Libertad de expresi¨®n vigilada en Egipto tras la revoluci¨®n de Tahrir
La represi¨®n censura las manifestaciones art¨ªsticas. Muchos autores ven limitada la difusi¨®n de sus obras
El cineasta Tamer el Said (El Cairo, 1972) ha pasado 10 a?os de su existencia filmando la vida cotidiana en la capital de Egipto. El fruto de su trabajo se resume en el largometraje En los ¨²ltimos d¨ªas de la ciudad, que resume las fechas previas a la revoluci¨®n que derroc¨® al presidente Hosni Mubarak en 2011. Estaba previsto su estreno el a?o pasado en el Festival de Cine de El Cairo, pero la censura oficial no ha otorgado a¨²n el permiso de exhibici¨®n. ¡°So?aba con ver la pel¨ªcula en una sala de la capital egipcia, despu¨¦s de haberla proyectado en 120 festivales y cert¨¢menes [como, por ejemplo, en el Centro Bot¨ªn de Santander] en unos 80 pa¨ªses, y de haberla estrenado comercialmente en una docena de naciones con ¨¦xito de p¨²blico y buena cr¨ªtica¡±, relata el director del filme. ¡°Por eso me resulta doloroso que no se pueda ver en el mismo lugar donde se film¨®: es como tener una herida abierta¡±.
¡°Este r¨¦gimen es el m¨¢s restrictivo en materia de libertad de expresi¨®n en la historia moderna de Egipto¡±, aseguraba recientemente en la prensa egipcia el abogado Gamal Eid, director de la Red ?rabe de Informaci¨®n de Derechos Humanos (Anhri, en sus siglas en ingl¨¦s). ¡°Pero a pesar del miedo reinante en la sociedad civil, sigue habiendo personas que tienen el valor de expresar sus ideas¡±.
Las restricciones a la libertad de expresi¨®n no alcanzan solo a los intelectuales o la prensa, que ha visto c¨®mo las autoridades han clausurado o bloqueado 400 p¨¢ginas web cr¨ªticas con el Gobierno del presidente Abdelfat¨¢ al Sisi. Tambi¨¦n han sufrido el acoso de la implacable censura artistas populares como la cantante Sherin Abdel Wahab, que os¨® bromear sobre la salubridad de las aguas del Nilo y ha sido encausada por ello, o la estrella pop, Shaimaa Ahmedo, m¨¢s conocida por el nombre art¨ªstico de Shyma, que fue detenida por depravaci¨®n y atentado contra el pudor por haberse comido un pl¨¢tano en un v¨ªdeo promocional.
¡°Nac¨ª y vivo en El Cairo; esa es mi identidad¡±, argumenta el director de En los ¨²ltimos d¨ªas de la ciudad. ¡°Desde hace mucho tiempo pretend¨ªa mostrar en im¨¢genes mi relaci¨®n con esta megaciudad, sobre c¨®mo la sentimos sus habitantes, en un gran momento de cambio hist¨®rico¡±. La denominada Autoridad de Censura no ha rechazado ni aceptado formalmente la cinta. ¡°Nos pidieron quitar una parte de la banda sonora a cambio de una autorizaci¨®n autom¨¢tica¡±, precisa, ¡°y lo admitimos porque no era algo importante y quer¨ªamos que la gente tambi¨¦n viera aqu¨ª la pel¨ªcula. Pero nunca lleg¨® el permiso de exhibici¨®n¡±.
El cineasta Tamer el Said se niega a emprender la v¨ªa del exilio cultural a pesar del amplio reconocimiento internacional que ha recibido su largometraje. ¡°No creo que tenga que salir de Egipto para hacer mi trabajo. Fuera me siento siempre como un turista. Esta es la ciudad que conozco y en la que mejor puedo expresar mis ideas¡±.
Estabilidad econ¨®mica
Humoristas, escritores, cantantes, periodistas... nadie parece estar a salvo del acoso de la censura y de la represi¨®n en Egipto. Las detenciones y procesamientos afectan por igual a todo tipo de artistas e intelectuales. Seg¨²n advierte un diplom¨¢tico europeo que declina ser citado, los avances en los logros del programa de estabilidad econ¨®mica que est¨¢ obteniendo el Gobierno del Al Sisi no se corresponden con el creciente retroceso en materia de libertades p¨²blicas.
¡°Con Mubarak se ejerc¨ªa la pol¨ªtica del palo y la zanahoria; ahora solo hay palo¡±, resume su pesimista visi¨®n sobre el Egipto posterior a la primavera de Tahrir el analista Wael Eskandar. Con entre 40.000 y 60.000 presos detenidos por razones pol¨ªticas, seg¨²n ONG humanitarias como Human Rights Watch, y con unos 450.000 ciudadanos pendientes de juicio, acusados de pertenencia a la proscrita Hermandad Musulmana, la mayor¨ªa de los j¨®venes ¡ªdos tercios de los 104 millones de egipcios tienen menos de 30 a?os¡ª dan la espalda a las actividades pol¨ªticas. ¡°Por ahora est¨¢n inmunizados, aunque muchos no tienen nada que perder, sin trabajo ni futuro¡±, apostilla Eskandar ¡°Pero ya tuvimos una revoluci¨®n no hace mucho¡±.
Los musulmanes moderados suf¨ªes plantan cara al terror
Los suf¨ªes, seguidores de un rito musulm¨¢n moderado, han proclamado que el terror en Egipto no acallar¨¢ las expresiones p¨²blicas de su culto. Esta comunidad isl¨¢mica fue el objetivo del ataque terrorista que el viernes seg¨® la vida de 305 personas, entre ellas 27 ni?os, y caus¨® heridas a otras 128 en la mezquita de Al Raud¨¢ de Bir al Abed, una poblaci¨®n del norte de la pen¨ªnsula del Sina¨ª donde esta corriente musulmana m¨ªstica es mayoritaria. El Consejo Supremo de las ?rdenes Suf¨ªes de Egipto anunci¨® ayer que va a mantener el programa de ceremonias previstas esta semana en todo el pa¨ªs con motivo de la celebraci¨®n del aniversario del nacimiento del profeta Mahoma, informa la agencia Efe. Tan solo se ha anulado, por razones de seguridad y "en se?al de duelo por los m¨¢rtires de Al Raud¨¢", el cortejo religioso que deb¨ªa arrancar en el templo isl¨¢mico de Salah al Yaafari de El Cairo y que suele terminar en la gran mezquita de Al Hussein, dedicada al nieto del Profeta y uno de los lugares m¨¢s sagrados para el islam en Egipto.
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