¡°Solo queremos ayuda para volver a nuestras casas¡±
120.000 kurdos han huido de Kirkuk a ra¨ªz de la campa?a militar del Gobierno de Irak para recuperar esa ciudad petrolera
Sentada en el suelo, sobre una manta, Amal Mohamed Hasan prepara unos bocadillos de pollo para sus cuatro hijos. Podr¨ªa ser un picnic junto al r¨ªo Zab, pero a su alrededor s¨®lo hay varios edificios de viviendas sin terminar y materiales de construcci¨®n abandonados. El proyecto inacabado a las afueras de Erbil se ha convertido en su nuevo hogar y el de varias decenas de familias m¨¢s que desde el pasado lunes han huido de Kirkuk. ¡°Ninguna organizaci¨®n ha venido a socorrernos. Esto nos lo han tra¨ªdo unos vecinos¡±, dice se?alando la olla. ¡°No queremos comida ni bienes, solo ayuda para volver a nuestras casas¡±, a?ade desafiante.
La campa?a militar del Gobierno de Irak para recuperar la provincia petrolera de Kirkuk, bajo control de las fuerzas kurdas desde 2014, ha desatado la huida de 119.525 kurdos de esa ciudad multi¨¦tnica hacia Kurdist¨¢n, seg¨²n el Ministerio de Inmigraci¨®n iraqu¨ª. Son m¨¢s de los cien mil avanzados hace unos d¨ªas por los responsables del enclave aut¨®nomo. De ellos, 77.000 se han refugiado en Erbil, la capital regional.
¡°Nos fuimos porque los turcomanos y los del Hashd nos atacaban. A los que cog¨ªan, separaban a los hombres y violaban a las mujeres¡±, relata Amal. Hashd son las Unidades de Movilizaci¨®n Popular, el paraguas de milicias, sobre todo chi¨ªes, que apoyan al Ej¨¦rcito regular. ?Lo vio usted con sus propios ojos? ¡°No, pero o¨ªmos que lo hab¨ªan hecho en Tuz Khurmato y no nos quedamos a esperar. El martes cuando volv¨ª para recoger algunas pertenencias, nuestros vecinos me dijeron que hab¨ªan desaparecido tres o cuatro chicas¡±, apunta como argumento.
Ni siquiera el hecho de que cuando regres¨® pudiera moverse sola por Kirkuk sirvi¨® para que cuestionara los rumores. Su marido, Raza Wahid, es miembro de los servicios de seguridad (Asaish) y como muchos en su situaci¨®n, temen la revancha de sus vecinos de otras etnias.
¡°Vimos las im¨¢genes de Jomeini en sus veh¨ªculos¡±, apuntan escandalizadas unas mujeres sentadas un poco m¨¢s lejos. Los hombres que las rodean mencionan a Qasem Soleimani, el general iran¨ª que personifica todos los males. La mano de Teher¨¢n, amplificada por los medios de comunicaci¨®n de Erbil (todos ellos afiliados con alg¨²n partido pol¨ªtico), es una de las mayores causas de indignaci¨®n entre los desplazados. ¡°Kurdist¨¢n pertenece a Irak no a Ir¨¢n. Todos est¨¢n luchando por el petr¨®leo, no por nosotros¡±, insiste Amal.
¡°Nuestro partido no luch¨® porque no ten¨ªa blindados ni armas [a la altura de] las que EE. UU. le dio al Gobierno iraqu¨ª. Nos atacaban con armas estadounidenses¡±, subraya Raza.
A pesar de su n¨²mero, los desplazados no son especialmente visibles en la ciudad. Muchos han sido acogidos por familiares. Quienes no los tienen sienten que no han encontrado el apoyo oficial que era de esperar. De momento, el malestar se dirige contra la comunidad internacional, en especial contra Estados Unidos, a quien acusan de haberles abandonado.
¡°Durante cuatro a?os los kurdos les hemos ayudado contra el ISIS e impedido su avance; ahora no tenemos armas para combatir, si nos las env¨ªan volveremos a luchar porque queremos un Estado independiente¡±, declara Agad Latif, recogiendo un sentir generalizado.
