Un periodista de Reuters compra dos cabezas humanas por 600 d¨®lares
La agencia de noticias adquiri¨® trozos de cad¨¢veres como parte de una investigaci¨®n para destapar un mercado millonario sobre el que no hay apenas regulaci¨®n
La delegaci¨®n estadounidense de la agencia de noticias Reuters publica esta semana una inquietante serie de reportajes titulada The body trade (El mercado de los cuerpos) que destapa el multimillonario negocio de la venta de ¨®rganos y tejidos humanos para su uso en investigaci¨®n, educaci¨®n y entrenamiento de profesionales.
Durante m¨¢s de un a?o, los autores?¡ªBrian Grow y John Shiffman¡ª han investigado a las empresas que se dedican a diseccionar y vender los cad¨¢veres donados a la ciencia, muchas veces sin el conocimiento de sus familiares. Estos bancos de tejidos, conocidos en el mundillo como "body brokers" (dado que act¨²an como intermediarios entre los donantes y los compradores), suelen adquirir de manera gratuita cuerpos donados a la ciencia que luego trocean y venden por partes por cientos o incluso miles de d¨®lares, normalmente a investigadores o instituciones m¨¦dicas.
Los brokers consiguen que los familiares de los difuntos les donen los cad¨¢veres, en vez de donarlos a? agencias estatales o universidades, ofreciendo ciertas ventajas, como recogida, transporte o cremaciones gratuitas. Adem¨¢s, al contrario que las instituciones m¨¢s convencionales, estos bancos suelen anunciarse de forma muy activa en hospitales, funerarias, residencias de la tercera edad, hospicios y por Internet.?
El mercadeo que retrata el reportaje no es ilegal, pero, al contrario que la donaci¨®n de ¨®rganos para transplantes (fuertemente regulada en EE UU), carece de una regulaci¨®n espec¨ªfica y deja muy abiertos a la interpretaci¨®n de las empresas los l¨ªmites ¨¦ticos de su negocio. Por ejemplo a qui¨¦n y con qu¨¦ fin se venden los tejidos.
Para demostrarlo, el periodista Brian Grow adquiri¨® dos cabezas humanas y un segmento de espina dorsal de una de estas compa?¨ªas tras apenas un breve intercambio de correos electr¨®nicos. "Incluso comprar vino en Internet est¨¢ m¨¢s controlado, ya que generalmente te exigen una prueba de mayor¨ªa de edad", escribe Grow en el reportaje.
Por seguridad y por ¨¦tica, el periodista realiz¨® toda la transacci¨®n con la supervisi¨®n de dos expertos en donaci¨®n. Aunque todo fue legal, uno de ellos compar¨® la facilidad de la compra al "Salvaje Oeste". ¡°Cualquiera podr¨ªa haber comprado estos espec¨ªmenes y se los habr¨ªan enviado a casa para hacer lo que quisiese con ellos", dijo el experto. El periodista adquiri¨® el segmento de espina dorsal por 300 d¨®lares, m¨¢s 150 de env¨ªo (unos 400 euros en total). Luego compr¨® dos cabezas por 300 d¨®lares cada una.
Con la ayuda de un forense, el reportero averigu¨® el nombre del difunto del que proven¨ªa la espina dorsal, encontr¨® a su familia y realiz¨® un test de ADN. Los padres de Cody Sanders, que muri¨® a los 24 a?os y sufr¨ªa un complejo s¨ªndrome desde su nacimiento, no sab¨ªan que la empresa a la que donaron su cuerpo iba a beneficiarse de la donaci¨®n, ni hasta que extremo iba a ser troceado y vendido el cuerpo de su hijo.
La serie de Reuters desvela pormenorizadamente, en tres extensos reportajes, los entresijos de este mercado analiz¨¢ndolo tanto desde la perspectiva de las grandes empresas, como desde la del d¨ªa a d¨ªa de los brokers. Tambi¨¦n habla con varias familias que inconscientemente proporcionaron la materia prima de este boyante negocio en torno a la muerte.
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