Una masacre anunciada
Tumaco es uno de aquellos territorios que concentran casi toda la cadena de un mercado ilegal, el del narcotr¨¢fico
Hace algunos d¨ªas en el municipio de Tumaco, en Colombia, ubicado al sur del pa¨ªs en la costa pac¨ªfica cerca de la frontera con Ecuador, murieron siete campesinos en medio de una protesta por la erradicaci¨®n forzosa de cultivos de hoja de coca. Si bien un comunicado de las fuerzas de seguridad del Estado afirm¨® que la muerte de los civiles fue producto de un combate con una organizaci¨®n criminal denominada Guerrillas Unidas del Pac¨ªfico, al correr de las horas la versi¨®n fue quedando sin consistencia y todo parece indicar que fue la Fuerza P¨²blica la que dispar¨® y asesin¨® a los campesinos.
Tumaco es uno de los cerca de setenta municipios de los 1.122 que tiene Colombia que mantiene un comportamiento al alza en los niveles de violencia, principalmente del homicidio, pero no es el ¨²nico indicador que va hacia arriba. Despu¨¦s de la salida de las FARC tras las negociaciones de paz, diferentes grupos criminales se disputan metro a metro el control de ese territorio, donde los niveles de cultivos de hoja de coca han aumentado de forma acelerada.
Tumaco es uno de aquellos territorios que concentran casi toda la cadena de un mercado ilegal. Mientras que en otras zonas del pa¨ªs se cultiva y a cien kil¨®metros est¨¢n las cocinas o laboratorios de clorhidrato de coca¨ªna, lejos de los puertos, en ese municipio todo se concentra en un peque?o territorio: hay 23.000 hect¨¢reas de hoja de coca; se han destruido, en los ¨²ltimos a?os, m¨¢s de 100 laboratorios y es una ruta desde el Pac¨ªfico hacia Centroam¨¦rica. Por tanto, al estar todo concentrado, la disputa por el control de dicho mercado es mayor. En total, 11 grupos criminales se disputan el control: el Clan del Golfo, Guerrillas Unidas de Pac¨ªfico, Gente del Orden, La Empresa y la guerrilla del ELN, entre otros.
Colombia actualmente tiene cerca de 140.000 hect¨¢reas de hoja de coca, casi la misma cifra del a?o de 1996, cuando se produjo el n¨²mero m¨¢s alto de este cultivo. Desde ese momento, Colombia adopt¨® la estrategia norteamericana de lucha contra la drogas, se fumigaron m¨¢s de 1.5 millones de hect¨¢reas, se erradicaron m¨¢s de 500.000 hect¨¢reas y se llenaron las c¨¢rceles de campesinos cocaleros. Al final, despu¨¦s de 20 a?os, la cifra de cultivos es pr¨¢cticamente igual. Un rotundo fracaso de esa pol¨ªtica.
Basado en ello, el Gobierno adopt¨® dos pol¨ªticas diferentes. Por un lado, se continu¨® con la vieja estrategia de persecuci¨®n a los cultivos, se estableci¨® como meta lograr erradicar forzosamente 50.000 hect¨¢reas. A la vez se cre¨® el PNIS -Plan Nacional Integral de Sustituci¨®n-, el cual se inici¨® bajo los par¨¢metros del acuerdo de paz con las FARC. El PNIS arranc¨® lentamente, pero ha comenzado a dar resultados y su impacto solo se ver¨¢ hasta dentro de unos ocho meses, cuando los acuerdos colectivos e individuales con las comunidades avancen.
Uno de los mayores problemas es que existe una gran presi¨®n para lograr la meta de la erradicaci¨®n forzosa, ya que, es un objetivo del Gobierno, a la vez es el mayor desaf¨ªo en materia de seguridad en tiempos de postconflicto, y adem¨¢s, y el apremio del Gobierno de Estados Unidos es inmenso. El propio presidente, Donald Trump, amenaz¨® hace algunas semanas con una des-certificaci¨®n. A la vez no todo los cultivos perteneces a campesinos cocaleros. Tambi¨¦n hay una gran cantidad de cultivos que le pertenecen a narcotraficantes, que luego los parcelan para que parezcan de peque?os productores. Sobre el terreno no es clara la diferenciaci¨®n.
Hace tres semanas, cerca de 700 militares y polic¨ªas llegaron a la zona a reforzar la erradicaci¨®n forzosa de cultivos de uso il¨ªcito en Tumaco. Los campesinos comenzaron a agrupase para evitar la erradicaci¨®n, algunos fueron voluntariamente, otros forzados por organizaciones criminales. A medida que los campesinos se acercaban a la Fuerza P¨²blica, para formar los famosos cordones humanitarios, y con ello lograr sacar a los erradicadores, se produjo la masacre. Cuando los campesinos se encontraban a 500 metros se abri¨® fuego. La Fuerza P¨²blica disparo a mansalva, no se sabe a¨²n qui¨ªen dio la orden. Lo cierto es que adem¨¢s de los muertos hubo cerca de una veintena de heridos. Como Tumaco existen otras seis regiones del pa¨ªs que corren el mismo riesgo.
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