Jerusal¨¦n, mucho ruido y solo palabras
Los pronunciamientos grandilocuentes y sin apenas repercusi¨®n en los foros isl¨¢micos se suman a la tibia respuesta de las protestas palestinas a la declaraci¨®n de Trump


Las im¨¢genes virales de una unidad encubierta israel¨ª surgiendo de improviso de la masa para disolver con tiros al aire una manifestaci¨®n en las afueras de Ramala eran el mi¨¦rcoles el paradigma de la tibieza de la protesta palestina contra la declaraci¨®n de Donald Trump sobre Jerusal¨¦n. Como cada d¨ªa en la ¨²ltima semana, un centenar de j¨®venes acud¨ªan al puesto de control militar de Beit El cuando media docena de manifestantes enmascarados con kufiyas comenzaron a disparar para poner en fuga a los concentrados mientras reduc¨ªan al que parec¨ªa ser su cabecilla. Decenas de soldados irrumpieron a continuaci¨®n en la escena con el fusil de asalto terciado.
La reacci¨®n popular palestina al reconocimiento de Jerusal¨¦n como capital de Israel se presenta por ahora tan contenida como la de los pa¨ªses isl¨¢micos. Las palabras del presidente de EE UU no han pasado a los hechos y el traslado de la Embajada desde Tel Aviv tardar¨¢ al menos dos a?os. Los palestinos parecen extenuados tres d¨¦cadas despu¨¦s del estallido de la primera Intifada, sin apenas avances en la construcci¨®n de un Estado propio, frente al masivo despliegue de seguridad israel¨ª en las calles de Jerusal¨¦n Este, las barreras de Cisjordania y la frontera de Gaza.
La Liga ?rabe ya se pronunci¨® el s¨¢bado en El Cairo en t¨¦rminos grandilocuentes, y este mi¨¦rcoles lo hizo en Estambul la Organizaci¨®n de Cooperaci¨®n Isl¨¢mica, convocada por el presidente Recep Tayyip Erdogan. Con excepci¨®n de L¨ªbano y, en menor medida, Jordania, que acogen a gran parte de la di¨¢spora palestina, las calles del mundo musulm¨¢n apenas han ardido en defensa de Jerusal¨¦n, la tercera ciudad sagrada del islam. Siete a?os despu¨¦s del estallido de la primavera ¨¢rabe, muchos gobiernos desincentivan las expresiones de c¨®lera ciudadana por temor a no poder contenerlas.
Sin un detonante tangible ¡ªcomo los emblem¨¢ticos santuarios isl¨¢micos de la Ciudad Vieja¡ª capaz de generar un desbordamiento a gran escala, el levantamiento no ha alcanzado de momento relevancia. Ese no fue el caso de la visita en el a?o 2000 de Ariel Sharon, entonces primer ministro israel¨ª, a la Explanada de las Mezquitas, que desencaden¨® la segunda Intifada.
Las protestas parecen tener tambi¨¦n una relativa baja intensidad porque Fatah y Ham¨¢s, las dos grandes facciones palestinas, hab¨ªan anticipado un escenario de Armaged¨®n ante el pronunciamiento de Trump. ¡°La gente tiene poca confianza en sus l¨ªderes y ya no responde al llamamiento de los partidos a la movilizaci¨®n¡±, argumenta Ofer Zalzberg, experto regional de International Crisis Group, ¡°porque sospecha que obedecen a sus intereses partidistas m¨¢s que al inter¨¦s nacional¡±.
Hace cinco meses, fueron los l¨ªderes religiosos quienes lideraron una de las mayores movilizaciones palestinas recientes contra la instalaci¨®n de arcos detectores de metales en los accesos a la mezquita de Al Aqsa. Benjam¨ªn Netanyahu, que tuvo que ceder entonces, dijo este mi¨¦rcoles que no se sent¨ªa impresionado por las proclamas de medio centenar de pa¨ªses isl¨¢micos en Estambul.
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