El grito verde de Taiw¨¢n ante el ninguneo internacional
La isla asi¨¢tica, marginada por China de los acuerdos globales del clima, se ha autoimpuesto acabar con la energ¨ªa nuclear en ocho a?os
En la sede del ministerio taiwan¨¦s de Asuntos Exteriores en Taip¨¦i ya solo ondean 20 banderas y varias no son f¨¢ciles de identificar. Representan a los 20 Estados para los que la verdadera China es un pa¨ªs con la mitad de habitantes que Espa?a y m¨¢s peque?o en extensi¨®n que Extremadura. Son los ¨²nicos que reconocen a Taiw¨¢n formalmente. Casi todos los dem¨¢s se rinden al hecho de que Rep¨²blica Popular, la segunda econom¨ªa del mundo y principal origen de las importaciones de un n¨²mero creciente de naciones, es, sencillamente, la ¨²nica China. En junio, Panam¨¢ fue la ¨²ltima naci¨®n en cambiar de bando, de Taip¨¦i a Pek¨ªn. Y fuentes de la Administraci¨®n temen que no sea el ¨²nico abandono en Centroam¨¦rica, feudo fiel a la peque?a isla asi¨¢tica.
Ha pasado casi un a?o desde que la presidenta taiwanesa Tsai Ing-wen llam¨® al reci¨¦n elegido Donald Trump para felicitarlo y este lo publicara en su cuenta de Twitter. Aquel atisbo de reconocimiento internacional se ha esfumado. Este a?o Taip¨¦i ni siquiera ha intentado el reconocimiento de Naciones Unidas, un ritornelo tan repetido como in¨²til desde que la China comunista ocup¨® su sill¨®n hace 44 a?os. Por eso no puede firmar los acuerdos internacionales, entre ellos el Acuerdo de Par¨ªs contra las emisiones de gases de efecto invernadero, aunque con el estatuto de observador s¨ª ha participado en algunas cumbres. La diplomacia creativa (a falta de embajadas oficiales, se mantienen 92 oficinas en pa¨ªses que oficialmente no lo reconocen) ahora se ti?e de verde. No por casualidad la difusi¨®n del programa de visitas para periodistas extranjeros del que ha formado parte EL PA?S casi se solapa con la conferencia anual de la ONU sobre cambio clim¨¢tico que se finaliza este viernes en Bonn (Alemania).
The President of Taiwan CALLED ME today to wish me congratulations on winning the Presidency. Thank you!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) December 3, 2016
La presidenta Tsai se ha envuelto en una bandera verde con un plan de m¨¢s de 200 iniciativas en favor del medioambiente. Una de las mayores apuesta por que en 2025 la isla quede libre de energ¨ªa nuclear. De aqu¨ª a entonces se cerrar¨¢n las tres centrales que a¨²n siguen en funcionamiento y que generan 12 de cada 100 megavatios producidos.
El apag¨®n nuclear forma parte de un proyecto mayor por las renovables. En los pr¨®ximos ocho a?os todo el pa¨ªs se tendr¨¢ que ce?ir a unas 'medidas perfectas': 20-30-50: 20% de la energ¨ªa consumida saldr¨¢ de fuentes renovables (biomasa, e¨®lica, solar: el Gobierno se propone instalar paneles en un mill¨®n de tejados y producir 3,5 gigavatios), 30% del carb¨®n (ahora es casi la mitad del total, el 45,5%) y 50% de gas natural importado (ahora es el 20%).
Pero la senda verde se aventura dif¨ªcil. Aunque la meta de Par¨ªs rija tambi¨¦n para el pa¨ªs que no ha podido firmarla, Taiw¨¢n es y seguir¨¢ siendo muy dependiente del carb¨®n. A¨²n es uno de los lugares con mayor tasa de emisiones de CO2 per c¨¢pita (11,73 toneladas al a?o), por encima de sus vecinos Jap¨®n (9,68) y China (7,45). En 2020 se introducir¨¢ un sistema de comercio de derechos de emisi¨®n.
