Dinamarca se propone acabar con los guetos
El pa¨ªs escandinavo identifica 22 zonas deprimidas en las que m¨¢s del 50% de los 54.467 residentes es "no occidental"
Dinamarca tiene una lacra de la que no consigue deshacerse desde hace d¨¦cadas: los guetos. La que fuera la mayor potencia escandinava, con permiso de la vecina Suecia, lleva luchando m¨¢s de 25 a?os por la erradicaci¨®n de las barriadas m¨¢s deprimidas del pa¨ªs en las que actualmente viven 54.467 personas, seg¨²n datos oficiales de diciembre del a?o pasado. A partir de ahora, el primer ministro del pa¨ªs, el liberal Lars L?kke Rasmussen, se ha propuesto eliminar estos barrios marginales incluso derrumbando algunos de estos edificios grises, tristes y homog¨¦neos para deshacerse de la "sociedad paralela", como la calific¨® hace tiempo, que se ha ido desarrollando a lo largo del tiempo y en la que m¨¢s de la mitad de los vecinos son no occidentales.
El mandatario liberal se ha propuesto este 2018 dispersar por todo el pa¨ªs a las familias residentes en estos 22 puntos ubicados en las inmediaciones de 13 municipios, entre ellos grandes urbes como Copenhague y Aarhus. "Debemos introducir un nuevo objetivo para acabar con los guetos por completo. En algunos (¡), derribar edificios, repartir a los residentes y alojarlos en diferentes ¨¢reas", dijo Rasmussen el pasado lunes en un discurso televisado con motivo del A?o Nuevo.
Para que una zona sea considerada un gueto ¡ªcurioso nombre oficial¡ª?m¨¢s del 50% de sus habitantes debe proceder de un pa¨ªs ¡°no occidental¡± o descender de progenitores no occidentales aunque se haya nacido all¨ª, seg¨²n las estrictas normas migratorias danesas. En la ¨²ltima d¨¦cada, 319.000 inmigrantes y sus descendientes de Asia, ?frica y Am¨¦rica central y del sur viven en el pa¨ªs n¨®rdico, seg¨²n las ¨²ltimas cifras oficiales?que excluyen, sin embargo, a los solicitantes de asilo.
La etiqueta de gueto "estigmatiza", criticaron las asociaciones de vecinos a la prensa cuando fue publicada la lista de 2017. "Cuando los residentes salgan a buscar trabajo, no dir¨¢n de d¨®nde son si viven en un ¨¢rea que tenga este sello [de gueto]", se?al¨® Bent Madsen, director de la asociaci¨®n de Vivienda dan¨¦s al diario digital BT.?
Adem¨¢s, se tienen que cumplir otras condiciones como que m¨¢s del 40% de la poblaci¨®n en edad de trabajar (entre 18 y 64 a?os) lleve en paro al menos dos a?os seguidos, y que al menos el 2,7% de los que vivan all¨ª haya sido condenado por actos criminales relacionados con las armas o el narcotr¨¢fico, un umbral relativamente f¨¢cil de alcanzar en zonas de exclusi¨®n social. Tener bajos ingresos y un pobre nivel educativo son tambi¨¦n factores que determinan que un barrio deje de ser considerado de clase baja y cruce la barrera psicol¨®gica para convertirse en gueto. Tres de los criterios anteriores, con combinaciones diversas, se llevan cumpliendo en todos los guetos daneses desde hace casi 30 a?os, seg¨²n un estudio de 2016 del fondo de inversi¨®n de inmuebles dan¨¦s Kraks Fond.
A finales de 2017, el Ministerio de Transporte, Construcci¨®n y Vivienda quit¨® de la lista a cinco barriadas, aunque a?adieron otras dos. ¡°Es positivo que haya menos guetos este a?o (¡), pero en particular hay problemas con los guetos f¨ªsicamente aislados de las ciudades¡±, dijo el ministro, el liberal Ole Birk Olesen, seg¨²n la prensa local. El gueto de Gadelandet/Husumg?rd, en Copenhague, la capital del pa¨ªs, ha pasado a formar parte de la lista debido a que ha aumentado el n¨²mero de vecinos con ingresos bajos con un total de 1.048 personas. El otro es Lindholm, en una isla al sur del pa¨ªs, que ha sido seleccionado por un aumento de residentes de origen ¡°no occidental¡± (1.540 personas), seg¨²n el Gobierno. El gueto m¨¢s grande en t¨¦rminos demogr¨¢ficos se encuentra en el municipio de Odense, en la isla central del pa¨ªs, con 9.184 vecinos.
Problema hist¨®rico
A pesar de que los residentes en estas barriadas populares representan tan solo el 1,2% de la poblaci¨®n del peque?o pa¨ªs de 5,7 millones de habitantes, el de los guetos se antoja un problema hist¨®rico. Desde 1994, cada Gobierno ha intentado acabar con estas zonas a trav¨¦s de seis paquetes legislativos, seg¨²n la agencia de noticias danesa Ritzau. Pero ha sido el Gobierno actual ¡ªextremadamente pol¨¦mico por su gesti¨®n migratoria estos ¨²ltimos a?os (el xen¨®fobo Partido Popular Dan¨¦s (DF) ocupa la cartera de Inmigraci¨®n)¡ª?el que ha dado un paso m¨¢s definiendo c¨®mo lo har¨¢: legislando de manera especial, derrumbando los edificios si hace falta, y reubicando a los vecinos ¡°para que se mezclen con otras personas de origen diferente en otras ¨¢reas¡±, dijo Rasmussen.
La pol¨¦mica est¨¢ servida. Mientras el Gobierno de coalici¨®n define su estrategia, los ultras del DF airean sus deseos de occidentalizar estas zonas prohibiendo, por ejemplo, las construcci¨®n de nuevas mezquitas o imponiendo un toque de queda para los menores de edad a las 20.00 horas, algo que los partidos del establishment ¡ªtanto socialistas como conservadores¡ª no est¨¢n dispuestos a aceptar.
En los primeros meses del a?o, el fr¨¢gil Gobierno de coalici¨®n ¡ªen diciembre de 2017 el primer ministro logr¨® contener una crisis que amenazaba con romper el Ejecutivo¡ª presentar¨¢ su programa especial para acabar con estas ¨¢reas marginales, reflejo del lado mas oculto de la sociedad danesa.?
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