Rusia une a los n¨®rdicos; la cuesti¨®n migratoria los divide
Islandia, Noruega, Dinamarca, Suecia y Finlandia ofrecen una imagen de unidad incondicional en el exterior mientras sufren profundas diferencias en temas clave como la inmigraci¨®n
La palabra m¨¢s repetida durante el Consejo N¨®rdico ¡ªla cumbre de los cinco pa¨ªses de la regi¨®n que ha tenido lugar esta semana en Helsinki (Finlandia)¡ª es ¡°confianza". Esa fidelidad mutua es la bandera que Islandia, Noruega, Dinamarca, Suecia y Finlandia enarbolan al hablar de las virtudes de vivir bajo el Estado de bienestar m¨¢s potente de Europa y, probablemente, del mundo entero. Es una realidad cuando toca afrontar amenazas comunes como la temida Rusia. Pero esa idea de la unidad se tambalea ante uno de los desaf¨ªos m¨¢s profundos de los ¨²ltimos a?os: la inmigraci¨®n.
La llegada masiva de migrantes que hu¨ªan de los horrores de la guerra en Irak y Siria en 2015 puso a prueba al sistema n¨®rdico. Suecia, con tradici¨®n de acogida por la experiencia de Yugoslavia en los a?os 90, lider¨® el proceso frente a sus vecinos que, con Gobiernos de signo m¨¢s conservador, se mostraron menos abiertos. El debate migratorio es apasionado y no es extra?o escuchar en boca de los m¨¢s extremistas el profundo deseo de que los refugiados no se integren en sus sociedades. ¡°Est¨¢n aqu¨ª de manera temporal y volver¨¢n a sus casas. Esperemos que lo hagan m¨¢s pronto que tarde¡±, afirma Mikkel Denker, del ultraderechista Partido Popular Dan¨¦s. Ante esto, la Izquierda verde N¨®rdica defiende que Suecia es "un ejemplo" para el resto.
Mientras el grupo m¨¢s reaccionario en esta cumbre, a la que EL PA?S ha sido invitado, defiende los valores n¨®rdicos llevados al extremo ¡ªEstado de bienestar solo para sus nacionales; mercado laboral para sus ciudadanos; eliminaci¨®n de fronteras para los ciudadanos con pasaporte n¨®rdico¡ª los partidos del sistema, como Socialdem¨®cratas, Conservadores y Verdes, insisten en liderar pol¨ªticas de asilo que sirvan de faro para la Uni¨®n Europea (UE). La brecha entre unos y otros es evidente, pues los xen¨®fobos, que en algunos casos ocupan importantes carteras como la de Exteriores (Finlandia) e Inmigraci¨®n (Dinamarca), exigen y promueven un alt¨ªsimo nivel de proteccionsimo.
Suecia es el segundo pa¨ªs de la UE con mayor presi¨®n migratoria despu¨¦s de Alemania. Sol¨ªa ser uno de los destinos m¨¢s sonados a lo largo de la ya casi inaccesible ruta de los Balcanes. Estocolmo ha otorgado el asilo a 22.146 personas en lo que va de a?o. Pero, arrastrado por sus vecinos y por las presiones populistas, su pol¨ªtica ha dado un vuelco: 21.921 solicitudes han sido denegadas en 2017, seg¨²n datos de la Oficina de Inmigraci¨®n sueca. Casi la mitad de ellas son de Afganist¨¢n, adonde los solicitantes tendr¨¢n que regresar en un clima de alto riesgo por la cada vez m¨¢s fuerte presencia de los talibanes.
Los pa¨ªses n¨®rdicos (excepto Islandia) se propusieron en 2016 expulsar a miles de personas en situaci¨®n irregular. Pol¨ªticas del gusto de los grupos xen¨®fobos, considerablemente fuertes en la regi¨®n, y cuyo discurso se basa en repetir que por culpa de los migrantes su Estado de bienestar se agota; que la brecha social es cada vez mayor por el nivel educativo de unos y otros; y que las ayudas econ¨®micas deben darse en el pa¨ªs de origen porque resulta ¡°mucho m¨¢s barato¡±, asegura Juho Eerola, del xen¨®fobo Libertad N¨®rdica (Nordic Freedom) y vicepresidente del Consejo N¨®rdico. Milita tambi¨¦n en los Verdaderos Finlandeses.
