Los mexicanos se desarman: 150 d¨®lares por una pistola
La Ciudad de M¨¦xico es la entidad del pa¨ªs donde m¨¢s armas ha recaudado la Defensa Nacional como parte de las campa?as de entrega voluntaria de armamento
Isabel lleg¨® a un m¨®dulo del Gobierno capitalino con un par de pistolas escondidas en una caja de zapatos. Su esposo, que fue militar durante muchos a?os, acostumbraba tener armas para protegerse de un posible robo a su casa en una colonia popular de la delegaci¨®n Tlalpan. El a?o pasado el hombre falleci¨® y pens¨® en venderlas, pero le dio miedo. Su hermana le cont¨® en abril de este a?o que el Gobierno estaba recogiendo armas y que regalaba electrodom¨¦sticos. El tr¨¢mite era sencillo y an¨®nimo. ¡°Un d¨ªa antes de llevar la pistola pas¨¦ por ah¨ª y vi que era una iglesia. Vi que lleg¨® un se?or y que sali¨® r¨¢pido, por eso me anim¨¦¡±, cuenta la mujer de 46 a?os. En 15 minutos concluy¨® el tr¨¢mite y sali¨® con 1.800 pesos (unos 100 d¨®lares) en su bolsillo.
El arma del esposo de Isabel es una de las 1.750 que recoge al mes, en promedio, la Secretar¨ªa de la Defensa Nacional (Sedena) en las diversas campa?as de despistolizaci¨®n que realiza en todo el pa¨ªs. En la Ciudad de M¨¦xico el programa, que coordina la Secretar¨ªa de Desarrollo Social en colaboraci¨®n con la polic¨ªa local y los militares, es la que m¨¢s armas ha recaudado. En cinco a?os han recaudado poco m¨¢s de 30.000 armas y 350.000 cartuchos ¨²tiles. El 32% de todo el pa¨ªs, de acuerdo a cifras de la Sedena y el Gobierno capitalino. El desarme voluntario en la capital tambi¨¦n contempla a los menores. Se les ofrece participar en el programa mediante el intercambio de juguetes b¨¦licos por did¨¢cticos.
La campa?a es una apuesta de las autoridades para disminuir la posesi¨®n de armas. El objetivo es lograr que los ciudadanos entreguen el armamento confiados en que no se les perseguir¨¢ ni se les investigar¨¢ por el delito de portaci¨®n o acopio. En la Ciudad de M¨¦xico el Gobierno capitalino se coordina con la Defensa Nacional para realizar las campa?as en cada una de las demarcaciones. El programa arranc¨® en diciembre de 2012 en Iztapalapa, una de las delegaciones m¨¢s violentas de la capital, tras la muerte de un ni?o en una sala de cine a causa de una bala perdida.?
El programa ha funcionado porque las autoridades decidieron coordinarse con las iglesias para utilizar sus atrios a fin de que la gente se sienta m¨¢s confiada de llevar sus armas, dice Pedro Arellano Aguilar, encargado del programa por parte de la Secretar¨ªa de Desarrollo Social (Sedeso). Una vez que el ciudadano llega al m¨®dulo, explica, los armeros revisan el artefacto y le hacen al ciudadano una propuesta econ¨®mica de acuerdo al tabulador, si la persona est¨¢ conforme, las armas las toman los soldados, y las cortan para desarticularlas. ¡°La padecer¨ªa se lleva a la Defensa Nacional y posteriormente nos las dan y hacemos monumentos para promover la paz¡±, cuenta.
Los m¨®dulos que se instalan en las colonias van acompa?ados de brigadas con trabajadores sociales que visitan los hogares, brindan informaci¨®n del programa y realizan una encuesta para saber por qu¨¦ se tiene un arma en casa. "Buscamos hacerle entender a las personas que tener un arma en casa s¨®lo sirve para da?ar, les decimos que corre el riesgo que la agarre un ni?o o alguien alcoholizado o que tambi¨¦n puede ser aprovechada para generar violencia intrafamiliar¡±, menciona Arellano. Ang¨¦lica Cabala, quien acude a los domicilios como parte de las brigadas sociales, cuenta que en las encuestas que han aplicado la gente que se reh¨²sa a entregar sus artefactos argumenta que las usan para defenderse y en caso de entregarlas no tendr¨ªan con qu¨¦ hacerle frente a la delincuencia en sus colonias.
