El ¡®ombudsman¡¯ mexicano se?ala al Ej¨¦rcito por un nuevo caso de tortura, ejecuci¨®n y desaparici¨®n forzada
En medio de la pol¨¦mica por la ley que perpet¨²a el uso policial de los militares, derechos humanos concluye que efectivos castrenses asesinaron a dos j¨®venes en Jalisco en 2016
El 27 de enero de 2016, a eso de las nueve de la noche, un convoy militar irrumpi¨® en una casa de Tepatitlan, en Jalisco, unos kil¨®metros a las afueras de Guadalajara. All¨¢ estaban varios muchachos, todos en torno a los 20 a?os. Seg¨²n el relato de uno de ellos, los militares le agarraron a ¨¦l primero y le empezaron a "golpear a tablazos en las nalgas". Le bajaron los pantalones a las rodillas y le dieron toques el¨¦ctricos en todo su cuerpo, y m¨¢s tarde le echaron "agua, sal y cloro en los ojos". Luego fueron por los dem¨¢s.
Es el inicio de un relato de terror que acab¨® con la muerte de dos j¨®venes y lesiones de por vida para un tercero. Las repetidas denuncias de sus familiares motivaron una investigaci¨®n de la Comisi¨®n Nacional de Derechos Humanos, CNDH, que este martes ha presentado su informe en M¨¦xico.
El ombudsman prueba que integrantes del Tercer Batall¨®n de la Brigada de Fusileros Paracaidistas llegaron aquella noche a la casa de uno de los j¨®venes. Al parecer, pensaban que formaban parte de un grupo delictivo. Buscaban armas y drogas. Trataron de sacarles confesiones.
La divulgaci¨®n del informe ocurre en un momento clave en la regulaci¨®n del papel de las Fuerzas Armadas en M¨¦xico. La semana pasada, la C¨¢mara de Diputados aprob¨® la Ley de Seguridad Interior que, entre otras cosas, perpet¨²a el uso policial de soldados y marinos en todo el pa¨ªs. Tanto Naciones Unidas, como la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos, adem¨¢s de decenas de organizaciones sociales de todo M¨¦xico rechazan la ley, pues argumentan que promueve la violencia, ya de por s¨ª desbocada en el pa¨ªs. La ley llega ahora al Senado para su discusi¨®n.
De acuerdo a la cuenta de la Comisi¨®n Mexicana de Defensa y Protecci¨®n de los Derechos Humanos, este es el informe n¨²mero 197 que emite la CNDH por violaciones de este tipo, cometidas por militares o marinos desde 2006.
En el caso de Tepatitlan, la CNDH concluye que los militares son culpables de la detenci¨®n arbitraria de los j¨®venes, la desaparici¨®n forzada, y la comisi¨®n de tortura y violencia sexual contra tres de ellos, adem¨¢s de la ejecuci¨®n arbitraria de dos.
Aunque el texto de la CNDH confiere oficialidad a lo ocurrido, familiares de los j¨®venes han denunciado desde hace casi dos a?os los abusos de los militares. En junio del a?o pasado, la revista Proceso contaba la historia de Abraham Rodr¨ªguez, padre de Abraham Rodr¨ªguez Mart¨ªn, uno de los muertos: "La noche del pasado 27 de enero, cuando llegaba a su casa, le avisaron que "unos guachos" (soldados) hab¨ªan entrado a la casa de su hijo y que los estaban golpeando a todos. El hombre lleg¨® pero no pudo entrar a la vivienda, de dos plantas, pues varios soldados le cerraron el paso. Desde donde se qued¨® parado, escuch¨® que desde el primer piso sal¨ªan los gritos de su hijo y los dem¨¢s muchachos, sometidos a golpes por los militares".
El se?or Abraham explicaba entonces que dos d¨ªas despu¨¦s, el 29 de enero, la fiscal¨ªa del Estado de Jalisco le avis¨® de que hab¨ªan encontrado dos cuerpos en una carretera cercana. Uno era el de su hijo y otro el de su sobrino, Lu¨ªs Enrique Machuca. Las autoridades encontraron a un tercer joven, a¨²n con vida. Tra¨ªa el cuerpo lleno de golpes, moretones e hinchazones. Los m¨¦dicos tuvieron que ponerle una sonda para orinar. Despu¨¦s de varios estudios le diagnosticaron rabdomiolisis, trastorno provocado por la descomposici¨®n de las fibras musculares. Literalmente, lo deshicieron a golpes.
En su informe, la CNDH recomienda a la Secretar¨ªa de la Defensa que "se imparta un curso de capacitaci¨®n y concienciaci¨®n en materia de Derechos Humanos a los servidores p¨²blicos de la secretar¨ªa, dirigido a prevenir y proscribir la desaparici¨®n forzada de personas, as¨ª como la realizaci¨®n de actos de tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.