Los proeuropeos infligen la primera derrota parlamentaria a May

Una intensa sesi¨®n en el Parlamento brit¨¢nico ha demostrado esta noche que, en las negociaciones del Brexit, el europeo es solo uno de los dos complicados frentes en los que batalla la primera ministra brit¨¢nica. En Bruselas, Theresa May acude el jueves al Consejo Europeo arropada por el ¨¦xito de haber logrado un acuerdo sobre los t¨¦rminos del divorcio que le permitir¨¢ avanzar a la segunda fase de las negociaciones y empezar a hablar de la relaci¨®n comercial futura. Pero en Westminster, el otro frente, ha vuelto a quedar en evidencia la debilidad pol¨ªtica de May, al triunfar una aparatosa rebeli¨®n del sector m¨¢s proeuropeo de sus propios diputados. Estos han conseguido este mi¨¦rcoles por la noche, uniendo su voto al de la oposici¨®n, que prosperara una enmienda a la gran ley del Brexit, que obliga a incluir en la misma una garant¨ªa expl¨ªcita de que el Parlamento podr¨¢ votar el acuerdo que se alcance con los Veintisiete antes de que este se firme. La enmienda ha prosperado por 309 votos contra 305.

La de esta noche ha sido la primera gran derrota parlamentaria de Theresa May en el proceso del Brexit. Hasta ahora, el proyecto de ¡°la gran ley de retirada de la UE¡± hab¨ªa superado intacto su tramitaci¨®n parlamentaria, sin que prosperase ninguna de los centenares de enmiendas interpuestas por diputados de uno y otros signo. Se trata de una colosal pieza legislativa, clave en la estrategia del Gobierno, cuya principal misi¨®n ser¨¢, en el momento en que se produzca el Brexit, terminar con la supremac¨ªa de la legislaci¨®n comunitaria, derogando el acta de adhesi¨®n y trasladando autom¨¢ticamente el acervo comunitario al ordenamiento jur¨ªdico brit¨¢nico, para evitar un caos normativo inmediatamente despu¨¦s de la salida.

La enmienda, propuesta por el diputado conservador y ex fiscal general Dominic Grieve, persigue cambiar la cl¨¢usula 9 del proyecto de ley para que el Gobierno no pueda implementar el acuerdo que se alcance con Bruselas hasta que los diputados den la luz verde a trav¨¦s de una nueva ley. La redacci¨®n actual del proyecto de ley permitir¨ªa al Gobierno implementar el acuerdo a trav¨¦s de legislaci¨®n secundaria y, por tanto, con mucho menor escrutinio parlamentario. Sin ese cambio en la ley, defienden los rebeldes, el Parlamento no tendr¨ªa realmente la ¨²ltima palabra en los t¨¦rminos del Brexit, como le corresponde.

El Gobierno, presionado, ya hab¨ªa ofrecido un voto a los diputados sobre el acuerdo alcanzado con Bruselas. Pero los rebeldes quieren que el voto sea antes de que se firme el acuerdo, para que haya margen de reacci¨®n, y que se escriba expl¨ªcitamente en la ley para que no haya sorpresas de ¨²ltima hora. Los m¨¢s euroesc¨¦pticos, por su parte, ven en la maniobra un intento de descarrilar el proceso del Brexit.

Al margen de las implicaciones t¨¦cnicas, el voto a favor de la enmienda supone una derrota para Theresa May. Las derrotas parlamentarias no son del gusto de ning¨²n Gobierno, pero son especialmente dolorosas para uno como el de May, que se enfrenta a una enorme actividad legislativa con una fragil¨ªsima mayor¨ªa. Lo que hace humillante a¨²n a esta derrota es el hecho de que el Gobierno ha peleado la batalla literalmente hasta el ¨²ltimo minuto, ofreciendo concesiones a los rebeldes y hasta amenaz¨¢ndoles con represalias legales.

La votaci¨®n, celebrada entrada ya la noche en Londres, tras m¨¢s de seis horas de debate, fue muestra de la delicada aritm¨¦tica del parlamento brit¨¢nico tras perder May la mayor¨ªa absoluta en las elecciones anticipadas del pasado mes de junio. Los conservadores cuentan con una mayor¨ªa real de 15 esca?os, gracias al apoyo de los unionistas norirlandeses del DUP. Con lo cual, bastaba con que ocho diputados conservadores se rebelaran y votaran a favor la enmienda. Pero otra inc¨®gnita era cu¨¢ntos de los siete diputados laboristas pro Brexit estar¨ªan dispuestos a votar con el Gobierno.