Sin embargo, las tensiones por la falta de atenci¨®n suficiente ya han causado un muerto. Ante la precariedad del lugar facilitado para que se instalaran, muchas familias desplazadas optaron por colarse en una urbanizaci¨®n cercana donde numerosos chal¨¦s unifamiliares a¨²n no estaban ocupados por sus propietarios. Ante las protestas de ¨¦stos, el administrador recurri¨® a las autoridades y anunci¨® que iba a impedir el acceso de las ONG y a cortar la electricidad. Dolidos, los desplazados se manifestaron el viernes; los miembros del Asaish encargados de reprimirles dispararon y dos balas que rebotaron en alg¨²n sitio alcanzaron a Nahro Luqman. Ten¨ªa 28 a?os.
¡°No fue un accidente; lo hicieron a prop¨®sito para que nos vayamos de aqu¨ª¡±, defiende su hermano Pishtiwan que estaba con ¨¦l cuando se produjo el tiroteo. La veintena de hombres que le acompa?a en el trance asiente. Est¨¢n todos indignados. Nahro era un peshmerga. ¡°Luch¨® contra el ISIS. Era uno de los m¨¢s valientes. A m¨ª me salv¨® de caer en sus manos¡±, interviene Karwan Jafaar Jalal.
El vicegobernador de Erbil, Tahir A. Osman, confirma la muerte, aunque responsabiliza a los desplazados. ¡°Lo siento, pero desde el principio les hemos dicho que tienen que irse de all¨ª¡±, declara a EL PA?S en la sede provincial. Osman tambi¨¦n asegura que las autoridades est¨¢n haciendo todo lo posible por ayudarles. ¡°Hay varias ONG distribuyendo comida y facilitando asistencia sanitaria, y tambi¨¦n hemos recibido ofertas de propietarios de hoteles y apartamentos dispuestos a cederlos gratis. Hemos formado un comit¨¦ para coordinar su realojamiento¡±, explica.
Pero Osman cree que es pronto para pensar en la escolarizaci¨®n de los ni?os. ¡°Esperamos que puedan regresar pronto; quiz¨¢ no todos, pero si aquellos que no est¨¢n vinculados al PDK [el partido gobernante en Kurdist¨¢n] o los servicios de seguridad¡±, manifiesta. ?Y cu¨¢ndo ser¨¢ eso? ¡°En cuanto empiecen las negociaciones con el Gobierno central y las milicias salgan de Kirkuk. Conf¨ªo en que unos pocos d¨ªas se aclare la situaci¨®n¡±, responde.
¡°Si nuestro Gobierno fuera un Gobierno de verdad, no permitir¨ªan que estuvi¨¦ramos en este estado; alguien se preocupar¨ªa de alojarnos en alg¨²n lugar sin que tengamos que ocupar las viviendas de otros¡±, razonaba por su parte Jawal Jalal Rashid, un anciano vestido al estilo tradicional kurdo, en la urbanizaci¨®n ocupada.
Pol¨ªtica de petr¨®leo
El ministro de Petr¨®leo de Irak, Jabbar al Luaybi, ha informado este s¨¢bado de un aumento de 200.000 barriles de crudo en la producci¨®n del sur del pa¨ªs para compensar el descenso de Kirkuk a causa del conflicto con los kurdos. El anuncio, durante la inauguraci¨®n de la Feria de Bagdad, ha coincidido con la inusual visita del titular saud¨ª de Energ¨ªa, Khalid al Falih. Ambos ministros han acordado cooperar en la aplicaci¨®n de los acuerdos que tomen los exportadores de petr¨®leo para reducir el abastecimiento global y elevar los precios.
Al Falih ha alabado ¡°el nuevo Irak¡±. Este endoso por parte de Arabia Saud¨ª, que desde 2003 hasta hace pocos meses ha dado la espalda a su vecino, se completa con el viaje ma?ana a Riad del primer ministro iraqu¨ª, Haider al Abadi, acompa?ado de diez ministros.
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