¡°A Argentina le cuesta gestionar su mediocridad¡±

Alejandro Katz (Buenos Aires, 1960) es ensayista, traductor y responsable de Katz Editores. Desde su casa, en el barrio porte?o de Villa Urquiza, critica con dureza a las ¨¦lites argentinas. Cree que les falta imaginaci¨®n pol¨ªtica y no combaten los problemas m¨¢s acuciantes, como la desigualdad y la injusticia. Con un hablar pausado y reflexivo, Katz cree que para salir adelante Argentina debe recuperar el sentido de bien com¨²n y asumir la mediocridad como virtud.

Pregunta. ?C¨®mo est¨¢ Argentina a dos a?os del cambio?

Respuesta. Argentina es un pa¨ªs razonablemente mediocre al que le cuesta gestionar a su mediocridad porque hay creencias demasiado arraigadas acerca de que debe ser algo mucho mejor de lo que es.

P. Los argentinos no se sienten mediocres.

R. No. La mediocridad es una virtud, la mesura de los griegos, la armon¨ªa, pero en nuestra cultura no est¨¢ bien vista.

P. ?Por qu¨¦?

"El capitalismo en este pa¨ªs es predatorio, rent¨ªstico y anticompetitivo"

R. Por diversas razones hist¨®ricas. Los actores colectivos en Argentina piensan que merecen m¨¢s de lo que tienen, lo cual pone permanentemente al pa¨ªs en una situaci¨®n de estr¨¦s porque lo que Argentina produce no puede satisfacer las expectativas colectivas. No puede satisfacer las expectativas salariales, tampoco las expectativas del capital. Eso plantea un problema permanente y orienta la conducta de los actores a pr¨¢cticas predatorias, a una conducta tendiente a capturar parte de la renta de otros sectores o normalmente parte de la riqueza futura. La recurrencia de la inflaci¨®n en Argentina expresa esto.

P. ?Por qu¨¦ Argentina no puede bajar la inflaci¨®n?

R. Porque la inflaci¨®n es el consumo presente de riqueza futura, t¨¦cnicamente. Y la riqueza presente no satisface las expectativas de los actores. Entonces para evitar el conflicto social lo que se hace es consumir en el presente riquezas no disponibles que se extraen del futuro a trav¨¦s de la inflaci¨®n.

P. La elevada inflaci¨®n argentina es una anomal¨ªa en la regi¨®n, es mucho m¨¢s alta que en los pa¨ªses vecinos.

"Nuestra sociedad est¨¢ encerrada econ¨®mica e intelectualmente"

R. La sociedad chilena era una sociedad que ten¨ªa un alto nivel de expectativas pero la dictadura la disciplin¨® y a la vez moderniz¨® el Estado. La sociedad uruguaya tambi¨¦n tiene m¨¢s expectativas que lo que su realidad le permite proveer, pero Uruguay ajusta expulsando gente. El 30% de la producci¨®n uruguaya est¨¢ en el extranjero. En Argentina se encontr¨® otro mecanismo de ajuste.

P. ?El Gobierno de Macri est¨¢ buscando soluciones a ese problema?

R. Creo que el gobierno tiene en la cabeza de la necesidad de mejorar las condiciones del funcionamiento del capitalismo argentino, que es predatorio, rent¨ªstico, prebendario y anticompetitivo. Creo que el gobierno entiende que crear un capitalismo competitivo y din¨¢mico es fundamental para pensar en cualquier otra cosa.

P. ?Y los empresarios est¨¢n preparados?

R. Hay algunos sectores que s¨ª, como los vinculados con la producci¨®n agropecuaria que son innovadores y abiertos al mundo. Pero hay un mundo del empresariado argentino que no solo no est¨¢ preparado sino que es muy refractario, muy resistente a actuar en un entorno no protegido. El encierro de la Argentina no es solo tarifario aduanero. Hay problemas que se discuten en el mundo y aqu¨ª no, como la desigualdad. Se discute la pobreza, que es un problema moral. La desigualdad es un problema pol¨ªtico. No tenemos una reflexi¨®n sobre el capitalismo posible. Es una sociedad muy encerrada econ¨®micamente pero tambi¨¦n muy encerrada intelectualmente.

P. ?Argentina mira demasiado a ese pasado de potencia?

"Lo que producimos no puede satisfacer las expectativas colectivas"

R. Es un pasado absolutamente idealizado. El ingreso bruto por habitante de Argentina de 1910 era el sexto del mundo pero eso no dice nada. Hay un gran entusiasmo por ese pasado idealizado que funciona como la promesa de un futuro posible cuando en realidad es lo que impide una imaginaci¨®n sobre el futuro. En Argentina falta imaginaci¨®n pol¨ªtica. No hay actores pol¨ªticos de relevancia que est¨¦n proponiendo im¨¢genes del futuro en lugar de recuerdos distorsionados.

P. ?Eso es as¨ª incluso en el actual gobierno?

R. Creo que no tiene una idea del futuro, tiene algunas ideas de los pasados que no querr¨ªa repetir. La pol¨ªtica argentina de hoy, en alguna medida es resultado de la malversaci¨®n de las grandes palabras que hizo el kirchnerismo. 12 a?os hablando de la igualdad y no produjo igualdad, hablando de la justicia y no produjo justicia. Hay tambi¨¦n un fen¨®meno de ¨¦poca, que tiende a la desideologizaci¨®n.

P. La gente mayor recuerda que en su infancia hab¨ªa poca pobreza y era transitoria. ?Esa movilidad social se ha roto?

R. S¨ª. Hasta bien entrados los a?os 60 la pobreza de Argentina era del orden del 5% y de ciclo corto. La inmigraci¨®n llegaba a las periferias de las grandes ciudades y se manten¨ªa en la pobreza hasta que consegu¨ªa insertarse productivamente en la sociedad y pasar a la propiedad de la vivienda, conseguir un trabajo formal, educar a los hijos, etc¨¦tera. Eso se ha roto. Ahora, la pobreza es de larga duraci¨®n.

"Argentina tiene un gran d¨¦ficit en las clases dirigentes"

P. ?Esa injusticia contribuye a la sensaci¨®n permanente de que puede estallar todo en cualquier momento?

R. Lo que uno ve es una gran tendencia a la hip¨¦rbole. El gobierno de Cristina Kirchner nos conduc¨ªa al fascismo, el gobierno de Macri es el neoliberalismo salvaje que contin¨²a la dictadura de los militares genocidas. Ni tanto ni tan calvo. Nada va a estallar, Argentina sabe enfrentar crisis y seguir adelante. Lo grave es la injusticia. Es una sociedad muy complicada, construida sobre los privilegios del grupo. Hay una conducta contradictoria. Por un lado no pagamos impuestos porque nadie paga o no respetamos las normas de tr¨¢nsito y esas conductas se amparan en el "somos as¨ª". Por otro lado, hay grandes exigencias respecto del presunto derecho de cada uno de acceso a modos de bienestar. Argentina tiene un gran d¨¦ficit en las clases dirigentes. Hay que hacer muchos esfuerzos para darle a la democracia el valor epistemol¨®gico que tiene. Si no es poner la ilusi¨®n en un l¨ªder mesi¨¢nico que traiga una verdad revelada y eso no funciona.