Un estudiante abre fuego en un colegio en Brasil inspir¨¢ndose en la masacre de Columbine

La acci¨®n del autor del tiroteo dur¨® pocos minutos. Seg¨²n testigos y la Polic¨ªa, el adolescente estaba a punto de recargar el arma, pero una empleada del colegio Goyazes, un centro privado de una zona privilegiada de la ciudad, le convenci¨® a no hacerlo. Acto seguido, la Polic¨ªa le detuvo, pero no ir¨¢ la c¨¢rcel al ser menor de edad.

Ya en la comisar¨ªa, el adolescente cont¨® que ven¨ªa sufriendo bullying, inform¨® Luiz Gonzaga, comisario que lleva el caso. ¡°Seg¨²n ¨¦l", un compa?ero le estaba "molestando". Asimismo, Gonzaga asegur¨® que el autor del tiroteo dijo que se hab¨ªa inspirado en otras matanzas en colegios, como la de Columbine, en Colorado (EE. UU.), en 1999, cuando dos estudiantes mataron a 13 personas y acabaron muriendo, y en la de Realengo, en R¨ªo de Janeiro, en 2011, en la que un exalumno asesin¨® a 12 personas. "Inspirado en otros casos, seg¨²n ¨¦l como los de Columbine y el de Realengo, decidi¨® cometer este crimen. Estuvo dos meses plane¨¢ndolo", cont¨® el comisario.

Este caso ha reavivado el debate en Brasil sobre la vigilancia en las escuelas y la prevenci¨®n de casos de acoso escolar. Seg¨²n algunos de los alumnos de la escuela que hablaron con EL PA?S, Jo?o Pedro Calembo habr¨ªa sido uno de objetivos de la rabia del tirador en Goiania. El ni?o, seg¨²n los testimonios, era uno de los que sol¨ªa decir que al adolescente que posteriormente perpetrar¨ªa el crimen ¡°no le gustaba ducharse¡±. Pero su padre, Leonardo Calembo, lo rebate. ¡°Mi hijo le¨ªa la Biblia, le encantaban los himnos, era muy activo en el colegio. No har¨ªa nada que no quisiera que le hicieran a ¨¦l. Mi hijo era alegre, educado, nunca tuvo enemigos¡±, cuenta, a la espera del certificado de defunci¨®n de su hijo.

El ataque se produjo al final de la ma?ana durante el cambio de profesores entre las clases de Ciencias y Gram¨¢tica de segundo de educaci¨®n secundaria. La profesora estaba aclarando unas dudas sobre la feria de ciencias que se celebrar¨ªa el d¨ªa siguiente cuando se escuch¨® un estampido en el tercer piso. Una de las alumnas cre¨ªa que se trataba de un globo de los experimentos de la feria, pero enseguida se oyeron m¨¢s disparos.

Jo?o Pedro, que se sentaba detr¨¢s del autor de los disparos, fue la primera v¨ªctima. ¡°Se dio la vuelta. Jo?o Pedro estaba sentado, discutiendo el trabajo que ten¨ªamos que presentar ma?ana (por este s¨¢bado). Y dispar¨®. Yo me puse a correr¡±, recordaba uno de los supervivientes, delante del colegio, quej¨¢ndose de que no sabe cu¨¢ndo recuperar¨¢ el m¨®vil, que se qued¨® dentro. ¡°Quiero hablar con mi madre ya.¡±

Al cierre del reportaje, los cuatro heridos segu¨ªan ingresados en dos hospitales, de los que dos est¨¢n fuera de peligro. La situaci¨®n m¨¢s delicada es de una ni?a de 13 a?os, que recibi¨® un tiro en el t¨®rax que le perfor¨® uno de sus pulmones, fue sometida a un drenaje tor¨¢cico y se encontraba en la UTI en estado grave.

Amparado por amigos de su iglesia, el padre publicitario de Jo?o Pedro dijo el viernes que no quiere dejar que la tragedia que ha vivido su familia le impida pedir p¨²blicamente que ¡°los padres les den atenci¨®n a sus hijos¡±. ¡°Perdono al chico que ha hecho esto, pero tengo que decir que hoy los ni?os son hu¨¦rfanos de padres vivos. Los padres tienen que ser m¨¢s presentes, tienen que cuidar m¨¢s de ellos. El sistema penitenciario est¨¢ lleno de hijos que no tuvieron padres, que no tuvieron educaci¨®n. Hoy, la base de la sociedad es la educaci¨®n¡±.