Un hombre armado asesina al menos a 26 personas en una iglesia de Texas
Devin Kelley abri¨® fuego en una misa en Sutherland Springs, Texas. La polic¨ªa apunta que la violencia del tirador pudo estar motivada por "problemas dom¨¦sticos"
La pesadilla recurrente del tirador solitario ha vuelto a sumir este domingo a Estados Unidos en el horror. Un hombre armado entr¨® a mediod¨ªa en una iglesia baptista de Sutherland Springs, una peque?a localidad rural de Texas, de menos de 400 habitantes, a una hora en coche de la ciudad de San Antonio, y abri¨® fuego contra los feligreses. Mat¨® a 26 personas e hiri¨® a una veintena, seg¨²n el gobernador del Estado, Greg Abbott. Los fallecidos ten¨ªan entre cinco y 72 a?os.
Los investigadores apuntan a un conflicto con los padres de su pareja, que acud¨ªan habitualmente a la iglesia atacada pero no este domingo. La matanza "no tuvo una motivaci¨®n racial, y tampoco estuvo relacionado a creencias religiosas. Hab¨ªa un problema dom¨¦stico con sus familiares pol¨ªticos", ha explicado en rueda de prensa este lunes Freeman Martin, del Departamento de Seguridad P¨²blica de Texas. El funcionario a?adi¨® que la mujer hab¨ªa recibido "mensajes de texto amenazadores" de su yerno.
May God be w/ the people of Sutherland Springs, Texas. The FBI & law enforcement are on the scene. I am monitoring the situation from Japan.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) November 5, 2017
Kelley, exsoldado de la Fuerza A¨¦rea, fue expulsado del Ej¨¦rcito despu¨¦s de ser sometido en 2012 a juicio militar por maltratar a su mujer y a su hijo.
Cuando el asesino, Devin P. Kelley, de 26 a?os, sal¨ªa de la iglesia, un vecino de la localidad le persigui¨® y dispar¨® con su rifle. El tirador qued¨® herido, solt¨® su fusil de asalto y se subi¨® a su furgoneta para escapar, armado a¨²n con dos pistolas. La iglesia era ya un reguero de muerte y sangre. El hombre que le hizo frente pidi¨® en seguida a otro que estaba en un coche que saliesen en su persecuci¨®n. Los dos fueron tras Kelley en una carrera a toda velocidad por las carreteras comarcales llegando a superar los 150 kil¨®metros por hora, cont¨® esta ma?ana el conductor, Johnnie Langendorff, un joven tocado con un sombrero de vaquero y la calavera de una vaca tatuada en el cuello sobre la traquea. "Me gusta conducir, y conduje todo lo r¨¢pido que pude", explic¨® Langendorff. Tras un cuarto de hora de caza el homicida se sali¨® de la carretera y se estrell¨®.
La polic¨ªa ha apuntado que adem¨¢s de la heridad que le infligi¨® el vecino al salir de la iglesia presentaba otra que se podr¨ªa haber causado ¨¦l mismo, por lo que existe la posibilidad de que Kelley hubiese terminado su escapada peg¨¢ndose un tiro.
Anoche el escenario del crimen estaba silencioso. El ne¨®n blanco y azul del templo segu¨ªa iluminado horas despu¨¦s de la matanza, mientras tras el cord¨®n policial Albino Carvajal, de 37 a?os, un curioso llegado a la zona, meditaba: ¡°Si alguien de los que estaba en misa hubiera llevado un arma habr¨ªa impedido que el asesino siguiera matando...¡±. A su lado, Yosie Mart¨ªnez, de 47, le replic¨®; ¡°Albino, ?pero qui¨¦n va a ir con una pistola a misa?¡±.
La de Sutherland Springs es la quinta masacre con armas de fuego con m¨¢s muertos en la historia de Estados Unidos y pone una vez m¨¢s sobre el tapete el debate nacional en torno a la regulaci¨®n del acceso de civiles a armas de fuego.
La tragedia ocurri¨® en plena misa. Kelley, vestido de negro y armado con un rifle semiautom¨¢tico Ruger AR, irrumpi¨® de improviso en la Primera Iglesia Baptista de Sutherland Springs (condado de Wilson) y dispar¨® indiscriminadamente con una potente arma de fuego contra los asistentes, seg¨²n testigos. Los vecinos oyeron al menos 20 disparos. Dos de los muertos fueron encontrados fuera de la parroquia; 23 dentro. La v¨ªctima mortal restante muri¨® en un hospital. En la eucarist¨ªa participaban unas 50 personas.