Eliminar fronteras
Eerola defiende la eliminaci¨®n de fronteras, pero s¨®lo para aquellos que tengan pasaporte n¨®rdico. ¡°La libertad de movimiento entre nosotros nos une m¨¢s como regi¨®n¡±, secunda el primer ministro finland¨¦s, el conservador Juha Sipil?. Noruega y Dinamarca, con mayor¨ªas tambi¨¦n conservadoras, insisten en la necesidad de liberar a los ciudadanos ¡ªn¨®rdicos¡ª de sus fronteras. No hay m¨¢s que darse una vuelta por el centro de Helsinki para darse cuenta de que la poblaci¨®n es tremendamente homog¨¦nea. Pero Suecia, una vez m¨¢s, discrepa: ¡°Aqu¨ª [en esta cumbre] se decide lo que queremos que sea nuestra sociedad¡±, define en la C¨¢mara su primer ministro, Stefan L?fven. Los socialdem¨®cratas intentan frenar la idea que sobrevuela este Consejo de crear dos sistemas paralelos: uno para ciudadanos de sangre n¨®rdica y otro para los de fuera.
Para quitar las fronteras es necesario que haya confianza, explica Britt Lundberg, presidenta del Consejo N¨®rdico. Quiz¨¢s a¨²n esta regi¨®n, ejemplo de uni¨®n contra las amenazas extranjeras, adolezca de ella cuando es observada algo m¨¢s de cerca. Dinamarca mantiene el control de fronteras con Alemania, Suecia con Dinamarca, y Noruega con Dinamarca y Suecia. Asimismo, Finlandia manten¨ªa cerradas sus fronteras con noruegos y suecos hasta 2016. ¡°Es algo que nunca cre¨ª que fuera a ver aqu¨ª. ?Es esto cooperaci¨®n n¨®rdica?¡±, se lamentaba Martin Kolberg, laborista noruego.
M¨¢s uni¨®n en Defensa
A pesar de algunas diferencias, todos los n¨®rdicos coinciden en que la Seguridad y la Defensa deben ser un asunto com¨²n. Especialmente en el mar B¨¢ltico y en el ?rtico, donde sobrevuela la amenaza hist¨®rica de una intervenci¨®n rusa. ¡°Es algo que cada vez ocupa m¨¢s espacio en nuestra agenda¡±, dice Lundberg.
El 90% de la poblaci¨®n de la regi¨®n considera ¡°importante¡± la cooperaci¨®n y sit¨²a la Defensa y la Seguridad mutua en el n¨²mero uno de las preocupaciones, seg¨²n una encuesta publicada el martes. ¡°Somos una regi¨®n que se compenetra, pero que atraviesa turbulencias¡±, reconoce el ministro noruego de cooperaci¨®n n¨®rdica, Frank Bakke-Jensen, en referencia al aumento de la tensi¨®n militar en el B¨¢ltico.
El sueco Hans Wallmark, l¨ªder del grupo conservador n¨®rdico, alerta de que la bah¨ªa de Helsinki, a 200 kil¨®metros de Rusia, es la m¨¢s grande del B¨¢ltico y que la capacidad de respuesta a una invasi¨®n debe ser prioritaria. ¡°La amenaza es real y debemos expandir la perspectiva n¨®rdica hacia los b¨¢lticos¡±. El liberal Anders Samuelsen, ministro de Exteriores dan¨¦s, apunta el mismo argumento al asegurar ¡ªy ¨¦l s¨ª se?ala a Rusia¡ª que la situaci¨®n es "preocupante".
Con el apoyo de Bruselas, las regiones n¨®rdica y b¨¢ltica cierran filas frente a Mosc¨² a trav¨¦s de un centro contra las amenazas cibern¨¦ticas en Tallin (Estonia), otro contra las energ¨¦ticas en Vilna (Lituania) y otro m¨¢s contra las h¨ªbridas en Helsinki (Finlandia), inaugurado el pasado septiembre.
Hay, sin embargo, un elefante en la habitaci¨®n: la OTAN. Seis pa¨ªses de la regi¨®n forman parte de la Alianza Atl¨¢ntica (Islandia, Noruega, Dinamarca, Estonia, Letonia y Lituania). El debate de adhesi¨®n es recurrente en Suecia y Finlandia, con una frontera de 1.300 kil¨®metros con Rusia. La uni¨®n a la OTAN ¡°se resolver¨¢ con un refer¨¦ndum¡±, declar¨® el pasado lunes el presidente finland¨¦s, Sauli Niinist?, sin aclarar si lo convocar¨¢ si es reelegido en las presidenciales del pr¨®ximo enero en las que ya parte con un apoyo popular del 70%. Solo un 21% de los finlandeses apoya la pertenencia a la Alianza, seg¨²n una reciente encuesta divulgada por Yle, la televisi¨®n p¨²blica. Cifra que Niinist? ve a¨²n muy pobre como para tan siquiera abrir el debate.
Pero Frank Bakke-Jensen insiste en que ¡°ning¨²n pa¨ªs est¨¢ preparado¡± para una injerencia desde el exterior. Y de ah¨ª, la imperiosa necesidad de actuar como una sola regi¨®n. Al menos a ojos extranjeros.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.