Condenado a dos a?os por estafa al fingir ser una v¨ªctima del Bataclan
El enfermero franc¨¦s, que solo tendr¨¢ que ir a la c¨¢rcel seis meses, intent¨® lograr la indemnizaci¨®n de los atentados de 2015 en los que fueron asesinadas 130 personas
Lleg¨® a tatuarse la fecha, 13 de noviembre de 2015, en el antebrazo. A cualquiera que le quisiera escuchar, incluso medios internacionales, C¨¦dric Rey, un enfermero de 29 a?os, contaba la misma escalofriante historia de c¨®mo sobrevivi¨® a los peores atentados terroristas que ha vivido Par¨ªs hasta la fecha, en una noche que dej¨® 130 muertos por toda la capital francesa. Con gran n¨²mero de detalles, la mirada h¨²meda por las l¨¢grimas que luchaba por controlar, relataba c¨®mo estaba tom¨¢ndose una cerveza en la terraza de la sala Bataclan, donde se produjo la principal masacre de esa terrible noche, cuando vio llegar a los atacantes. Aseguraba que uno de los yihadistas le apunt¨® con su arma, pero que ¡°una mujer embarazada¡± se interpuso y recibi¨® las balas que iban destinadas a ¨¦l. Salvo que todo era mentira, como ha acabado admitiendo. Dos a?os y casi un mes despu¨¦s de los atentados, un tribunal de Versalles, en las afueras de Par¨ªs, lo consider¨® este viernes culpable de estafa y lo conden¨® a dos a?os de c¨¢rcel, reducido por el juez a seis meses de cumplimiento efectivo.
Las dudas empezaron a surgir un a?o despu¨¦s de los atentados. Lo que provoc¨® los recelos fue su negativa a presentar una demanda, como le recomendaban los expertos del Fondo de garant¨ªas de v¨ªctimas de actos de terrorismo y otras infracciones (FGTI, por sus siglas en franc¨¦s), pese a que s¨ª hab¨ªa presentado el expediente requerido ante esta instituci¨®n oficial para recibir la indemnizaci¨®n que se ofrece a las personas que han sufrido un atentado. Cuando se empez¨® a examinar en detalle su caso, se descubrieron varias incoherencias. Pero fue sobre todo el detalle de la mujer embarazada el que despert¨® las sospechas de los investigadores, ya que entre las v¨ªctimas mortales no hab¨ªa ninguna que respondiera a su descripci¨®n. Tampoco pudo presentar prueba alguna que demostrara que hab¨ªa estado en el Bataclan y argumentaba que los amigos que pod¨ªan confirmar su testimonio no quer¨ªan hablar. Finalmente, al analizar su tel¨¦fono m¨®vil, se constat¨® que estuvo en la zona del Bataclan pasada la medianoche, pero que en el momento del ataque en la sala de conciertos, se encontraba a 30 kil¨®metros de distancia.
Durante una primera audiencia, celebrada el 27 de octubre, C¨¦dric Rey reconoci¨® que se lo hab¨ªa inventado todo. ¡°Est¨¢ claro que soy culpable. Lo que he hecho es muy grave, me doy asco¡±, declar¨®, seg¨²n Le Parisien. El joven, que se mud¨® hace unos meses a Nueva Caledonia, se enter¨® de que la polic¨ªa lo buscaba cuando regres¨® a Francia para ver a su madre, que estaba enferma. Se present¨® voluntariamente y fue puesto en prisi¨®n preventiva, situaci¨®n en la que permanece desde entonces. Tras la primera vista, el tribunal decidi¨® solicitar pruebas psiqui¨¢tricas del acusado, que enfrentaba hasta cinco a?os de c¨¢rcel.
Aunque no son numerosos, los casos de falsas v¨ªctimas se repiten despu¨¦s de ataques terroristas. Seg¨²n el peri¨®dico Le Monde, al menos siete personas han sido condenadas ya por estafa o intento de estafa tras el 13-N, aunque el caso de Rey ha tenido m¨¢s resonancia por su amplia exposici¨®n medi¨¢tica. M¨¢s lejos a¨²n fue Tania Head, una mujer que aseguraba haber sobrevivido a los atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York el 11 de septiembre y que presid¨ªa una de las asociaciones de supervivientes. Hasta que seis a?os m¨¢s tarde The New York Times public¨® sus sospechas de que no era una v¨ªctima del 11-S. Poco despu¨¦s, La Vanguardia revelaba que Tania Head se llamaba en realidad Alicia Esteve Head, una catalana que ni siquiera se encontraba en Estados Unidos el d¨ªa de los atentados. Un libro, ¡°La mujer que no estuvo all¨ª¡±, recoge la incre¨ªble historia de sus mentiras.
En el caso de C¨¦dric Rey, ese tatuaje con la fecha del 13 de noviembre, que muestra adem¨¢s, sobre una silueta del Bataclan a una Marianne, el s¨ªmbolo de la Francia de la ¡°libertad, igualdad y fraternidad¡±, con una l¨¢grima rondando por su mejilla, le recordar¨¢ durante mucho tiempo la mentira que indign¨® a todo un pa¨ªs que sigue intentando superar los ataques.
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