Regreso al origen del ¨¦xodo
El Papa viaja este lunes a Myanmar y Banglad¨¦s, que han acordado un dudoso plan de repatriaci¨®n de los rohingya
El ¨¦xodo no ha acabado, pero los planes de regreso ya han comenzado. Tres meses despu¨¦s de que cientos de miles de rohingya de Myanmar (antigua Birmania) comenzaran una huida colectiva?hacia el vecino Banglad¨¦s, ambos pa¨ªses han acordado la pronta repatriaci¨®n de la minor¨ªa musulmana. Pero el acuerdo no convence. Ni por su inicial vaguedad y falta de garant¨ªas, ni por la ausencia de un cambio de actitud de Myanmar hacia los rohingya, v¨ªctimas de una limpieza ¨¦tnica en dicho pa¨ªs, seg¨²n la ONU y ahora tambi¨¦n Estados Unidos?(EE UU).
La repatriaci¨®n ser¨¢ voluntaria y comenzar¨¢ en menos de dos meses. As¨ª lo han determinado Myanmar y Banglad¨¦s, que recibir¨¢n al papa Francisco esta semana. La crisis es un motivo constante de reprimendas por parte de la comunidad internacional para Myanmar, donde arrancar¨¢ el delicado viaje del Pont¨ªfice, especialmente para su l¨ªder de facto, la Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi. Para Banglad¨¦s, aunque la masiva acogida de rohingya ha sido loada fuera de sus fronteras, su estancia permanente ser¨ªa una garant¨ªa de tensi¨®n e inestabilidad que quiere resolver de cara a las elecciones del pr¨®ximo a?o.
Myanmar pedir¨¢ a Banglad¨¦s que le entregue documentos o pruebas de identidad (nombres de familiares, lugar de procedencia o fecha de nacimiento) de los rohingya que den su consentimiento para regresar. Algo que desde los campos de refugiados de Cox¡¯s Bazar?¡ªel distrito banglades¨ª colindante con el Estado de Rajine (hoy conocido como Arakan), del que huyen los rohingya¡ª?no parece f¨¢cil de lograr.
Zafor, nacido en el campo de refugiados Kutupalong en 1993, en medio de otra ola de violencia entre los rohingya y la poblaci¨®n budista (mayoritaria en Myanmar), asegura que los planes de repatriaci¨®n no son bien recibidos por los refugiados. ¡°Los rohingya queremos volver a nuestro pa¨ªs, pero solo si se trata de una soluci¨®n duradera. Si no tenemos ning¨²n derecho en Myanmar, ?para qu¨¦ vamos a volver?¡±, asegura en un mensaje.
El acuerdo entre los dos pa¨ªses se basa en otro suscrito durante los enfrentamientos en los 90 que provocaron la huida de miles de rohingya, entre ellos la familia de Zafor. Este pacto no aborda la cuesti¨®n de la ciudadan¨ªa, retirada a los rohingya en 1982 por Myanmar, que les considera inmigrantes bengal¨ªes escud¨¢ndose en los cientos de miles que fueron trasladados del actual Banglad¨¦s a Rajine durante la incorporaci¨®n de Birmania a la India brit¨¢nica en el siglo XIX. El acuerdo indica que los refugiados pasar¨¢n un ¡°periodo de tiempo limitado¡± en refugios temporales antes de ser destinados a sus ¡°antiguas residencias o zonas cercanas a su elecci¨®n¡±.
Con miles de aldeas quemadas en Rajine desde finales de agosto de este a?o, como parte de una serie de atroces represalias de las fuerzas de seguridad birmanas por varios ataques del Ej¨¦rcito de Salvaci¨®n Rohingya de Arakan (ARSA) a sus cuarteles, persisten las sospechas de que acaben confinados en campos de internamiento de forma indefinida, contribuyendo a la situaci¨®n de apartheid denunciada la pasada semana por la ONG Amnist¨ªa Internacional (AI).?Una expectativa que tampoco persuade al Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR). ¡°De momento, la situaci¨®n en Rajine no es adecuada para garantizar un retorno seguro y sostenible de refugiados que a¨²n est¨¢n huyendo, muchos de los cuales han sufrido violencia, violaciones y profundos da?os psicol¨®gicos. Es crucial que el regreso no ocurra de forma precipitada o prematura¡±, apunta en un comunicado.
Pero ni Banglad¨¦s ni Myanmar se muestran dispuestos a esperar. Los dos pa¨ªses parecen seguir por ahora parte de un plan propuesto por China que incluye negociaciones bilaterales. Pek¨ªn ha prometido a Myanmar cooperaci¨®n militar y econ¨®mica y busca reforzar su influencia en dicho pa¨ªs frente a la de India y EE UU, as¨ª como en el resto de la regi¨®n, m¨¢s a¨²n desde que Washington insistiera en referirse a esta como Indo-Pac¨ªfico.
El Gobierno civil de Suu Kyi, a¨²n muy fr¨¢gil tras solo dos a?os de existencia, trata de salir del punto de mira y evitar un nuevo aislamiento internacional ¡ªcomo el padecido durante las d¨¦cadas de la Junta Militar¡ª, despu¨¦s de que EE UU endureciera su discurso hace d¨ªas refiri¨¦ndose a la violencia contra los rohingya como un nuevo caso de limpieza ¨¦tnica.
Una salida precipitada, seg¨²n la ONU y expertos, que resucita un viejo temor: que la historia vuelva a repetirse. ¡°Los distintos episodios de tensiones han ocurrido porque, despu¨¦s de otros ¨¦xodos en los 70, 80 y 90, no ha habido un programa de integraci¨®n, sino m¨¢s segregaci¨®n y control militar. Sin integraci¨®n, la misma situaci¨®n se repetir¨¢ una y otra vez¡±, aventura Moe Thuzar, coordinadora del programa de Myanmar del Instituto de Estudios del Sudeste Asi¨¢tico (ISEAS).
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