¡°Las potencias lejanas deben frenar su interferencia en Libia¡±
El mediador de Naciones Unidas alerta en una entrevista de los riesgos del colapso econ¨®mico y se?ala que el suministro de armas desde el exterior se ha reducido
Seis a?os despu¨¦s de la muerte de Muamar el Gadafi, la implosi¨®n de Libia sigue siendo un inquietante factor de inestabilidad en el Mediterr¨¢neo. La soluci¨®n de la crisis del pa¨ªs africano es endiabladamente complicada. En ella no intervienen conflictos sectarios ni ¨¦tnicos. Pero precisamente la falta de bloques contrapuestos claros, la extrema disgregaci¨®n de la sociedad libia, complica la recomposici¨®n. Dos Parlamentos, tres Gobiernos, una mir¨ªada de milicias armadas hasta los dientes, graves interferencias de potencias extranjeras, fuerte presi¨®n migratoria y una catastr¨®fica situaci¨®n humanitaria: este es el polvor¨ªn que trata de estabilizar Ghassan Salam¨¦ (L¨ªbano, 1951), representante especial y jefe de la misi¨®n de la ONU en Libia desde el pasado mes de junio.
En una entrevista concedida en Madrid, Salam¨¦ desgrana su hoja de ruta: se?ala la urgencia de paliar el colapso econ¨®mico a trav¨¦s de la reconstituci¨®n de instituciones eficientes y exhorta a las potencias lejanas a dejar de interferir en los asuntos libios. ¡°El volumen de los suministros de armas y dinero desde el exterior a Libia se ha reducido¡±, se?ala, en uno de los pocos elementos esperanzadores de la dram¨¢tica situaci¨®n.
El pulso geopol¨ªtico
¡°Yo hago una distinci¨®n entre actores extranjeros: por un lado, los vecinos inmediatos. Egipto, T¨²nez, Argelia, Italia¡ Para estos, Libia es un teatro de necesidad. Tienen raz¨®n de estar preocupados y derecho de defender su seguridad y econom¨ªa. A estos, no se les puede pedir que no interfieran: hay que pedirles que lo hagan de forma coordinada¡±, comenta Salam¨¦. ¡°Por otro lado, est¨¢n los actores m¨¢s lejanos. Para ellos Libia es un teatro de elecci¨®n. Por supuesto, estos pa¨ªses tambi¨¦n tienen intereses ah¨ª. Rusia los tiene. Hay miles de millones de facturas impagadas a empresas rusas. Pueden tener planes de futuro en Libia. Lo mismo vale para Turqu¨ªa. Pero su situaci¨®n global no se ve afectada por Libia. Hay que convencerles para que no interfieran demasiado. Pido a los pa¨ªses lejanos que no interfieran, que no tengan planes de soluci¨®n paralelos, que no suministren armas¡±.
El juego internacional es uno de los principales factores de envenenamiento de la crisis libia. Simplificando, Rusia, Egipto y los Emiratos ?rabes apoyan al general Jalifa Hafter, el hombre fuerte asentado en el este del pa¨ªs y abanderado de la lucha contra el islamismo radical. Occidente, Turqu¨ªa y Qatar respaldan, en cambio, al Gobierno de Fayez Serraj en Tr¨ªpoli. Hafter y Serraj anunciaron en Par¨ªs en julio un alto el fuego y un acuerdo para celebrar elecciones en 2018. Las fuerzas de Hafter han logrado en los ¨²ltimos meses despejar zonas con instalaciones petroleras antes infestadas de islamistas radicales, lo que ha propiciado un incremento de la producci¨®n.
¡ª?Suministra Rusia armas al general Hafter?
¡ªAlgunas, pero no pienso que sea una fuente importante. La involucraci¨®n rusa en Libia es muy diferente de la siria. Mucho menor. Hafter pide m¨¢s.
¡ª?Hay militares rusos sobre el terreno?
¡ªMe dicen que hay asesores militares. Yo no los he visto. Pero no creo que se trate de una presencia fuerte.
