Por las cabezas los conocer¨¦is

Mientras unos hacen listas de regalos otros hacen listas pol¨ªticas para los ciudadanos que en marzo de 2018 deben elegir un nuevo parlamento colombiano. Muchas de esas listas est¨¢n llenas de regalos envenenados, otras guardan una apariencia que promete alg¨²n nuevo liderazgo pero estos ¨²ltimos son los m¨¢s escasos.

Las listas de los partidos pol¨ªticos normalmente se analizan por la cabeza, por el que es escogido para ocupar el primer rengl¨®n. Y su selecci¨®n responde al mensaje que se quiere enviar. Es lo simb¨®lico y al mismo tiempo lo cuantificable para que garantice a los que siguen el mayor caudal electoral.

Por las cabezas los conocer¨¦is. En el Centro Democr¨¢tico obviamente lidera el expresidente Alvaro Uribe, sin discusi¨®n el mayor elector; el Partido Liberal escogi¨® a Mauricio G¨®mez Am¨ªn un joven no muy conocido nacionalmente, el Partido conservador valor¨® a Miguel G¨®mez, nieto de Laureano G¨®mez; en el Polo, repite Jorge Robledo y en los Verdes, el ex alcalde y ex candidato presidencial Antanas Mockus; el petrismo apost¨® por un indignado sin votos de nombre Gustavo Bol¨ªvar, y Cambio Radical por su mejor exponente, Rodrigo Lara.

Los hijos del inmolado Luis Carlos Gal¨¢n quedaron por fuera; la cristiana y electora Vivian Morales tambi¨¦n. En todas las listas aparecen uno o varios herederos de las malas pr¨¢cticas, con nexos oscuros y corrupci¨®n como la sobrina de un reci¨¦n capturado o el hijo del que purga 55 a?os de c¨¢rcel por homicidio.

Sin reforma pol¨ªtica con listas abiertas y no las deseables y econ¨®micas listas cerradas vuelve a quedar la elecci¨®n de Congreso a merced de los cacicazgos regionales alimentados desde Bogot¨¢.

De renovaci¨®n y buen criterio est¨¢n las apuestas por Ang¨¦lica Lozano, Juanita Goebertus y Gabriel Santos, entre otros pocos. En el resto de los casos, hay exceso de pragmatismo pol¨ªtico: no importa qui¨¦n es o qu¨¦ haya hecho mientras ponga los votos.

Era esperable que despu¨¦s de un a?o de capturas, casi a diario, y de anuncios de investigaciones por abuso de las investiduras parlamentarias, los encargados de presentarle a la ciudadan¨ªa los nombres de quienes deber¨¢n llegar al Congreso tuviera al menos un mayor porcentaje de mujeres, de j¨®venes capaces, de propuestas libres del dogmatismo, pero no ha sido as¨ª.

Era esperable que las discusiones de las redes sociales se atravesaran al bol¨ªgrafo y pudi¨¦ramos decir que aprendimos algo de todas las elecciones sorpresivas que tuvieron lugar en el mundo en 2017 pero los pol¨ªticos no han cambiado.

Y sin embargo, solo hasta marzo sabremos si la ciudadan¨ªa colombiana est¨¢ hoy m¨¢s empoderada, m¨¢s informada o ser¨¢ una ciudadan¨ªa c¨®mplice.

La elecci¨®n de Congreso en Colombia pondr¨¢ a prueba si los candidatos presidenciales se definen en sus votos a partir del n¨²mero de curules que logren en las parlamentarias sus partidos y si la ecuaci¨®n de hoy cambiar¨¢ para la primera vuelta de mayo.

Ser¨¢n estos resultados los que determinar¨¢n la urgencia de las alianzas de centro izquierda que rechaza el candidato de la Coalici¨®n Colombia, Sergio Fajardo, para no competir con Humberto de la Calle, y si se establece la que pretenden sectores de la derecha con Marta Luc¨ªa Ram¨ªrez e Iv¨¢n Duque. Y en qu¨¦ lugar del espectro quedar¨¢ Vargas Lleras.

Solo entonces sabremos en qu¨¦ quedar¨¢ la alianza de Gustavo Petro y su ahora aliada Clara L¨®pez y qu¨¦ papel tendr¨¢ las FARC como partido pol¨ªtico en su primer tr¨¢nsito luego del desarme.

Una vez clarificado el panorama de las posibles alianzas, entonces s¨ª ser¨¢ fundamental entrar a descubrir d¨®nde hay una verdadera apuesta de pa¨ªs que resuelva los temas estructurales y nos ponga a so?ar y actuar colectivamente y no un pu?ado de voces vac¨ªas que prometen volver a Colombia un para¨ªso tributario.

En el primer semestre de 2018 quedar¨¢n claras las verdaderas fuerzas electorales de Colombia, donde se medir¨¢ en serio a los cristianos que fueron tan definitivos para que ganar¨¢ el No en el plebiscito que buscaba refrendar el proceso de paz con las FARC, se podr¨¢ concluir si la opini¨®n p¨²blica se construye ahora en las plataformas digitales o son un escenario democratizador de conversaciones ciudadanas y al mismo tiempo el espacio donde cada d¨ªa se normalizan las violencias y calumnias sin consecuencias.

Y todo est¨¢ en manos de los ciudadanos y ciudadanas, para plantearlo en el lenguaje incluyente, que no en el de la rep¨²blica de Nicol¨¢s Maduro. Est¨¢ en manos de hombres y mujeres que si tienen la responsabilidad de educar a las nuevas generaciones pueden y deben con su voto castigar a los corruptos y elegir a quienes hayan privilegiado la honestidad.