?Por qu¨¦ los incendios en Portugal son tan letales?
43 personas han fallecido en los fuegos desde el domingo, en un pa¨ªs donde la extinci¨®n est¨¢ descoordinada entre ministerios y queda en manos de bomberos voluntarios
Armando y sus cuatro hermanos han heredado 55.000 hect¨¢reas de monte. ¡°Fuimos a pedir permisos para construir una casa. Nos dijeron que pod¨ªamos hacer lo que quisi¨¦ramos, pero registrarla no¡±. Lo habitual en Portugal es construir como sea en medio del bosque, sin observancia de las muchas leyes forestales que rigen el pa¨ªs ¡ªsobre franjas de cortafuegos o per¨ªmetros de seguridad alrededor de n¨²cleos urbanos¡ª y sin dejar huella en registros oficiales.
Poco a poco, durante cuatro d¨ªas, Portugal ha ido contando, hasta llegar a 43, los cad¨¢veres localizados bajo la escoria de m¨¢s de 500 incendios que convirtieron el pa¨ªs en una caldera. Cuatro meses antes hab¨ªan muerto otras 64 en Pedr¨®g?o. Desde junio, los pol¨ªticos preguntan a expertos forestales qu¨¦ hay que hacer para acabar con esta plaga.
Portugal suele ser l¨ªder europeo por n¨²mero de incendios y superficie quemada. De media, los incendios en Portugal son seis veces los de Espa?a. Hay a?os en que m¨¢s de la mitad de la extensi¨®n destruida en toda Europa es portuguesa cuando el pa¨ªs ocupa solo 92.000 kil¨®metros cuadrados de los 4,4 millones que tiene la UE. Este 2017 va a ser uno de esos a?os. Los expertos dirigen su mirada a la vecina Galicia, que desde los noventa ha reducido a la mitad las hect¨¢reas quemadas por a?o. Existen m¨¢s razones para mirar al norte. De Coimbra a Bragan?a la orograf¨ªa recuerda mucho a Galicia, ambas regiones concentran los incendios de sus respectivos pa¨ªses; ambas comparten el clima, el minifundismo rural y su abandono.
El a?o 1989 fue a Galicia lo que el 2017 a Portugal. Aquel a?o hab¨ªan ardido 200.000 hect¨¢reas y muerto cuatro personas. Al a?o siguiente el Gobierno auton¨®mico de Manuel Fraga dio un golpe en la mesa para cambiar la tendencia. Cre¨® una subdirecci¨®n general dedicada exclusivamente a la prevenci¨®n de incendios y quien hoy dirige toda la prevenci¨®n oficial y combate al fuego, Tom¨¢s Fern¨¢ndez-Couto, ya estaba entonces en esa labor. Este ingeniero forestal de la Escuela T¨¦cnica Superior de Ingenieros de Montes de Madrid (ETSI) lleva m¨¢s de un cuarto de siglo dedicado al bosque gallego.
Durante cuatro meses, una denominada Comisi¨®n T¨¦cnica independiente creada ex profeso por el Parlamento para investigar el incendio de Pedr¨®g?o reparti¨® en su informe final culpas para todos, desde el vicio de cambiar la direcci¨®n de Protecci¨®n Civil seg¨²n el color pol¨ªtico, a la promiscuidad de ¨¢rboles y casas en el mundo rural.
El minifundismo familiar portugu¨¦s es ¨²nico en el mundo. El 85% del bosque est¨¢ en manos privadas, seg¨²n el Inventario Forestal Nacional, en comparaci¨®n con el 75% de Francia, el 70% de Espa?a, el 66% de Italia o el 22% griego. El Estado portugu¨¦s solo posee el 2% de la floresta (el resto son ¨¢reas p¨²blicas). Se sabe que casi todo el monte es privado, pero poco m¨¢s se sabe. Si no hay registros de casas, menos de sus ocupantes y propietarios. Tras la desgracia de Pedr¨®g?o se ha reemprendido la misi¨®n de crear un catastro forestal nacional. Los terrenos que no se registren pasar¨¢n al Estado despu¨¦s de unos a?os sin reclamaciones. Hoy por hoy se desconoce de qui¨¦n es el bosque, qui¨¦n vive en ¨¦l y, por tanto, quien muere en ¨¦l.
S¨ª se sabe que hay una parte del bosque que nunca se incendia, el de la industria. Las papeleras gestionan el 6,5% de los terrenos privados, algo m¨¢s de 200.000 hect¨¢reas. Sus eucaliptos no arden, y cuando lo hacen es por contagio del vecino. El sector invierte cuatro millones de euros anuales en labores de prevenci¨®n y silvicultura. Su brigada de intervenci¨®n r¨¢pida se mantiene en alerta todo el a?o. Casi todos los fuegos que apagan (el 85%) est¨¢n en propiedades vecinas.
¡°Portugal combate los incendios con bomberos voluntarios; Espa?a con profesionalismo y conocimientos¡±, se?ala el ingeniero forestal y profesor Paulo Fernandes, para apuntar diferencias entre ambos pa¨ªses respecto a las pol¨ªticas de lucha y extinci¨®n de fuegos. ¡°En los noventa, Espa?a y Galicia cambiaron el plan de extinci¨®n; lo hicieron m¨¢s eficiente, m¨¢s basado en el conocimiento, m¨¢s profesional, m¨¢s americano por as¨ª decirlo, se combate con t¨¦cnicas forestales¡±. Galicia fue pionera en el empleo de aviones anfibios, en las t¨¦cnicas de fuegos controlados, en los centros de coordinaci¨®n, en la instalaci¨®n de c¨¢maras autom¨¢ticas de vigilancia. ¡°El plan gallego es impresionante, con an¨¢lisis de incidencias y causalidad por semanas, por d¨ªas, por horas¡±, explica In¨¦s Gonz¨¢lez, catedr¨¢tica de la Escuela de Ingenieros de Montes en la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid (UPM).