El programa tambi¨¦n es disuasivo, asegura Arellano Aguilar. ¡°Calculamos que por cada arma se inutilizan unas cinco porque la gente dice: ¡®no la voy a entregar, pero si ya vinieron a tocar a mi casa, mejor no la muestro¡¯, por miedo a que los delaten sus vecinos, y la inhabilitan, la desarman, las entierran o las mandan a otro lugar¡±, dice. Los ciudadanos que tienen armas que heredaron de sus padres o abuelos tambi¨¦n han encontrado en estas campa?as una forma de deshacerse de esa herencia y obtener algo ¨²til.
En una ocasi¨®n lleg¨® una anciana con una granada en una bolsa de papel. La se?ora hab¨ªa encontrado el artefacto en un lote bald¨ªo, se lo llev¨® a su casa y lo coloc¨® para sostener una macetera a la que le faltaba una pata. Ah¨ª lo tuvo durante dos a?os sin medir el riesgo que representaba. "Era una granada ¨²til que se activaba quit¨¢ndole el seguro. Enseguida los soldados nos previnieron, se acordon¨® la zona, tuvo que venir un veh¨ªculo especial para llevarse el artefacto y detonarlo en el campo militar numero 1", cuenta.?
El ¨²ltimo desarme del a?o
Norma acudi¨® la ma?ana del martes a El Faro, un parque de delegaci¨®n Iztacalco, a entregar ocho cartuchos que guardaba sobre su televisor. La mujer cuenta que estaban en su casa desde hace ocho a?os porque los llev¨® su sobrino. ¡°?l se juntaba con unos chamacos que andaban haciendo de las suyas, y se los qued¨®. En una ocasi¨®n que me vino a visitar sac¨® esas cosas y cuando las vI, lo rega?¨¦. Me dijo que eran de un amigo, y me las dej¨® aqu¨ª¡±, cuenta. Hace unos meses, una de sus nietas alcanz¨® uno de los cartuchos que estaban sobre el televisor y su esposo le pidi¨® que se deshiciera de ellos.
La colonia Agr¨ªcola Pantitl¨¢n, en Iztacalco (la demarcaci¨®n m¨¢s peque?a de la capital), es una de las diez zonas de la ciudad con m¨¢s violencia por arma de fuego y es uno de los puntos donde menos armas se recolectaron. "Curiosamente no necesariamente donde m¨¢s se usa (el arma) hay m¨¢s intercambios, en algunos lugares, como Tlalpan, por ejemplo, la gente prefiere ir a otra delegaci¨®n, en vez de acudir al punto de acopio m¨¢s cercano. Aunque sabemos que no nos entregar¨¢n muchas armas, sirve para que tenga un efecto disuasivo", explica Pedro.
El punto m¨¢s exitoso de la campa?a ha sido la delegaci¨®n Cuauht¨¦moc --que comprende la zona c¨¦ntrica de la capital y los barrios de moda como Roma y Condesa--. Los apoyos econ¨®micos dependen de las caracter¨ªsticas del artefacto que entreguen. "Por un arma corta de calibre 22, el m¨¢s com¨²n en la ciudad, les damos 3.000 pesos (unos 150 d¨®lares), y as¨ª va subiendo hasta 12.000 pesos (630 d¨®lares). En armas largas,?por ejemplo, una cuerno de chivo,?llegamos a pagar hasta 18.000 pesos (unos 950 d¨®lares)", indica.
*Se omiten los nombres reales de las dos mujeres que entregaron armas a petici¨®n de ellas.
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