Lesa humanidad
El crimen como estrategia pol¨ªtica en Am¨¦rica Latina
Una dictadura militar gobern¨® Argentina entre 1976 y 1983. Seg¨²n aquel r¨¦gimen, el pa¨ªs estaba sufriendo la agresi¨®n de grupos armados, agentes del marxismo internacional. Buscaban la toma del poder a efectos de implantar un orden social y pol¨ªtico contrario a la historia argentina y sus tradiciones. As¨ª pregonaba la propaganda oficial del llamado Proceso de Reorganizaci¨®n Nacional.
Dio forma a una nueva concepci¨®n de la guerra dentro de la instituci¨®n militar. El enemigo no era un pa¨ªs extranjero planeando una invasi¨®n. No portaba bandera ni vest¨ªa uniforme. Estaba en casa, con atuendo civil y confundido con el resto de la poblaci¨®n. Por ello se trataba de un estado de guerra interna. Para vencer hab¨ªa que actuar clandestinamente, tal como lo hac¨ªa ese enemigo.
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La represi¨®n fue ilegal e indiscriminada. Ocurr¨ªa generalmente por las noches, atemorizando a la poblaci¨®n. Estaba a cargo de personas sin uniforme, conduciendo veh¨ªculos sin identificaci¨®n con los que secuestraban y llevaban a sus v¨ªctimas a centros de reclusi¨®n secretos. All¨ª eran torturadas y luego ejecutadas, desaparec¨ªan. No era una guerra convencional, repet¨ªan los jerarcas militares, sino una guerra "sucia".
Tan sucia que el General Ib¨¦rico Saint Jean, prominente funcionario de aquel r¨¦gimen, la describi¨® en mayo de 1977 con una verdadera confesi¨®n de parte: "Primero mataremos a todos los subversivos, luego mataremos a sus colaboradores, despu¨¦s a sus simpatizantes, enseguida a aquellos que permanecen indiferentes y, finalmente, mataremos a los t¨ªmidos".
As¨ª operaba el terrorismo de Estado. El enemigo a eliminar era todo aquel que pensara de otro modo. O a¨²n quien no quisiera involucrarse, los indiferentes y los t¨ªmidos.
Junto a otros oficiales, Saint Jean fue procesado por 61 casos de privaci¨®n ilegal de la libertad y tormentos, y 33 casos de homicidio, cr¨ªmenes imprescriptibles y de jurisdicci¨®n universal. A la espera de la sentencia, falleci¨® en octubre de 2012.
Cr¨ªmenes como aquellos, en Argentina y en otras latitudes, motivaron la elaboraci¨®n del Estatuto de Roma en 1998, tratado fundacional de la Corte Penal Internacional. All¨ª se definen y tipifican los cr¨ªmenes de lesa humanidad: ataque sistem¨¢tico contra una poblaci¨®n civil que comprenda, entre otros, el asesinato, la deportaci¨®n y desaparici¨®n forzada de personas, los actos de violencia sexual, y la encarcelaci¨®n, tortura y persecuci¨®n de un grupo basada en motivos pol¨ªticos.
Inevitablemente, el ejemplo argentino viene a la memoria cuando se discute si los abusos del r¨¦gimen de Maduro califican como cr¨ªmenes de lesa humanidad. Ocurre que los testimonios de las v¨ªctimas, los documentos del r¨¦gimen y las propias declaraciones de los altos funcionarios chavistas son un viaje a la Argentina de Videla, solo que en el espejo: lo que esta a la derecha se ve a la izquierda y viceversa.
En Venezuela tambi¨¦n existe un estado de guerra interna contra la poblaci¨®n civil. El llamado Plan Sucre, elaborado en secreto y filtrado en 2012, convierte a la instituci¨®n militar en un ej¨¦rcito de milicianos, fij¨¢ndose el objetivo de alistar dos millones de ellos hacia el a?o 2019. Divide al pa¨ªs en regiones militares, concibi¨¦ndolo como un teatro de guerra, "popular y prolongada" es el argot usado.
La influencia cubana es m¨¢s que lenguaje. El soldado profesional y apol¨ªtico deja su lugar al combatiente. El enemigo est¨¢ adentro, es el civil en posesi¨®n de "otra" ideolog¨ªa. Dichos cambios conceptuales reaparecen en el Plan Zamora de abril de 2017. Elaborado por Maduro para contener las protestas, sin embargo, a trav¨¦s de ¨¦l se ejecutan los principios doctrinarios expuestos con anterioridad en el Plan Sucre.
El Plan Zamora recrea al pa¨ªs como "teatro de operaciones" con el objetivo de restaurar el orden frente a enemigos internos. Se incluyen en esa categor¨ªa a las fuerzas opositoras y los partidos pol¨ªticos, supuestos agentes del imperio ¡°desleales a las ideas e intereses del pa¨ªs¡±.
Maduro tambi¨¦n libra una guerra sucia contra civiles desarmados. As¨ª lo afirm¨® el pasado 18 de julio al lanzar ¡°Un Plan Especial de Justicia de Emergencia combinado con el Tribunal Supremo de Justicia, la justicia militar, los ¨®rganos policiales, el Mayor General Reverol, la Vicefiscal General de la Rep¨²blica, para la b¨²squeda, captura de todos estos conspiradores, y para el castigo ejemplar¡±.
La metodolog¨ªa represiva entonces cobra sentido: es ilegal e indiscriminada, sistem¨¢tica. Persigue objetivos pol¨ªticos. Se auto-justifica por las protestas de 2017, pero la noci¨®n de guerra interna las precede. Es el componente central en el dise?o de un orden pol¨ªtico totalitario; orden pol¨ªtico que comienza a tomar forma concreta con la Asamblea Constituyente pero que fue pensado mucho antes. En tal caso, la revuelta de este a?o es la excusa conveniente y oportuna.
Como con Videla, Saint Jean y las otras dictaduras del cono sur, como con el Plan C¨®ndor y la coordinaci¨®n represiva sudamericana, persiste en Am¨¦rica Latina el crimen como estrategia pol¨ªtica. Los planes Sucre y Zamora son el C¨®ndor de hoy, pero de Venezuela y Cuba.
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