Y, aunque como en otros pa¨ªses industrializados la eficiencia energ¨¦tica de Taiw¨¢n mejora a?o tras a?o, hay que hacer entender a los taiwaneses que su electricidad ser¨¢ m¨¢s cara tras el cierre nuclear. Cierto es que la cat¨¢strofe de la central japonesa de Fukushima en 2011 desacredit¨® esa fuente de energ¨ªa (un 70% de la poblaci¨®n la rechaza hoy), pero no tanto para que los contrarios al desmantelamiento nuclear dejaran de apelar al bolsillo. El anterior Gobierno, del partido Kuomintang, acus¨® las cr¨ªticas por los fallos de construcci¨®n de una cuarta planta nuclear, hoy paralizada, pero su ministro de Econom¨ªa replic¨® diciendo que si se deten¨ªa la producci¨®n nuclear del pa¨ªs la energ¨ªa se encarecer¨ªa un 40%.
El 15 de agosto, un apag¨®n masivo se cruz¨® como imprevisto en los planes del Ejecutivo actual. Un fallo de una planta termoel¨¦ctrica, atribuido luego a un error humano, dej¨® durante varias horas a seis millones de hogares sin luz. A oscuras qued¨® incluso el Taipei 101, el rascacielos de medio kil¨®metro de altura cuya imagen se filtra entre los caracteres de led en chino de ese escenario de Blade Runner que es Taip¨¦i. Tras el fallo, toca convencer a los ciudadanos de que el suministro energ¨¦tico, el alimento de su industria, va a ser estable y tambi¨¦n que bajo el autoimpuesto yugo verde y la mayor dependencia exterior (habr¨¢ que importar m¨¢s gas natural) crecer¨¢ la econom¨ªa del pa¨ªs.
En los pr¨®ximos ocho a?os todo el pa¨ªs se tendr¨¢ que ce?ir a unas 'medidas perfectas': 20-30-50: 20% de renovables, 30% de carb¨®n y 50% de gas natural
En la tecnolog¨ªa que hace falta para compensar con fuentes renovables la nuclear y el carb¨®n se abre otro frente, con no poca pegas, y uno de sus escenarios est¨¢ en las costas del pa¨ªs, azotadas por el viento. Los 169 aerogeneradores que la jalonan lucen como una de las joyas verdes de la todopoderosa Taipei Power Company, el antiguo monopolio estatal que hoy afronta su partici¨®n en diferentes empresas de producci¨®n y distribuci¨®n. Los planes apuntan a instalar m¨¢s y m¨¢s torres, pero tendr¨¢ que ser mar adentro. ¡°En la costa ya apenas hay sitio¡±, asegura Hang-Shun Lin, un ingeniero que muestra ufano los molinos plantados en los humedales de Gaom¨¦i.
En el pa¨ªs del made in Taiwan, punta de lanza tecnol¨®gica, resulta que esos molinos son de factura extranjera (Gamesa es uno de los proveedores), aunque sea bien local el gigante al que se enfrentan: el tif¨®n rachea a menudo muy por encima de los 30 metros por segundo que como mucho aguantan, y cuando eso ocurre hay que detenerlos. En 2015, los vientos destrozaron ocho torres. En verano, con un consumo enorme por los aires acondicionados, el problema es el contrario: no corre viento suficiente para mover las aspas. Taiw¨¢n, en e¨®lica, va muy rezagado con respecto a su meta de 2025: que aporte el 5% del total de la energ¨ªa consumida, porque hoy solo supone el 2%.
