Informaci¨®n de inteligencia (Miravalle, San Vicente del Cagu¨¢n)
Y, a continuaci¨®n, un nuevo cap¨ªtulo de c¨®mo sabotear un pa¨ªs, y no es Espa?a
Y, a continuaci¨®n, un nuevo cap¨ªtulo de c¨®mo sabotear un pa¨ªs, y no es Espa?a. Dicen los organismos de inteligencia ¨Cy s¨¦ que parece el comienzo de un chiste¨C que el exguerrillero Hern¨¢n Dar¨ªo Vel¨¢squez, alias el Paisa, dej¨® el viernes pasado el proceso de paz porque dej¨® de golpe la zona de reincorporaci¨®n en la vereda Miravalle de San Vicente del Cagu¨¢n. Pero un antiguo combatiente de las Farc dice unas horas despu¨¦s al diario El Tiempo que el tal el Paisa, que en febrero de 2003 puso en marcha el sanguinario atentado al club El Nogal de Bogot¨¢, en realidad ¡°sigue vinculado al proceso de reincorporaci¨®n¡±: que simplemente no est¨¢ ah¨ª ¡°por incumplimiento del Gobierno en la seguridad jur¨ªdica¡±. Siguiente escena: este pa¨ªs que siempre ha tenido tanta fe en los rumores se enfrasca en su discusi¨®n de locos sobre los horrores que trae la paz.
Y las aves carro?eras de la guerra, que andan de campa?a para tomarse el poder el a?o que viene, una vez m¨¢s se lanzan a criticar los reveses en la implementaci¨®n de los acuerdos como celebrando desgracias ¨Cy se dedican a decir ¡°yo sab¨ªa¡±, en vez de ¡°no m¨¢s violencia¡±, ante los enfrentamientos con miles de campesinos cocaleros, ante la barbarie de las disidencias de las Farc y los contratiempos que sigue enfrentando en el Congreso el tribunal especial que juzgar¨¢ a quienes oficiaron el conflicto¨C, y parecen a gusto, estos cuervos insaciables, con que no se sepa que aqu¨ª en Colombia est¨¢ ocurriendo el largo fin de una pesadilla de medio siglo avivada por el negocio de la droga y por la prohibici¨®n, y se ven contentos con que en cambio se siga creyendo que el problema de fondo es una conspiraci¨®n comunista que busca lapidar y arruinar a los due?os del pa¨ªs.
Alias el Paisa fue una pieza fundamental del horror de las Farc: bombas, secuestros, asesinatos. Su llegada a La Habana como negociador, hace tres a?os, ech¨® sal en miles de heridas. Quiz¨¢s ahora tema al tribunal especial que los congresistas colombianos ¨Cque ya ni los liberales parecen estar del lado del Gobierno porque un Gobierno de salida s¨®lo les sirve a los colombianos con escr¨²pulos¨C han estado saboteando a punta de ases en la manga y operaciones tortuga. Quiz¨¢s est¨¦ perdiendo la paciencia como un pensionado de la guerra que no se acostumbra al marasmo de la paz. Tal vez sepa de la presencia de bandas vengadoras. Pero s¨ª: el hecho es que el viernes dej¨® Miravalles. Y el diario El Espectador dijo que segu¨ªa en el proceso pero fuera del partido de las Farc. Y el noticiero CM& asegur¨® que se hab¨ªa ido ¡°por incumplimientos del Gobierno¡±. Y RCN Radio insisti¨® en que iba con noventa hombres m¨¢s: ?90!
Y la griter¨ªa, que se?ala una vez m¨¢s el supuesto fracaso de los acuerdos, termina el s¨¢bado porque el Paisa vuelve al campamento de reincorporaci¨®n en Miravalles. Y se le ve sonriente en las fotograf¨ªas, a pesar de las amenazas de las bandas vengadoras ¨Cpor eso se fue¨C, porque reconoce la protecci¨®n que le ha dado el Estado en estos meses.
Acaso sea se?al de ¡°tiempos de redes¡± que los medios colombianos cubran las noticias con tantas ganas de que sean malas. Es preocupante que saquen moralejas como ¡°el fracaso de la paz¡± antes de que la historia del d¨ªa termine y deje de ser un rumor de inteligencia. De los pol¨ªticos en campa?a, en cambio, cabe esperar cualquier cosa: que se declaren aterrados e indignados por esta Colombia sin las Farc ¨Cque es una Colombia que por fin ha podido y ha debido encarar temas de fondo como los cultivos de coca, como este Estado partido en Estados, como esta justicia partida en justicias¨C, pero que hasta hoy sigan dejando para ma?ana, estos chulos encorbatados, la indignaci¨®n por los asesinatos de aquellos 82 l¨ªderes sociales.
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