Jerusal¨¦n, el escollo donde se estrellan los intentos de paz
La declaraci¨®n de Trump sobre una ciudad en disputa amenaza con desencadenar la violencia
No hay m¨¢s presencia policial de la habitual en la Ciudad Vieja, pero los refuerzos est¨¢n listos este mi¨¦rcoles para cuando comiencen los tres ¡°d¨ªas de la ira¡± convocados por las fuerzas pol¨ªticas palestinas. Benjam¨ªn Netanyahu guardaba silencio horas antes de que el presidente estadounidense, Donald Trump, se dispusiese a declarar Jerusal¨¦n como capital de Israel. ¡°Nuestra identidad hist¨®rica y nacional recibe reconocimiento¡±, se limit¨® a comentar el primer ministro del Estado jud¨ªo. Para entonces, el Consulado General de EE UU en Jerusal¨¦n ya hab¨ªa emitido una alerta de seguridad en la que prohib¨ªa a los funcionarios y sus familiares visitar el casco hist¨®rico y la parte oriental de la Ciudad Santa, bajo ocupaci¨®n israel¨ª desde hace 50 a?os. El Pent¨¢gono ha reforzado con pelotones de marines la vigilancia de las legaciones norteamericanas en los pa¨ªses isl¨¢micos.
A pesar de las advertencias de los l¨ªderes del mundo musulm¨¢n y de sus aliados occidentales, Trump parece haber entrado en rumbo de colisi¨®n contra los 70 a?os de consenso en la comunidad internacional sobre el statu quo de Jerusal¨¦n. Pero todos los intentos de soluci¨®n del conflicto israelo-palestino se han estrellado contra este escollo desde el plan de partici¨®n aprobado por la ONU en 1947, que dej¨® precisamente la ciudad y su entorno como corpus separatum bajo administraci¨®n internacional. Ning¨²n mandatario extranjero se ha atrevido desde entonces a adjudicar formalmente a una de las partes legitimidad sobre la urbe. Estas son algunas de las claves de la disputa.
Un problema capital
Israel estableci¨® en Jerusal¨¦n su capital ¡ªaunque solo en la zona occidental¡ª tras proclamar su Estado en 1948, y se anexion¨® la parte oriental despu¨¦s de la Guerra de los Seis D¨ªas en 1967 tras haber expulsado a las tropas jordanas. En Jerusal¨¦n Este es precisamente donde los palestinos aspiran a tener alg¨²n d¨ªa la capital de un Estado independiente.
Juntos, pero separados
Israel incorpor¨® al t¨¦rmino municipal jerosolimitano varias localidades de Cisjordania para expandir la urbe. En la actualidad cuenta con algo m¨¢s de 800.000 habitantes, de los que 300.000 son palestinos ¡ªcasi todos sin nacionalidad israel¨ª¡ª y 200.000 son colonos en asentamientos construidos en la zona oriental durante el ¨²ltimo medio siglo. Para complicar a¨²n m¨¢s las cosas, el Gobierno israel¨ª comenz¨® a construir en 2002 un muro que separa a cerca de 100.000 vecinos, como es el caso del distrito de Abu Dis, del resto de la urbe y los sit¨²a de hecho en Cisjordania.
Nacionalidad cuestionada
Los vecinos palestinos de la Ciudad Santa cuentan con permiso de residencia permanente y un documento de identidad israel¨ª. Muchos proceden de familias que han vivido en Jerusal¨¦n durante generaciones, pero si se ausentan durante m¨¢s de siete a?os de la ciudad de Jerusal¨¦n pueden perder el derecho a residir en ella. En su mayor¨ªa utilizan el pasaporte jordano o un salvoconducto (laissez-passer) emitido por Israel.
?Cu¨¢l es la posici¨®n de Israel?
El Ministerio de Asuntos Exteriores?israel¨ª afirma sin ambages que ¡°Jerusal¨¦n es la capital del pueblo jud¨ªo desde hace 3.000 a?os y la del Estado desde hace 70 a?os¡±. ?Qu¨¦ Jerusal¨¦n? La ley que anexion¨® la zona Este en 1980 la declara ¡°capital eterna, ¨²nica e indivisible¡±. Hay voces en el Gobierno, sin embargo, que pretenden entregar a la Autoridad Palestina los barrios que han quedado separados por el muro.
?Y que dicen los palestinos?
Ven como una condici¨®n irrenunciable que la parte de la ciudad situada al este de la L¨ªnea Verde fijada en el armisticio de 1949 ¡ªque incluye todo el recinto hist¨®rico amurallado¡ª y que separ¨® la urbe hasta 1967 sea la capital de su propio Estado.
