Las cicatrices del expolio en M¨¦xico
El ¡®Bajorrelieve olmeca de Xoc¡¯, robado hace m¨¢s de 45 a?os, se exhibe por primera vez al p¨²blico sin ocultar las huellas del hurto
El Bajorrelieve olmeca de Xoc es todo lo contrario a una gran roca: fracturado y fr¨¢gil como una hoja papel. Aunque es una gigantesca piedra de m¨¢s de 400 kilos y dos metros de altura, la pieza arqueol¨®gica es apenas una parte del s¨ªmbolo prehisp¨¢nico que dejaba admirados a los visitantes de la Selva Lacandona (Estado de Chiapas, sur de M¨¦xico) en el siglo XX. Hace 45 a?os, un grupo de ladrones lo arrancaron sin piedad de la piedra madre donde fue labrado. Lo enviaron a Europa donde, de una forma u otra, encontr¨® en 2015 su camino de vuelta a casa. O casi. El grabado se exhibe por primera vez al p¨²blico en el Museo Nacional de Antropolog¨ªa en Ciudad de M¨¦xico sin ocultar ni una de las huellas de su expolio.
Para ver la luz, el Bajorrelieve de Xoc necesit¨® la construcci¨®n de una columna vertebral de metal y un proceso de restauraci¨®n de casi dos a?os.¡°La pieza fue aserrada en cuatro grandes pedazos y a la parte posterior le dieron con cinceles y con marros para desprenderla. Est¨¢ muy maltratada. Esto es un claro ejemplo de como no es cierto que los coleccionistas cuidan mejor que los pa¨ªses de donde vienen las piezas¡±, comenta Rebecca Gonz¨¢lez Lauck, curadora de la sala de culturas del Golfo del museo. El grabado fue recuperado por M¨¦xico hace un par de a?os cuando la casa francesa de subastas Binoche et Giquello avis¨® de que una familia buscaba ponerlo en puja tras la muerte del patriarca.
El hombre, cuya identidad se desconoce, ten¨ªa la roca labrada por los olmecas ¡ªentre 700 y 350 a?os antes de Cristo¡ª en el sal¨®n de su casa en Par¨ªs, incrustado en una pared. En la espalda del grabado todav¨ªa se pueden observar algunos agujeros y las manchas de resina que pretend¨ªan conservarlo. ¡°Por el tipo de marcas que dej¨® la huella de herramientas podemos suponer que se usaron sierras el¨¦ctricas, sierras mec¨¢nicas. Hicieron algunos cortes finos por el frente y uni¨®n de fragmentos con pastas y resinas sint¨¦ticas¡±, explica Sergio Gonz¨¢lez, restaurador del Instituto Nacional de Antropolog¨ªa e Historia (INAH).
El Bajorrelieve de Xoc fue hallado a principios del siglo XX cerca del pueblo chiapaneco de Ocosingo por un grupo de expedicionistas que buscaban las huellas del pueblo maya y acabaron encontrando este tesoro olmeca. Un grabado de 2,20 metros de alto por 1,15 metros de ancho sobre una enorme roca. Era la representaci¨®n de un hombre de la antig¨¹edad con taparrabos, garras, un enorme penacho y un escudo en uno de sus brazos. El escritor B. Traven escribi¨® en sus memorias haber atestiguado su descubrimiento en las profundidades de la selva. All¨ª permaneci¨® durante d¨¦cadas a la vista de los habitantes locales. En 1968, la arque¨®loga Susana Ekholm-Miller hizo el ¨²ltimo registro sobre la pieza y la fotografi¨®. Cuando volvi¨® al sitio en 1973 para ampliar su investigaci¨®n, el grabado se hab¨ªa esfumado.
Hasta ahora se desconoce c¨®mo una pieza de 400 kilos pudo salir de M¨¦xico sin que las autoridades lo notaran. ¡°Fue un pedido especial¡±, asegura Gonz¨¢lez Lauck. Tampoco se sabe a qu¨¦ precio lleg¨® a las manos del coleccionista franc¨¦s o c¨®mo entr¨® a Europa. El despedazamiento de la pieza, se?alan los investigadores, signific¨® la p¨¦rdida del 90% de la informaci¨®n que el grabado puede aportar a la historia. Con los viejos retratos y la informaci¨®n de Ekholm-Miller han podido saber que en el robo se perdi¨® parte del tocado y el escudo del hombre dibujado en el bajorrelieve. Aunque la pieza se encontraba originalmente en territorio maya, los investigadores aseguran que los olmecas labraron la roca para delimitar su sitio o comenzar un nuevo camino.
La fragilidad del Bajorrelieve de Xoc est¨¢ a la vista nada m¨¢s entrar al museo. La gigantesca piedra caliza rota y pendiendo de la columna de metal estar¨¢ en el principal recinto arqueol¨®gico de M¨¦xico como un recordatorio. ¡°No quisimos pegar los fragmentos para que la gente pudiera ver los efectos del robo de la pieza¡±, explica la curadora. Este es el primer bien arqueol¨®gico que M¨¦xico recupera desde Francia sin necesidad de un proceso judicial. Las autoridades mexicanas todav¨ªa tienen pendiente la recuperaci¨®n de otros objetos que pertenecen al pa¨ªs, entre ellos 691 piezas de la colecci¨®n del costarricense Leonardo Patterson que est¨¢n retenidas en Alemania.
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