cuando tengan candidato.
P. ?Qu¨¦ futuro le ve al Frente Ciudadano por M¨¦xico?
R. Tiene dos retos importantes: construir un programa a partir de trayectorias e ideolog¨ªas que han estado en tensi¨®n y a veces en conflicto, y no invento nada, decidir su candidato presidencial.
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