La 'ecobiblioteca' de Beitou
La misma isla que los portugueses apodaron hermosa ("Formosa"), con sus montes verdes y tupidos como br¨¦col, termin¨® siendo "la isla basurero" por culpa de su industria pesada, pero hoy nadie la llamar¨ªa as¨ª tras pisar las calles impolutas de Taip¨¦i y su peculiar sistema de recogida de basuras. O tambi¨¦n al entrar en la biblioteca de Beitou, una met¨¢fora perfecta de lo que quiere ser todo Taiw¨¢n. El edificio, construido con madera canadiense a falta de los robustos cipreses locales que los japoneses esquilmaron para sus templos, es un armonioso caj¨®n de madera abierto a la fronda que se ilumina y ventila de manera natural, se abastece en gran medida del agua que arroja el tif¨®n y se nutre en un 10% por la electricidad de sus paneles solares.
Un 'disfraz' de ONG?
La diplomacia verde es una prioridad para el Gobierno de Tsai. Incluso si Taiw¨¢n no puede firmar los acuerdos de reducci¨®n de emisiones, el pa¨ªs quiere hacer una contribuci¨®n para detener el calentamiento global, y as¨ª lo afirma el ministro de protecci¨®n ambiental, Lee Ying-Yuan: "Somos solo 23 millones, pero por nuestro PIB tenemos que contribuir a la lucha contra el cambio clim¨¢tico. Queremos hacer todo lo que podamos para salvar el planeta", asegura, al tiempo que se muestra realista: "Seguimos dependiendo demasiado del carb¨®n".
Una planta taiwanesa en Murcia
El crecimiento de la energ¨ªa solar es tal en Taiw¨¢n, que una empresa, Get Green Energy, ya planea vivir del reciclaje del silicio de los paneles en desuso. Lo convierten en neum¨¢ticos, en suelo t¨¦cnico, en edredones, calzado y ropa. De reciclado para el textil ya saben mucho en la isla asi¨¢tica. En 2014, diez equipos de la FIFA jugaron con equipaciones hechas de tereftalato de polietileno (PET), pl¨¢stico reciclado de Taiw¨¢n. El pa¨ªs es el primero en el mercado mundial de esos tejidos, con un 50,37% de cuota de mercado. La compa?¨ªa GET planea instalar en Espa?a una f¨¢brica de reciclado para aprovechar los desechos de la industria solar y ya negocia con el Gobierno de la Regi¨®n de Murcia.
En la anterior cumbre del clima, la COP22 de Marrakech, a varios enviados del Gobierno, incluido un ministro sin cartera, les fue denegada la visa, se lamenta Lee. Para sortear esas trabas, una de las estratagemas diplom¨¢ticas del pa¨ªs es vestir sus organismos, de fronteras para fuera, como ONG. As¨ª logran ser invitadas a los encuentros colaterales y all¨ª el Gobierno habla por boca de ellas. Es el caso de TAISE, el Instituto para la Energ¨ªa Sostenible, que dirige quien fue primer ministro de medioambiente y comparte edificio con el oficial Instituto de Diplomacia. En los encuentros internacionales, TAISE se trasviste en organizaci¨®n no gubernamental.
Bajo la f¨®rmula de entidad consultora acude tambi¨¦n a los encuentros internacionales el principal centro de investigaci¨®n de Taiw¨¢n, el Instituto de Investigaci¨®n en Tecnolog¨ªa Industrial (ITRI). En el Silicon Valley taiwan¨¦s, cerca de la ciudad de Hsinchu,?los cient¨ªficos quieren estabilizar el suministro de energ¨ªa, crear redes el¨¦ctricas inteligentes y hacer m¨¢s eficientes la e¨®lica, solar y de biomasa. Trabajan en c¨¦lulas solares que alcancen un 24% de eficiencia frente al actual 21%, y en bajar el coste del vatio solar un 24%. El sue?o, a¨²n lejano, apunta tambi¨¦n a conseguir grandes bater¨ªas capaces de almacenar energ¨ªa a escala industrial. Unas pilas lo suficientemente potentes para alimentar parte del suministro de todo un pa¨ªs.