?Y el resto del mundo?
El estatuto final de Jerusal¨¦n deber¨¢ ser pactado en el marco de un acuerdo de paz duradero entre ambas partes. Este ha sido hasta el momento el mantra un¨¢nime coreado de la comunidad internacional.
Una o dos Jerusal¨¦n
Varios ministerios y centros oficiales del Estado hebreo se instalaron en la zona oriental, tras la L¨ªnea Verde que divid¨ªa la ciudad, a partir de 1967. Los gobernantes y representantes de los 160 pa¨ªses que mantienen lazos con Israel, que no plantean objeciones a la hora de visitar las instituciones sitas en la parte occidental de la ciudad, no suelen acudir a actos organizados en Jerusal¨¦n Este. En ese mismo sector se encuentran ubicados gran parte de los consulados generales que, como el espa?ol, act¨²an de hecho como Embajadas ante la Autoridad Palestina. Tambi¨¦n es en uno de los distritos orientales donde se encuentra la Orient House, el edificio hist¨®rico que alberg¨® una sede virtual? palestina en Jerusal¨¦n hasta que fue clausurado por Israel en 2001.
Palabras y hechos
El ministro de Seguridad Interior, Gilad Erdan, ha sido este mi¨¦rcoles una de las escasas voces del Gobierno israel¨ª que se ha atrevido a romper la ley del silencio impuesta por Netanyahu ante la ¡°declaraci¨®n hist¨®rica¡± de Trump, informa Luc¨ªa Abell¨¢n desde Bruselas. Erdan cree que simplemente ¡°reconoce lo que ocurre sobre el terreno¡±, aunque espera se traduzca en hechos. En un encuentro con periodistas durante una visita a la sede de la UE advirti¨®: ¡°Estar¨ªamos mucho m¨¢s felices si se fijara una fecha para trasladar la Embajada¡±.
Tres veces santa
La historia de la ciudad est¨¢ te?ida de sangre. El Imperio Romano destruy¨® en el a?o 70 de nuestra era el templo de Jerusal¨¦n y desat¨® la di¨¢spora del pueblo jud¨ªo. Cristianos y musulmanes lucharon por sus santos lugares durante dos siglos en las cruzadas. Arabes y jud¨ªos llevan siete m¨¢s de siete d¨¦cadas aspirando a que sea su capital, en todo o en parte. El Muro de las Lamentaciones, llamado Muro Occidental del Templo por los israel¨ªes; la Explanada de las Mezquitas, o Noble Santuario para la fe isl¨¢mica, y el Santo Sepulcro, bas¨ªlica que agrupa el lugar de la crucifixi¨®n, sepultura y resurrecci¨®n de Jesucristo para la tradici¨®n cristiana, implican una concentraci¨®n sin parang¨®n de recintos sagrados en menos de un kil¨®metro cuadrado. Todo lo que rodea a Jerusal¨¦n es observado con atenci¨®n por m¨¢s de 3.000 millones de creyentes de las tres religiones monote¨ªstas.
Carta de los patriarcas
Los l¨ªderes de las iglesias cristianas de la Ciudad Santa han publicado una carta abierta al presidente Trump en la que le piden que mantenga el ¡°actual estatuto internacional de Jerusal¨¦n¡±, ya que ¡°cualquier cambio repentino podr¨ªa causar da?os irreparables¡±. La misiva, que fue reproducida por el diario Haaretz, estaba suscrita por 13 responsables religiosos, como los de los patriarcados latino, ortodoxo griego y armenio.
Batalla de Al Aqsa
Una alteraci¨®n del statu quo ¡ªla instalaci¨®n de arcos detectores de metales y c¨¢maras de vigilancia¡ª en el acceso al complejo de la mezquita de Al Aqsa y el Domo de la Roca desencaden¨® el pasado verano violentos disturbios en Jerusal¨¦n. Para los palestinos, el recinto de Al Aqsa es el principal s¨ªmbolo identitario nacional y religioso, tanto para los laicos de Fatah como los islamistas de Ham¨¢s. Para el mundo isl¨¢mico, es tambi¨¦n el tercer lugar m¨¢s sagrado, despu¨¦s de La Meca y Medina. El pronunciamiento de Trump a favor de Jerusal¨¦n como capital de Israel puede desembocar en un estallido violento cercano a una Intifada durante el pr¨®ximo rezo del mediod¨ªa del viernes en la Explanada.?
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