El templo es una construcci¨®n sencilla, de planta rectangular, donde cabe medio centenar de personas. Sutherland Springs es el t¨ªpico pueblo rural de Texas, de casas dispersas. Puro campo, un territorio que llevaba d¨¦cadas sin sobresaltos que en diez minutos vivi¨® una pesadilla. Las cinco casitas que hay frente a la iglesia se han quedado vac¨ªas porque sus moradores se fueron tras la masacre, cuenta un polic¨ªa que custodia el cord¨®n de seguridad, que cierra un per¨ªmetro a unos 30 metros de distancia de la Primera Iglesia Baptista.
En ese cord¨®n conversan Albino Carvajal y Yosie Mart¨ªnez, las dos personas en este momento rinden tributo a las v¨ªctimas. El resto son polic¨ªas y periodistas. Miran el luminoso blanco y azul que a¨²n llama a participar en la fiesta del 31 de octubre, la misma noche de la Halloween, el ¨²ltimo evento que organiz¨® la iglesia. Solo hay un ramo de flores. "Hemos venido a mostrar nuestro respeto a las v¨ªctimas", cuenta Carvajal antes de debatir con su amigo qu¨¦ hubiera pasado si uno de los feligreses hubiera estado armado.
La iglesia atacada acostumbra a grabar en v¨ªdeo sus misas, por lo que investigadores del Estado de Texas afirmaron a medios estadounidenses que en el registro de la ceremonia encontrar¨¢n a buen seguro los detalles concretos del tiroteo. "Nunca te esperas que pase algo as¨ª. Mi coraz¨®n est¨¢ roto", dijo a la prensa el concejal Albert G¨®mez. El editor de un peri¨®dico local describi¨® la parroquia como una congregaci¨®n local como cualquier otra de las zonas rurales de Texas. "Simplemente una peque?a iglesia de pueblo americano donde la gente acude para reunirse y celebrar".
Tras el tiroteo, numerosos vecinos y familiares de las v¨ªctimas se acercaron hasta esta iglesia para obtener informaci¨®n sobre lo ocurrido. Mientras, la polic¨ªa local y estatal trataba de impedirlo y ped¨ªa que regresasen a sus casas hasta que la situaci¨®n estuviese completamente bajo control.
Carrie Matula, una testigo, explic¨® al canal NBC que los disparos proced¨ªan de un arma semiautom¨¢tica. ¡°Yo me encontraba a 50 metros de la iglesia¡±, afirm¨®. A la zona se desplazaron los servicios de emergencia, incluyendo helic¨®pteros para llevar a los heridos a distintos hospitales. Adem¨¢s de las autoridades locales, el FBI se traslad¨® a la localidad para colaborar en la investigaci¨®n.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que se encuentra de visita oficial en Jap¨®n, ha calificado de "espeluznante" el tiroteo y ha enviado su apoyo a las v¨ªctimas. "Los estadounidenses har¨¢n lo que mejor saben hacer: nos uniremos y a trav¨¦s de las l¨¢grimas y la tristeza permaneceremos fuertes", ha asegurado en un encuentro con l¨ªderes empresariales en Tokio. Por su parte, Abbott, el gobernador de Texas, ha ofrecido sus condolencias y ha considerado el ataque como un ¡°acto del mal¡±. El senador republicano y excandidato presidencial, Ted Cruz, tambi¨¦n ha expresado en las redes sociales su solidaridad con las v¨ªctimas.
El ¨²ltimo ataque de esta envergadura en una iglesia estadounidense ocurri¨® en Charleston (Carolina del Sur) en junio de 2015. Dylan Roof, un joven blanco, entr¨® en la parroquia y mat¨® a tiros a nueve personas afroamericanas en el que fue considerado uno de los peores cr¨ªmenes de odio racial. Roof ha sido condenado a muerte por inyecci¨®n letal.
La masacre de Sutherland Spring ocurre apenas un mes despu¨¦s del peor ataque con un arma en la historia de Estados Unidos, en Nevada, que result¨® en la muerte de 60 personas y m¨¢s de 500 heridos. Durante un concierto de m¨²sica country, un hombre de 64 a?os dispar¨® a r¨¢fagas contra miles de asistentes en una c¨¦ntrica explanada de Las Vegas. El segundo peor asesinato masivo hasta la fecha ocurri¨® en Orlando en 2016 con 49 muertos y el tercero en Virginia en 2007 con 32 fallecidos.
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