El juicio en Manhattan que envenena las relaciones entre EE UU y Turqu¨ªa
El 'caso Zarrab' juzga a ocho imputados cercanos a Erdogan acusados de violar el embargo internacional a Ir¨¢n por el programa nuclear
Un juicio cuya primera vista se inicia este martes en un tribunal de Manhattan envenena las relaciones entre Estados Unidos y Turqu¨ªa tanto o m¨¢s que sus desavenencias sobre pol¨ªtica internacional. Es el conocido como caso Zarrab, pese a que la persona que le da nombre no aparece siquiera en la lista de acusados, cercanos al presidente turco Recep Tayyip Erdogan.
Reza Zarrab es un empresario iran¨ª al que algunos han denominado el ¡°Gran Gatsby del B¨®sforo¡±. Como el personaje de la novela de Scott Fitzgerald, pas¨® r¨¢pidamente de ser un completo desconocido en Turqu¨ªa a la comidilla de numerosas conversaciones gracias a su matrimonio con la cantante Ebru G¨¹ndes en 2010 y a los car¨ªsimos regalos que le hac¨ªa: un palacete, un cami¨®n lleno de rosas...Ella era una artista consolidada, objetivo destacado de los programas del coraz¨®n y jurado del programa La Voz. ?l hab¨ªa heredado una fortuna de su padre que, entre otras cosas, se dedicaba al contrabando en Ir¨¢n, Azerbaiy¨¢n y Turqu¨ªa. Ella pon¨ªa el nombre. ?l, la fortuna.
Pero este d¨²o estar¨ªa incompleto sin una tercera persona: el presidente Recep Tayyip Erdogan. Desde inicios de la presente d¨¦cada, G¨¹ndes y Zarrab frecuentaron las galas organizadas por el entonces primer ministro y ahora jefe de Estado. Oficialmente, la pareja asist¨ªa porque Erdogan es admirador de la cantante turca, pero mientras ella regalaba los o¨ªdos a la audiencia con sus canciones, los hombres hac¨ªan negocios.
Todo ello se hizo patente a finales de 2013 cuando, tras varios aviso de los servicios de inteligencia sobre las presuntas actividades ilegales de Zarrab, fue detenido junto a varios empresarios y los hijos de tres ministros de Erdogan. La Fiscal¨ªa acus¨® entonces al iran¨ª de liderar una trama para transferir cientos de toneladas de oro entre Ghana, Turqu¨ªa, Dubai e Ir¨¢n, con el objetivo de pagar a los iran¨ªes sus exportaciones de hidrocarburos, burlando as¨ª el embargo internacional que entonces pesaba sobre la Rep¨²blica Isl¨¢mica por su programa nuclear. Seg¨²n el propio Zarrab, quien niega haber cometido ilegalidad alguna, mediante este esquema se envi¨® a Ir¨¢n oro por valor de 12.000 millones de d¨®lares. A cambio de ello varios ministros habr¨ªan recibido sobornos millonarios.
El Gobierno turco maniobr¨® con celeridad y tach¨® las acusaciones de falsedad, acusando a los jueces y fiscales de actuar a las ¨®rdenes del cl¨¦rigo Fethullah G¨¹len, exiliado en Estados Unidos y jefe de una vasta organizaci¨®n pol¨ªtico-religiosa anta?o aliada de Erdogan y ahora enemistada con ¨¦l. Los togados y polic¨ªas encargados del caso fueron purgados y la investigaci¨®n enterrada. Pero, entretanto, el FBI hab¨ªa recogido el testigo del caso y en marzo de 2016 detuvo a Zarrab cuando ¨¦ste se encontraba en EE UU para ¡°visitar Disneylandia¡±.
Zarrab, sin embargo, no comparecer¨¢ ante el tribunal neoyorquino como acusado de violar el embargo internacional impuesto a Ir¨¢n. Lo har¨¢ solo el subdirector del banco p¨²blico turco Halkbank, Mehmet Hakan Atilla, detenido el pasado marzo. Hay otros siete imputados, entre ellos el exministro turco de Econom¨ªa Zafer ?aglayan, pero ser¨¢n juzgados in absentia dado que se hallan en Turqu¨ªa. Zarrab ha aceptado cooperar con la Justicia estadounidense a cambio de que se le retiren los cargos (seg¨²n algunos medios estadounidenses, m¨¢s que sobre el caso del embargo iran¨ª, se espera de ¨¦l informaci¨®n sobre los tejemanejes entre el Gobierno de Erdogan y el ef¨ªmero consejero de Seguridad de Trump, Michael Flynn).
En lugar de distanciarse de los acusados, Erdogan ha optado por hacer de este juicio un asunto nacional y tildarlo de ¡°conspiraci¨®n contra Turqu¨ªa¡±, lo que ha llevado a la oposici¨®n a pensar que el presidente turco teme lo que pueda trascender de las confesiones de Zarrab. No en vano, el l¨ªder islamista trat¨® de convencer a la administraci¨®n Obama y, posteriormente, a la actual de que presionasen para que el juicio fuese suspendido. Sin ¨¦xito.
De ah¨ª que el lunes el ministro turco de Justicia, Bekir Bozdag, acusase a EE UU de mantener a Zarrab como reh¨¦n: ¡°Le habr¨¢n dicho o cantas lo que te ordenamos o te tenemos en prisi¨®n hasta que te mueras¡±. El temor en Turqu¨ªa es que el proceso pueda da?ar m¨¢s a¨²n la credibilidad del pa¨ªs y con ello su econom¨ªa (la lira turca se ha desplomado un 15 % en apenas dos meses), especialmente si la sentencia incluye multas a los bancos turcos implicados. Adem¨¢s, el caso llega en un momento en que el jefe de la oposici¨®n, Kemal Kili?daroglu, ha acusado al entorno m¨¢s cercano de Erdogan de tener fondos en para¨ªsos fiscales y despu¨¦s de que dos medios locales publicasen el contenido de los Paradise Papers, seg¨²n los cuales los hijos del primer ministro turco, Binali Yildirim, tienen cuentas offshore. Todo intento de la oposici¨®n por investigar estas acusaciones de evasi¨®n fiscal ha sido en vano y, en cambio, los medios que publicaron los Paradise Papers han sido demandados por ¡°violaci¨®n de la privacidad¡±.
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