La viuda de un sargento muerto en combate deja en evidencia a Trump
La mujer, embarazada y madre de dos hijos, afirma que el presidente la hizo llorar y que ni siquiera se acordaba del nombre de su esposo en la llamada de condolencia
Un soldado muerto, una viuda rota y un pa¨ªs desconcertado con su presidente. Donald Trump se ha topado con un muro m¨¢s alto que su propia ceguera. Se trata de Myeshia Johnson, esposa del sargento La David Johnson, fallecido en combate. Con voz firme, la mujer ha puesto contra las cuerdas al presidente al recordar la terrible llamada de condolencia que recibi¨®. ¡°Me dijo que mi marido sab¨ªa a lo que iba, me hizo da?o y me hizo llorar. Ni siquiera se acordaba de su nombre¡±, ha sentenciado.
Las palabras de Myeshia Johnson, embarazada de seis meses y madre de dos ni?os peque?os, han disparado la pol¨¦mica que desde hace una semana galvaniza a Estados Unidos. El sargento, de 25 a?os, falleci¨® el 4 de octubre en N¨ªger junto a otros tres miembros de las fuerzas especiales. Un comando del Estado Isl¨¢mico les embosc¨® mientras participaban en una operaci¨®n con soldados nigerinos. Las circunstancias del ataque no han sido aclaradas y desde el primer momento suscitaron dudas. Pero la controversia se agigant¨® el pasado martes, cuando la viuda del sargento recibi¨® la llamada de condolencia del presidente. Un ritual que pocas veces trasciende y que, en un pa¨ªs en guerra permanente, ha adquirido un car¨¢cter casi sagrado.
La conversaci¨®n fue escuchada por un peque?o grupo de allegados, entre los que se encontraba la congresista dem¨®crata Frederica S. Wilson. Fue ella la que hizo p¨²blica la prepotencia de Trump: no s¨®lo le hab¨ªa recordado a la viuda que su marido sab¨ªa lo que hab¨ªa firmado al alistarse, sino que incluso se olvid¨® de su nombre.
La respuesta del republicano fue contundente. Consider¨¢ndose v¨ªctima de un ataque pol¨ªtico, acus¨® a la congresista de ¡°fabricarlo¡± todo. De poco sirvi¨® que la madre del fallecido y su abuela corroboraran la versi¨®n de la dem¨®crata. Acorralado, Trump se revolvi¨® con virulencia. Hizo que sus portavoces se multiplicaran para desmentir las imputaciones y orden¨® salir en su defensa al jefe de gabinete, el general de marines John Kelly, con un hijo ca¨ªdo en combate.
En una excepcional comparecencia p¨²blica, Kelly se arrastr¨® por el fango y trat¨® sin ¨¦xito de salvar la cara a un presidente que, en su af¨¢n por echar balones fuera, hab¨ªa lanzado la falsa acusaci¨®n de que Barack Obama no llamaba a las familias de los fallecidos en actos de guerra. Entre ellos, al propio general Kelly cuando muri¨® su v¨¢stago.
La ofensiva de la Casa Blanca, lejos de calmar los ¨¢nimos, los encresp¨®. Ni la familia ni los dem¨®cratas callaron. Y muchos republicanos dieron un paso atr¨¢s al advertir que el presidente estaba pisando arenas movedizas. La imagen de la viuda besando el ata¨²d de su marido, la confusi¨®n en torno a la emboscada y la incapacidad de Trump para ganar cr¨¦dito dieron ox¨ªgeno a una pol¨¦mica que hoy ha tocado techo con la aparici¨®n de Myeshia Johnson en Good Morning America, de la cadena ABC.
Dolida pero firme, la viuda ha recordado que Trump la hizo llorar. ¡°El presidente me dijo que mi marido sab¨ªa a lo que iba. Me enfad¨¦ mucho con su tono de voz y c¨®mo me lo dijo. No se acordaba del nombre y solo lo mencion¨® cuando consult¨® el informe sobre mi esposo que ten¨ªa frente a ¨¦l. Le o¨ª titubear y tratar de recordarlo, y eso me doli¨®, porque ¨¦l hab¨ªa luchado y arriesgado su vida por su pa¨ªs¡±, cont¨® la mujer.
El ob¨²s de Myeshia fue r¨¢pidamente contestado por Trump. En un tuit matinal, afirm¨®: ¡°Tuve una conversaci¨®n muy respetuosa con la viuda del sargento La David Johnson, y dije su nombre desde el inicio, sin vacilar¡±. El presidente, otra vez, no daba su brazo a torcer. Por el contrario, negaba las palabras de la viuda. No importaba el dolor.
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