Por lo pronto, presumen de una peque?a bater¨ªa, URABat, un empe?o fruto de la colaboraci¨®n con la Universidad de Stanford que es capaz de cargarse o descargarse en menos de un minuto y con vida m¨¢s all¨¢ de los pocos ciclos. Es la primera hecha con aluminio, un material muy abundante, que tiene uso pr¨¢ctico.
Hay que hacer entender a los taiwaneses que su electricidad ser¨¢ m¨¢s cara tras el cierre nuclear
De bater¨ªa y cargadores hacen gala tambi¨¦n en la sede de Gogoro, la marca del esc¨²ter el¨¦ctrico que en 2015 irrumpi¨® en el mercado y logr¨® vender 13.000 de los 20.000 ciclomotores que se comercializaron ese a?o en Taiw¨¢n. En un pa¨ªs con 14 millones de motos, el Gobierno subsidia con el equivalente a 200 euros la compra de veh¨ªculos de menos de 125 cent¨ªmetros c¨²bicos, y con 300 los de mayor cilindrada.?De los 14 millones, solo 60.000 son ciclomotores, que ser¨¢n 200.000 en 2021. Los centauros de Taip¨¦i, que no temen al sirimiri constante para derrapar en las calles, tambi¨¦n pueden reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
En Gogoro han creado no solo la moto el¨¦ctrica, sino tambi¨¦n un sistema de abastecimiento de bater¨ªas extendido sobre todo en la capital. Cada vez es m¨¢s com¨²n ver, junto a las tiendas de conveniencia abiertas las 24 horas, una estaci¨®n en la que el usuario recarga la bater¨ªa de su esc¨²ter en apenas seis segundos. El modelo Gogoro 2 (110 kil¨®metros de autonom¨ªa, algo m¨¢s de 90 kil¨®metros por hora de velocidad m¨¢xima) se vende desde el pasado verano por el equivalente a 1.113 euros. Cuando acabe el a?o, la compa?¨ªa espera haber colocado en el mercado 80.000 ciclomotores.
Desconfianza hacia China
Ninguno de los expertos consultados en este reportaje ve posibilidades de desarrollo tecnol¨®gico o econ¨®mico en China. En las conversaciones surge enseguida, tan pronto se sugiere esa posibilidad de crecimiento que en cualquier otro contexto sociopol¨ªtico ser¨ªa natural, el temor al robo del know how taiwan¨¦s. Tampoco ayuda que la actual presidenta sea mirada con malos ojos por Pek¨ªn por el af¨¢n independentista de su partido. China ya le ha cerrado el grifo del turismo de los continentales. Los patatas dulces, como se denominan a s¨ª mismos los habitantes de Taiw¨¢n, ven en las calles cada vez ven menos taros (como llaman a los chinos continentales).
En el lago de Sol y Luna, un para¨ªso para reci¨¦n casados en el coraz¨®n del pa¨ªs, se nota la escasez de turistas del continente, que antes eran tan habituales. De enero a agosto de este a?o han llegado a toda la isla 831.000, un 23% menos que en el mismo periodo del a?o anterior. Un fen¨®meno similar se constata en universidades como la Taipei Tech, donde es dif¨ªcil encontrar estudiantes de la China continental.
La tensi¨®n con el gigante cercano se percibe de continuo en el d¨ªa a d¨ªa de los taiwaneses, aunque se matice con humor. Un encuentro de periodistas con altos funcionarios del Ministerio de Asuntos Exteriores coincide con el discurso que el presidente chino Xi Jinping dirige a los asistentes al 19 Congreso del Partido Comunista. ¡°?No deber¨ªan ustedes estar atentos a sus palabras?¡±, se le pregunta a uno de los funcionarios taiwaneses, que contesta con otra pregunta: ¡°?No ha mencionado todav¨ªa a Taiw¨¢n, verdad? Pues entonces todo va bien¡±. Al final, Xi dedic¨® unas 800 palabras al pa¨ªs en las tres horas y media de su intervenci¨®n.
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