La crisis econ¨®mica
Salam¨¦ insiste en subrayar la importancia de frenar la hemorragia econ¨®mica que hunde a la sociedad libia en la miseria y amenaza con causar nuevas turbulencias. ¡°Libia es un caso de manual de econom¨ªa de depredaci¨®n. El pa¨ªs pierde de 400 a 500 millones de d¨®lares al mes en todo tipo de tr¨¢ficos. Es un enorme macrosistema de depredaci¨®n. El pa¨ªs est¨¢ acometiendo un suicidio financiero. En un par de a?os el suicidio ser¨¢ completo¡±, se?ala. ¡°En este cuadro, se produce un empobrecimiento de la clase media. No he visto nada parecido, de forma tan r¨¢pida¡±, prosigue Salam¨¦. ¡°Ahora uno de cada cinco libios necesita ayuda humanitaria. Hay un colapso de los servicios p¨²blicos. Tienes hospitales, pero no hay ning¨²n mantenimiento. He visitado uno en el que hab¨ªa maquinaria de alta calidad, de Siemens, Philips. Solo una incubadora funcionaba¡±. La mejora en la producci¨®n petrolera ofrece esperanza, pero es insuficiente. ¡°La producci¨®n de crudo, ahora en 1,1 millones de barriles al d¨ªa, solo es suficiente para pagar salarios¡±, dice.
La hoja de ruta
El representante de la ONU sostiene que lo prioritario es reactivar las instituciones. ¡°Tenemos instituciones que han estado desactivadas por mucho tiempo y hay que despertarlas; otras que han sido secuestradas, y hay que liberarlas¡±. En cuanto al proceso pol¨ªtico, Salam¨¦ considera que el pa¨ªs no est¨¢ todav¨ªa listo para las elecciones de las que se habl¨® en la reuni¨®n entre Hafter y Serraj. ¡°No organizar¨¦ comicios hasta que no est¨¦ convencido de que no voy a a?adir un tercer Parlamento a los dos que ya existen, y un cuarto Gobierno a los tres que ya hay. Hace falta un claro compromiso a aceptar los resultados. Y resolver cuestiones t¨¦cnicas, la eficacia de la comisi¨®n electoral, y otras cosas¡±.
Salam¨¦ aboga por un proceso inclusivo. Reconoce haber sido contactado por personas que se declaran cercanas a Saif al Islam, uno de los hijos de Gadafi, buscado por la justicia internacional. ¡°Apuesto por incluir en el di¨¢logo a todos aquellos que renuncien a las armas y se comprometan con una soluci¨®n pol¨ªtica a la crisis. Gadafistas incluidos¡±. E insiste en la importancia de que las potencias lejanas no interfieran. ¡°Hablamos con ellas en ese sentido. Con algunos resultados, debo decir¡±. ?Qu¨¦ resultados? ¡°Perm¨ªtame que mantenga la discreci¨®n. Pero tengo algunas pruebas de que los vol¨²menes de suministro de armas y dinero se han reducido¡±.
La vertiente migratoria de la policrisis
Uno de los asuntos clave en la policrisis libia es la cuesti¨®n migratoria. El pa¨ªs es v¨ªa de tr¨¢nsito privilegiado hacia Italia. Los flujos han ido en aumento y luego, este verano, han sufrido una brusca ca¨ªda. ?Est¨¢ Italia pagando a las milicias para que frenen el flujo? ¡°No tengo informaci¨®n directa¡±, dice Salam¨¦. ¡°S¨¦ que 14 alcaldes de ciudades costeras han sido invitados a Italia. S¨¦ que se les ha dado oficialmente ayuda, como a la guardia costera. ?Hay financiaci¨®n no declarada? Es posible, pero no tengo pruebas. De todas formas, los n¨²meros est¨¢n volviendo a subir. Esto no lo resuelve. Lo que hace falta es volver a tener un Estado funcional como interlocutor¡±. Por otra parte, a?ade Salam¨¦ ¡°hay que observar que algunos de estos migrantes consideran Libia no como un paso, sino como un destino. Esto preocupa a los libios. Con raz¨®n. Si cierras la puerta norte, pero la sur sigue abierta¡ muchos de ellos trabajan ahora como mercenarios¡±.
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