En Galicia, dos tercios del presupuesto se destina a la prevenci¨®n y solo uno al combate; en Portugal es al rev¨¦s
Para eso hace falta dinero. ¡°Espa?a destina unos 2.000 millones (anuales) solo a la extinci¨®n. Creo que salvo Estados Unidos, no hay otros pa¨ªses que tengan tanto presupuesto por persona¡±. En Portugal son 100 millones.
Seg¨²n el ingeniero forestal Fernandes, apenas llegan a 2.000 los bomberos profesionales en Portugal, en Espa?a son 20.000. ¡°El 90% de la fuerza de combate al fuego es de bomberos voluntarios¡±, dice sobre su pa¨ªs. Estos voluntarios reciben cursillos de vez en cuando, se compran su material de trabajo y, si les llaman, cobran 45 euros por d¨ªa de trabajo. Sin fuego, no cobran. Son los primeros en llegar al siniestro, pero sus conocimientos t¨¦cnicos son limitados y a¨²n m¨¢s sus herramientas. El bombero profesional, con salarios de entre 800 y 1.500 euros al mes y horario fijo, tambi¨¦n debe ocuparse del traslado de enfermos para, por ejemplo, una sesi¨®n de di¨¢lisis. Con el incendio en marcha, la responsabilidad del mando pasa a Protecci¨®n Civil, ¡°un buen servicio para defender vidas y casas, pero no para extinguir el incendio¡±, asegura Fernandes.
La Comisi¨®n T¨¦cnica (CTE) critica la descoordinaci¨®n de las diferentes estructuras y mandos. ¡°De la vigilancia se ocupa la Guardia Nacional; de la prevenci¨®n, el Ministerio de Agricultura y de la extinci¨®n, el Ministerio de Administraci¨®n Interna¡±, afirma Fernandes. En el otro lado de la frontera, ya desde 1990 Galicia tiene un mando ¨²nico para todos los trabajos, desde las cuadrillas de prevenci¨®n a la intervenci¨®n urgente de militares, la UME, creada en 2005. En Galicia, en horas ya actuaban los militares; en Pedr¨®g?o tardaron tres d¨ªas en intervenir. La CTE ha recomendado implantar el mando ¨²nico en Portugal.
En Portugal, la principal fuerza del combate al fuego eran bomberos voluntarios; en Galicia, profesionales y militares de la UME
¡°Portugal se ha centrado en el combate, asumiendo que estructuras robustas y eficientes pueden dar respuesta a todas las situaciones, y eso es imposible¡±, afirma Domingos Lopes, director del Departamento Forestal de la Universidad de Tras-os-Montes e Alto Douro (UTAD). ¡°La naturaleza ha demostrado a los pol¨ªticos que el camino es la prevenci¨®n. Si no hay una gesti¨®n preventiva de la silvicultura, las tragedias se repetir¨¢n¡±. La prevenci¨®n es el pariente pobre del combate a las llamas. ¡°Solo con quitar un 4% del presupuesto dedicado a la extinci¨®n para d¨¢rselo a la prevenci¨®n, se ver¨ªa una respuesta efectiva al problema¡±, apuesta el experto Lopes.
Fernandes compara la balanza del gasto en Portugal y Galicia: ¡°Apenas el 5% del presupuesto de la floresta se dedica a los trabajos de prevenci¨®n, como limpieza de los bosques o creaci¨®n de cortafuegos, un 15% a la vigilancia y el resto a la extinci¨®n¡±. En Galicia, dos tercios del presupuesto se destina a la prevenci¨®n y solo uno al combate; en Portugal es al rev¨¦s.
¡°El abandono deja a los bosques no solo sin cuidados, sino, sobre todo, sin aprovechamiento; la le?a que se cortaba para la casa, la hierba para los animales, el pastoreo... todas esas labores preven¨ªan incendios¡±, apunta la catedr¨¢tica Gonz¨¢lez Doncel de la Polit¨¦cnica de Madrid. En el ¨²ltimo lustro ha disminuido un 12% la superficie de explotaci¨®n rural, por ejemplo, el monte de Armando y sus hermanos que, con 72 a?os de edad, no est¨¢ por la labor de explotarlo. ¡°Si no sacamos nada del monte, tampoco vamos a gastar en ¨¦l¡±.
¡°Hay una sobreprotecci¨®n del bosque que est¨¢ haciendo mucho da?o a lo que se quiere proteger¡±, se?ala Gonz¨¢lez Doncel. ¡°El monte hay que aprovecharlo, est¨¢ muy bien sacar dinero de ¨¦l, lo de la limpieza es un mito; el bosque hay que gestionarlo¡±.
El domingo 15 de octubre ard¨ªa Galicia y ard¨ªa Portugal. En un lado, hubo cuatro muertos y 35.000 hect¨¢reas quemadas; en el otro, suman 43 muertos y 150.000 hect¨¢reas; pero, la fuerza de extinci¨®n era pr¨¢cticamente la misma: unas 5.000 personas, aunque su pericia no; en Portugal, la mayor¨ªa eran bomberos voluntarios; en el caso gallego, militares y profesionales. Pese a la desgracia reciente en Galicia, el director general de Montes, Fern¨¢ndez-Couto, declar¨® algo que es impensable decir en Portugal: ¡°No ha existido falta de medios en la extinci¨®n de los incendios¡±.
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