Seco y despeluchado: muere el abeto s¨ªmbolo de la Navidad en Roma
El ¨¢rbol que el Ayuntamiento coloc¨® en la plaza Venezia y que cost¨® 48.000 euros, conocido ya como 'Spelacchio', muere prematuramente y se convierte en una caricatura global
Estaba llamado a ser el s¨ªmbolo de la Navidad romana, el ¨¢rbol que daba comienzo a las fiestas y guiaba a la ciudad hasta el propio 25 desde la ic¨®nica Piazza Venezia. Cost¨® 48.000 euros. Pero lleg¨® seco, moribundo, despellejado. De modo que el imponente abeto de 22 metros, con la inestimable ayuda de la mala leche romana, pas¨® a ser Spelacchio, la caricatura de tantas cosas sucedidas en el Ayuntamiento de la capital de Italia en los ¨²ltimos tiempos. El martes, en las oficinas del Campidoglio se decret¨® oficialmente su defunci¨®n y se puso en marcha una investigaci¨®n. Una especie de CSI bot¨¢nico. No es broma. Ni siquiera llegar¨¢ al culmen de las fiestas para las que fue contratado.
Spelacchio y sus 800 bolas plateadas han sido el principal tema de conversaci¨®n de los romanos estos d¨ªas. El asunto lleg¨® hasta Rusia, donde fue bautizado como la ¡°escobilla del v¨¢ter¡± de Roma. Ha conseguido hacer sombra ¨Cdesde luego no por su frondosidad- a los esc¨¢ndalos bancarios de la subsecretaria de presidencia, Mar¨ªa Elena Boschi, y al retorno de los restos del rey Victor Manuel III a Italia, que ha sublevado a la comunidad jud¨ªa. Ni siquiera, la noticia de que la art¨ªfice de esta compra y de otras tantas pol¨¦micas de la ciudad, la alcaldesa Virginia Raggi, renuncia a optar a la reelecci¨®n fue capaz de competir con el poderoso magnetismo de la noticia bot¨¢nica.
El pobre ¨¢rbol, adem¨¢s, ha tenido que aguantar la comparaci¨®n con el espectacular abeto que luce en la plaza de San Pedro. La foto de ambos ejemplares ha servido tambi¨¦n como met¨¢fora de c¨®mo, poco a poco, los romanos han escuchado al otro lado del T¨ªber los argumentos m¨¢s sensatos acerca de la inmigraci¨®n, las leyes que regulan los derechos civiles o cuestiones tan prosaicas como el ahorro de agua en los tiempos de restricci¨®n ¡ªel Vaticano fue el primero en cerrar las fuentes este verano¡ª. Para muchos, el papa Francisco, a la saz¨®n obispo de Roma, se ha ganado la confianza de los ciudadanos y se ha convertido en el verdadero s¨ªmbolo de una ciudad experta en derribar alcald¨ªas.
La historia de Spelacchio tiene truco. Todos los ¨¢rboles de Navidad llegaron a Roma muertos cada a?o, pero entre unos y otros siempre consiguieron que aquellos artefactos luminosos proyectasen algo de vida hasta el 25 de diciembre. Del mismo modo, todas las juntas anteriores a Virginia Raggi ¡ªespecialmente la del posfascista Gianni Alemanno o la de Ignazio Marino (PD)¡ª?contribuyeron en similar medida a los desastres municipales de la ciudad. La mayor¨ªa, sin embargo, casi siempre logr¨® disimular. Este martes la alcaldesa evit¨® maquillar su andadura durante este ¨²ltimo a?o y, como a la del propio Spelacchio, le puso fecha de caducidad. ¡°Llegar a final de mandato ya ser¨¢ un ¨¦xito¡±, confes¨® un segundo despu¨¦s de anunciar que no seguir¨ªa.
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