El estrat¨¦gico perd¨®n de Lula a los golpistas
El acercamiento con los conservadores podr¨ªa salvar al PT en las urnas
En Minas Gerais, en d¨ªas pasados, Lula da Silva sorprendi¨® a la opini¨®n p¨²blica al confesar: ¡°estoy perdonando a los golpistas de este pa¨ªs¡±. Se refer¨ªa a los partidos y a los pol¨ªticos que apoyaron la destituci¨®n de la presidenta Dilma Rousseff y que el Partido de los Trabajadores (PT) denunci¨® como un ¡°golpe parlamentario¡±.?
Nadie puede negar que el popular expresidente es un gran estratega pol¨ªtico. Su confesi¨®n en plaza p¨²blica, rodeado por los seguidores de su partido, con Dilma a su lado, solo puede significar algo m¨¢s all¨¢ de un acto de perd¨®n cristiano.?
La inesperada afirmaci¨®n de Lula de querer acercarse a los golpistas se ha dado, en efecto, en un momento cr¨ªtico de la pol¨ªtica nacional. En v¨ªsperas de unas elecciones presidenciales con las mayores inc¨®gnitas en muchos a?os y en las que el partido clave de la izquierda, el PT de Lula, se lo juega todo. Su l¨ªder indiscutible es acosado por la justicia y podr¨ªa quedar fuera de la disputa presidencial sin que aparezca en el horizonte un candidato cre¨ªble y capaz de sustituirle con ¨¦xito.?
Lula no es de los pol¨ªticos que se resigna a perder, ni a¨²n cuando se ve con el agua al cuello. Es capaz, en el ¨²ltimo momento, de sacar de la manga la carta que nadie esperaba. En este caso, cuando se ve m¨¢s acosado que nunca, Lula no pod¨ªa quedarse aislado o fuera del juego. Convencido de que la batalla judicial no le es favorable y que tendr¨¢ que enfrentar varios procesos m¨¢s y nuevas condenas, acude a sus viejos amigos de los partidos conservadores, con quienes ya hab¨ªa gobernado para que le ayuden a salir del atolladero y auxilien al PT a resurgir en las urnas.?
Acosado sobre todo por una posible delet¨¦rea delaci¨®n de Antonio Palocci, que hab¨ªa sido su brazo derecho en el Gobierno, Lula sabe que el PT no se salvar¨¢ solo. En este momento, son sus compa?eros de infortunio judicial, partidos y pol¨ªticos corruptos, que hoy est¨¢n en el poder, los que pueden intentar ¡°parar la sangr¨ªa¡± en la herida abierta por los jueces en la lucha contra la corrupci¨®n, que amenaza a todos los partidos m¨¢s importantes.?
Lula sab¨ªa cuando decidi¨® perdonar a los golpistas, con las consecuencias que ello podr¨ªa acarrear, que sin la fuerza del PMDB y de sus sat¨¦lites y sin la fuerza del gobierno del golpista Temer, que ha conseguido salir a flote de la tormenta de acusaciones salvado por el Congreso, el PT ser¨ªa hoy el m¨¢s perjudicado en las urnas pudiendo reducirse a un partido marginal.?
Y Lula sab¨ªa que tambi¨¦n la parte de Temer y los suyos, que tienen hoy la baza de haber parado la recesi¨®n y la crisis econ¨®mica dejada por Dilma, no desprecia un abrazo de reconciliaci¨®n con el l¨ªder carism¨¢tico que a¨²n recoge el 35% de los votos. Se puede gobernar sin Lula, pero no contra ¨¦l, que ha demostrado ser capaz de resucitar siempre como el ave F¨¦nix de sus propias ca¨ªdas.?
No se puede olvidar que ese pacto que hoy intenta Lula al perdonar a los golpistas ya hab¨ªa iniciado en el interior del hospital en el que estaba agonizando Do?a Marisa, su esposa. Aquel perd¨®n tuvo all¨ª su primer eslab¨®n. Lula y Temer se abrazaron frente a medio gobierno golpista presente. All¨ª se empez¨® a tejer la t¨²nica de una posible reconciliaci¨®n del PT con la derecha en el intento de salvarse todos juntos de la operaci¨®n?Lava Jato.?
Quedar¨ªa solo la inc¨®gnita de c¨®mo recibir¨¢n el perd¨®n los militantes del PT, que creyeron al l¨ªder cuando proclam¨® que la salida de Dilma hab¨ªa sido un golpe. ?Qu¨¦ pensar¨¢n los movimientos sociales que lucharon para salvar a Dilma y los movimientos progresistas que se manifestaron contra el golpe y los millones de brasile?os que lloraron cuando fue depuesta? ?Entender¨¢n todos ellos la maquiav¨¦lica estrategia pol¨ªtica de Lula? ?Perdonar¨¢n su osad¨ªa? ?Y Dilma? ?Tambi¨¦n ella va a perdonar a quienes la arrancaron del Planalto??
Quiz¨¢s lo que salve al l¨ªder carism¨¢tico Lula y a su estrategia de poder, en el momento m¨¢s fr¨¢gil de su carrera pol¨ªtica, es que es capaz de ser ¨¦l y su contrario. Y si hoy perdona a los golpistas, ma?ana, si la diosa pol¨ªtica lo exigiera, podr¨ªa retirarles su perd¨®n. Lula es pol¨ªtico antes que nada. Y con un particular del que gozan pocos pol¨ªticos: a ¨¦l se le acaba perdonando todo, fuera y dentro del partido, del que es el principio y el fin.
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