¡°Estamos vivos de milagro. No podemos creer que por fin estemos aqu¨ª¡±
Los Lobato aterrizan en Espa?a tras cuatro meses de huida desde el coraz¨®n del Estado Isl¨¢mico
Los Lobato, la familia espa?ola atrapada en Raqa, la ciudad siria que ha estado bajo el control del Estado Isl¨¢mico (ISIS, en sus siglas en ingl¨¦s) durante tres a?os, llegaron el mi¨¦rcoles por la noche al aeropuerto de Madrid-Barajas tras un periplo de varios meses que les ha llevado a enfrentarse a todo tipo de adversidades para huir de la guerra. "Gracias a Dios ya est¨¢n aqu¨ª. Ha sido mucho sufrimiento, muchas noches en vela. Es hora de descansar", dijo Ana Lobato, de 62 a?os, la mujer espa?ola casada con un sirio que ha tratado por todos los medios de repatriar a sus cuatro hijos. En el vuelo procedente de Estambul (Turqu¨ªa), con escala en Barcelona, viajaban 13 familiares, nueve de ellos, menores de edad.
La Polic¨ªa Nacional espa?ola gestion¨® el enlace de los viajeros desde Turqu¨ªa y, al llegar, el Samur Social se encarg¨® de ellos. Tras hacerles un reconocimiento m¨¦dico y reunir el pesado equipaje que tra¨ªan, fueron trasladados a un hostal donde pasar¨¢n las siguientes semanas mientras terminan de instalarse en Espa?a.
Ismael, el mayor de los reci¨¦n llegados, cargaba a un hijo en brazos, un beb¨¦ llamado Yunes cuyo certificado de nacimiento tiene el sello del ISIS. "Este es un nuevo comienzo", dec¨ªa el padre. Entre permanecer en una zona de guerra o escapar con todos los riesgos que eso implica, eligieron lo segundo.
La historia de esta familia comenz¨® a escribirse hace m¨¢s de 40 a?os en la parada de un autob¨²s de la periferia de Madrid. El estudiante sirio?Abdeladin Alfaraj Al Shoeib, un muchacho entusiasta que hab¨ªa viajado a Espa?a para estudiar farmacia, se qued¨® prendado de una adolescente mientras esperaba la ruta. La joven, Ana Lobato, la madre que d¨¦cadas despu¨¦s esperar¨¢ ansiosa a los suyos en la terminal 4 del aeropuerto, estuvo esquivando al pretendiente los siguientes d¨ªas, pero aquel sirio con gafas y buen palique se present¨® en casa de su madre y le pidi¨® la mano. Un a?o despu¨¦s se casaron.
Con la carrera de ¨¦l a medias, la pareja se fue a vivir a Raqa a mediados de los a?os setenta.?Abdeladin se hizo cargo de una tienda de comestible en el mercado m¨¢s grande de la ciudad mientras Ana cos¨ªa en casa con una m¨¢quina Singer que le hab¨ªa regalado una t¨ªa. Tuvieron cuatro hijos en la Siria de Hafez el Asad, el padre del actual presidente, Bachar. Fue una ¨¦poca de guerra con Israel y de represi¨®n a la oposici¨®n local, pero el matrimonio dice que no estuvo involucrado en pol¨ªtica y que su vida transcurri¨® al margen de los grandes acontecimientos de la regi¨®n.
A mediados de los ochenta, la pareja hizo una intentona por volver a Espa?a.?Abdeladin so?aba con acabar su carrera, licenciarse, tener un t¨ªtulo con el que encontrar un buen trabajo para mantener a los suyos. Ana trabajar¨ªa mientras ¨¦l se encerraba con los libros y entre todos, remando, pod¨ªan sacar la familia adelante. El plan no funcion¨®. "Con la democracia la vida subi¨® mucho. No pod¨ªamos permit¨ªrnoslo y nos tuvimos que volver a Siria", explicaba el abuelo de todos estos chicos que revoloteaban por la terminal, vac¨ªa durante la madrugada del jueves.
All¨ª viv¨ªan hasta que les alcanz¨® una guerra que est¨¢ a punto de cumplir siete a?os. Al principio, Abdeladin, que hab¨ªa conocido la Espa?a franquista, su pa¨ªs con dos gobernantes autoritarios que eran familia y un movimiento de protesta de j¨®venes emulando a otros de la regi¨®n en la primavera ¨¢rabe, vivi¨® con cierto entusiasmo la llegada de los radicales del ISIS, que promet¨ªan un mundo mejor. "Despu¨¦s vi que ven¨ªan a asesinar y a hacer sus barbaridades. Una barbaridad", cuenta.
El asfixiante control de los yihadistas lo desencant¨®. Ni si quiera le dejaban echarse un pitillo a ¨¦l, un exfumador perpetuo, eterno reincidente. El matrimonio Lobato huy¨® del pa¨ªs v¨ªa Beirut, con la mediaci¨®n de un militar sirio, pero hab¨ªan dejado atr¨¢s a dos de sus hijos, Ismael y Soraya y sus familiares. "Ha sido un caos, Estamos vivos de milagro. No podemos creer que por fin estemos aqu¨ª", a?adi¨® Ismael.
Ahora todos vuelven a estar juntos. Tras los besos, las l¨¢grimas, los abrazos, salieron por la puerta de la terminal, rumbo a una nueva vida. Esperan que esta vez los planes salgan bien.
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