El pol¨¦mico oleoducto Keystone XL supera el ¨²ltimo escollo para su construcci¨®n
Nebraska aprueba el proyecto, s¨ªmbolo de la pugna ecologista y pol¨ªtica, pero impone una ruta alternativa
El pol¨¦mico oleoducto Keystone XL, s¨ªmbolo de la pugna ecologista y pol¨ªtica en Estados Unidos en la ¨²ltima d¨¦cada, super¨® este lunes el ¨²ltimo gran escollo para su construcci¨®n. Una comisi¨®n de Nebraska autoriz¨® el proyecto energ¨¦tico, por valor de 8.000 millones de d¨®lares, pero impuso una ruta alternativa a la propuesta por la empresa TransCanada, lo que la obliga a llegar a nuevos y farragosos acuerdos de expropiaci¨®n de tierras.
El oleoducto, con una extensi¨®n de 1.700 kil¨®metros, transportar¨ªa 830.000 barriles de crudo al d¨ªa y conectar¨ªa la regi¨®n canadiense de Alberta con Nebraska. Cruzar¨ªa Dakota del Norte, epicentro del boom de la producci¨®n energ¨¦tica que vive EE UU en los ¨²ltimos a?os gracias a la proliferaci¨®n del fracking, la t¨¦cnica de extracci¨®n de fracturaci¨®n hidr¨¢ulica del subsuelo. Desde Nebraska, la infraestructura se unir¨ªa a la red de oleoductos que llegan hasta las refiner¨ªas del Golfo de M¨¦xico.
La suerte del Keystone XL dio un giro de 180 grados con la llegada en enero del republicano Donald Trump a la Casa Blanca. El presidente autoriz¨® en marzo la construcci¨®n del oleoducto revirtiendo la decisi¨®n de su predecesor, el dem¨®crata Barack Obama, que en 2015, tras seis a?os de deliberaciones, deneg¨® el permiso bajo el argumento de que iba en contra de la lucha contra el cambio clim¨¢tico y la reducci¨®n de la dependencia de los combustibles f¨®siles.
Trump justific¨® su aprobaci¨®n por los supuestos beneficios econ¨®micos del proyecto y en el objetivo de lograr la ¡°independencia energ¨¦tica¡± del pa¨ªs. El presidente ha sacado a EE UU del Acuerdo de Par¨ªs contra el cambio clim¨¢tico y apoya el resurgir de la industria del carb¨®n. Los defensores del Keystone XL -incluido el gobernador republicano de Nebraska, el Gobierno progresista de Canad¨¢ y grupos sindicales y empresariales- alegan que crear¨¢ numerosos puestos de trabajo y que es una alternativa m¨¢s segura al transporte de crudo por carretera y tren, que se ha disparado en los ¨²ltimos a?os.
Los detractores del proyecto -grupos pol¨ªticos de izquierdas, ambientalistas y organizaciones tribales de americanos nativos- advierten del impacto medioambiental de la construcci¨®n y de un posible accidente, y minimizan los beneficios econ¨®micos. La semana pasada un oleoducto gestionado por TransCanada, la empresa detr¨¢s del Keystone XL, verti¨® 794.000 litros de crudo en Dakota del Sur, situado al norte de Nebraska.
La decisi¨®n sobre la autorizaci¨®n del Keystone XL la tom¨® la Comisi¨®n de Servicio P¨²blico de Nebraska, una organizaci¨®n con cuatro miembros republicanos y un dem¨®crata que regula las principales infraestructuras energ¨¦ticas y de telecomunicaci¨®n del Estado. La aprobaci¨®n lleg¨® tras un ajustado voto: tres a favor y dos en contra. La comisi¨®n impuso que el trazado del oleoducto esquive un ¨¢rea de protecci¨®n ambiental. La empresa hab¨ªa esgrimido en el pasado que una ruta alternativa no ser¨ªa ejecutable.
El fallo de la comisi¨®n se puede recurrir en tribunales de apelaciones. Y la autorizaci¨®n final no garantiza que decaiga el rechazo al oleoducto. Los grupos de oposici¨®n han amenazado con tratar de impedir las obras de construcci¨®n, como hizo el a?o pasado una tribu sioux en el caso de un oleoducto en Dakota del Norte. La presi¨®n de las protestas propici¨® que el Gobierno de Obama desautorizara el pasado diciembre ese proyecto, Dakota Access, tras revelarse que no se hab¨ªan consultado adecuadamente a los propietarios de tierras. Sin embargo, la Administraci¨®n de Trump lo volvi¨® a aprobar en sus primeras semanas en la Casa Blanca.
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