Sarahah, la ¡®aplicaci¨®n de la sinceridad¡¯ que ha fomentado el ciberacoso
Esta app para enviar "comentarios constructivos" a una persona de forma an¨®nima, muy popular en la 'generaci¨®n Snapachat' est¨¢ comenzando a usarse para acosar
Este verano, una nueva aplicaci¨®n llamada Sarahah ("sinceridad" en ¨¢rabe) present¨® su versi¨®n en ingl¨¦s. Promet¨ªa ser un veh¨ªculo an¨®nimo para ofrecer cr¨ªticas constructivas a los equipos en los lugares de trabajo. Desde entonces ha atra¨ªdo a 300 millones de usuarios y ha alcanzado el primer puesto de las listas de descargas de la "tienda de aplicaciones" de Apple en m¨¢s de 30 pa¨ªses. No obstante, los usuarios ya han empezado a informar de que est¨¢n recibiendo mensajes intimidatorios y obscenos.
Los dise?adores de Sarahah declaran que la aplicaci¨®n permite a los usuarios "obtener una reacci¨®n sincera por parte de sus amigos y sus compa?eros de trabajo" con el fin de "ayudar a la gente a desarrollarse por s¨ª misma al recibir comentarios constructivos an¨®nimos". Los usuarios se registran en una cuenta y reciben un enlace que pueden compartir en otras redes sociales, en el que invitan a todos los que tengan acceso a su perfil a mandarles mensajes an¨®nimos. Los remitentes no necesitan tener una cuenta. En el mundo ¨¢rabe, donde lo que se dice est¨¢ sometido a mucho m¨¢s control cultural, enseguida se utiliz¨® para hacer declaraciones de amor entre homosexuales y muchas otras que, si no, estar¨ªan prohibidas. Como es natural, su fundador, Zain al Abidin Tawfiq, de 29 a?os y natural de Arabia Saud¨ª, sab¨ªa que la aplicaci¨®n se pod¨ªa utilizar para acosar e incluy¨® caracter¨ªsticas de filtro y bloqueo con el fin de evitar un mal uso. Pero como la plantilla est¨¢ formada solamente por tres personas, la empresa no puede moderar millones de mensajes al d¨ªa.
La versi¨®n inglesa ha tenido una gran acogida entre la generaci¨®n de Snapchat de menos de 25 a?os, pero no se situ¨® en el primer puesto de las listas de descargas hasta que Snapchat lanz¨® las actualizaciones que permitieron a sus usuarios enlazar con sus cuentas de Sarahah. Si bien en opini¨®n de algunos usuarios de Sarahah y otras aplicaciones de la sinceridad similares brindan un apoyo que fomenta la autoestima, tambi¨¦n abunda el ciberacoso, ya que la gente aprovecha el anonimato unilateral para decir sin ning¨²n riesgo a sus amigos y a sus compa?eros de clase todo lo que no se atrever¨ªan a decirles a la cara.
Al principio era genial porque hac¨ªamos bromas con los amigos y esas cosas. Entonces alguien mand¨® mi direcci¨®n y flip¨¦. La gente me mandaba un mont¨®n de perversiones
En una rese?a sobre la aplicaci¨®n aparecida en la tienda de aplicaciones de Google, el usuario Jordan Adams escrib¨ªa: "Al principio era genial porque hac¨ªamos bromas con los amigos y esas cosas. Entonces alguien mand¨® mi direcci¨®n y flip¨¦. La gente me mandaba un mont¨®n de perversiones. Quer¨ªa anular mi cuenta pero no me lo permiti¨®".
Tambi¨¦n en Google Play, unos padres llamados Paul y Olivia dec¨ªan: "Nuestra hija la utiliz¨® un d¨ªa. Al principio recibi¨® comentarios agradables, pero luego empezaron a entrar poco a poco mensajes m¨¢s malintencionados... El ¨²ltimo antes de que la borrara le dec¨ªa que se suicidase".
Ni la primera, ni la ¨²ltima
A los investigadores como yo, Sarahah nos produce una profunda sensaci¨®n de dej¨¤ vu. La primera de una larga lista de aplicaciones de comentarios semian¨®nimos fue Formspring, que se lanz¨® al mercado en 2009 y a la que se hizo alusi¨®n en varios casos de suicidios de adolescentes en Estados Unidos y Gran Breta?a. El propietario redise?¨® el sitio y particip¨® en diversas estrategias de prevenci¨®n del acoso, pero la idea original fue reproducida por el equipo let¨®n como Ask.fm, y tambi¨¦n se relacion¨® con varios suicidios de adolescentes.
Otras aplicaciones pol¨¦micas en las que reina el anonimato son Yik Yak ?que cerr¨® este a?o?, After School y Secret. Todas ofrecen lo mismo. Brindan al usuario la seductora oportunidad de averiguar lo que la gente piensa "realmente" de ¨¦l, combinada con la tentaci¨®n para el emisor de ser brutalmente cruel con alguien que "se lo ha ganado".
En mi estudio sobre Ask.fm y Formspring, las adolescentes se divid¨ªan en aquellas que culpaban a los acosadores de "enviar odio" y las que echaban la culpa sobre todo al receptor por registrarse en el servicio. Algunas dec¨ªan que las personas que se quejaban del acoso en los sitios an¨®nimos lo hac¨ªan para llamar la atenci¨®n, que no tendr¨ªan que estar en Internet si eran tan sensibles, y que no deber¨ªan "simular que les sorprend¨ªa" que no todos los comentarios fuesen positivos.
Se tiende a culpar a las victimas por registrarse en servicios de este tipo
Esta misma culpabilizaci¨®n de las v¨ªctimas ya est¨¢ presente en las rese?as de Sarahah, algunas de las cuales parece que se han cortado y pegado repetidas veces, al tiempo que otorgan cinco estrellas a la aplicaci¨®n. He aqu¨ª un ejemplo:
"Os digo a todos los que os quej¨¢is de que esto fomenta el acoso que est¨¢is completamente equivocados. Toda la culpa es del usuario por entrar en Internet para que cualquiera diga lo que quiera de ¨¦l de manera an¨®nima. Es f¨¢cil: si no quieres que te acosen, pues no uses la aplicaci¨®n. No busques que te hagan comentarios y luego te quejes".
La valoraci¨®n de los compa?eros
Esta culpabilizaci¨®n de las v¨ªctimas no tiene en cuenta la enorme ansia de los j¨®venes de obtener el reconocimiento de sus compa?eros, que por desgracia es m¨¢s fuerte entre los esp¨ªritus m¨¢s sensibles: los que no encajan o que ya han experimentado el acoso.
En su obra sobre las adolescentes Odd Girl Out [Chica rara fuera], Rachel Simmons describe este deseo de confirmar el propio valor social como un "ciclo t¨®xico que se autorrefuerza". Las aplicaciones en las que el anonimato es unilateral, como Sarahah, tientan a los usuarios con la promesa de que obtendr¨¢n el reconocimiento de sus iguales, lo cual es como prometer agua en el desierto. Pero los comentarios pueden ser especialmente hirientes porque proceden de personas que conocen bien a los usuarios. Saben qui¨¦n te gusta, qu¨¦ te pusiste para la fiesta, qu¨¦ dijiste, y pueden usarlo en tu contra.
?C¨®mo enfrentarse a este problema? La aparici¨®n c¨ªclica de estas aplicaciones y su enorme popularidad muestra que responden a una necesidad profunda, as¨ª que no ser¨¢ f¨¢cil erradicarlas por m¨¢s que causen problemas, o incluso provoquen suicidios, con frecuencia. Pero hay algunas medidas que se pueden tomar. La m¨¢s evidente es contratar a un gran n¨²mero de moderadores humanos, crear y controlar una tecla de "informe de acoso" bien visible, y colaborar con expertos en prevenci¨®n del acoso, algo que Ask.fm hace actualmente.
Sin embargo, estas son iniciativas apropiadas para las compa?¨ªas veteranas, pero no para las j¨®venes empresas tecnol¨®gicas sin apenas capital. Quiz¨¢ la verdadera responsabilidad recaiga sobre las tiendas de aplicaciones que les dan cabida, como Google y Apple. Estas compa?¨ªas bien dotadas de personal y con abundantes beneficios podr¨ªan insistir en que los servicios de mensajes semian¨®nimos cumplan unos requisitos m¨ªnimos antes de aparecer en la tienda, en vez de limitarse a a?adirles una advertencia de que est¨¢n clasificadas para su uso bajo "orientaci¨®n parental", que la mayor¨ªa de los padres no ver¨¢n nunca. Hay much¨ªsimos ejemplos del perjuicio que pueden causar estas aplicaciones. Ya es hora de que empecemos a aprender de los errores del pasado.
Amy Binns es profesora de Periodismo y Comunicaci¨®n Digital de la Universidad de Lancashire Central.
Cla¨²sula de divulgaci¨®n:
Amy Binns no trabaja para ninguna empresa u organizaci¨®n que pueda beneficiarse de este art¨ªculo, no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiaci¨®n. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte del cargo acad¨¦mico mencionado.
Este art¨ªculo fue publicado originalmente en ingl¨¦s en la web The Conversation.
Traducci¨®n de News Clips.
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