¡°Me robaron seis a?os de vida¡±
Eric Raymundo lucha por reconstruir su vida tras ser se?alado como c¨®mplice de Zhenli Ye Gon, en uno de los casos m¨¢s pol¨¦micos de la llamada guerra contra el narcotr¨¢fico
Eric Raymundo no puede evitar mirar hacia atr¨¢s cuando camina por la calle. No puede evitar confrontarse con la autoridad. No puede evitar pensar en las oportunidades profesionales que perdi¨®. Raymundo fue acusado hace 11 a?os de pertenecer a una red de narcotr¨¢fico liderada por Zhenli Ye Gon. ¡°Era como un fantasma, como si estuviera muerto en vida¡±, cuenta sobre su estancia de seis a?os en una prisi¨®n de m¨¢xima seguridad. Despu¨¦s de demostrar su inocencia se enfrenta a un nuevo suplicio fuera de la c¨¢rcel: rehacer su vida despu¨¦s de ser se?alado como el ¡°c¨®mplice¡± y ¡°hombre de todas las confianzas¡± de Ye Gon, la supuesta mente maestra detr¨¢s del mayor decomiso de dinero en efectivo en la historia de M¨¦xico: 207 millones de d¨®lares.
¡°Es algo con lo que vivo, he vivido y vivir¨¦, todas las personas que me conocen saben lo que pas¨®¡±, afirma Raymundo y hace una pausa. ¡°Estoy resignado¡±, agrega. Ten¨ªa 27 a?os cuando su vida dio un vuelco. Raymundo creci¨® en el centro hist¨®rico de la Ciudad de M¨¦xico, muy cerca de la calle de Dolores, donde se encuentra el barrio chino. Uno de sus primeros trabajos fue como valet parking en el restaurante de los suegros de Ye Gon. Sigui¨® frecuentando la zona despu¨¦s de graduarse como abogado por la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico y en una ocasi¨®n se encontr¨® con el farmac¨¦utico de origen chino, que ten¨ªa uno de sus negocios en la calle de Morelos. ¡°?No quieres trabajar conmigo?¡±. As¨ª lleg¨® la propuesta del empresario para que se uniera como asistente legal de la compa?¨ªa, relata. La paga era mejor que la que ten¨ªa y Raymundo no lo pens¨® dos veces.
Raymundo se ocup¨® durante seis meses de tareas administrativas y de todo tipo de tr¨¢mites, desde procesos migratorios hasta licencias de construcci¨®n. El 15 de marzo de 2007, agentes mexicanos realizaron un cateo a cuatro propiedades de Ye Gon. El gran hallazgo se realiz¨® en la lujosa residencia del empresario, donde estaban miles y miles de billetes ocultos en una rec¨¢mara secreta. Nada m¨¢s se encontr¨® en los laboratorios, en las oficinas ni en las bodegas del comerciante. Raymundo, que estaba en uno de los inmuebles, colabor¨® con los agentes e, incluso, les permiti¨® hacer uso de las impresoras para imprimir la orden judicial y fue dejado en libertad. Al poco tiempo despu¨¦s, la cu?ada de Ye Gon le pidi¨® que fuera a recoger a su sobrino, que era menor de edad y estaba asustado por la actividad de los polic¨ªas.
Raymundo fue en taxi a la casa de su jefe, acompa?ado del cu?ado y el concu?o de Ye Gon, y esper¨® en el jard¨ªn mientras los investigadores buscaban al ni?o. Mientras unos agentes lo trataban con cordialidad, otros intentaban obtener informaci¨®n sobre el paradero del supuesto narcotraficante. ¡°No te hagas pendejo, ya dime d¨®nde est¨¢ el chino¡±, le dec¨ªan. El cu?ado de Ye Gon pudo llevarse al ni?o, pero 11 personas del entorno cercano fueron llevadas a la Seido, la oficina especializada en investigaciones sobre el crimen organizado y lo que iban a ser ¡°un testimonio de dos horas¡± se convirtieron en seis a?os en una celda de ocho metros cuadrados en el penal del Altiplano, el mismo del que Joaqu¨ªn El Chapo Guzm¨¢n se fugar¨ªa en 2015. ¡°Ah¨ª cambi¨® toda la historia¡±, lamenta Raymundo.
Unos d¨ªas antes de la redada el empresario chino hab¨ªa huido a Estados Unidos, donde semanas despu¨¦s ofrecer¨ªa una pol¨¦mica entrevista a AP. Ye Gon aseguraba que en 2006 colaboradores del expresidente Felipe Calder¨®n le pidieron guardar el dinero que servir¨ªa para financiar su campa?a en las elecciones de ese a?o. ¡°Cooperas o cuello¡±, era la supuesta amenaza de uno de los emisarios, que en el espa?ol precario del empresario sonaba como ¡°copelas o cuello¡±, una frase que se inmortaliz¨® en el imaginario pol¨ªtico de M¨¦xico de los ¨²ltimos a?os. Calder¨®n calificar¨ªa la versi¨®n de Ye Gon como un ¡°cuento chino¡±.
Pero aquel 15 de marzo de 2007 nadie sab¨ªa que el caso escalar¨ªa a tal magnitud. Raymundo sostiene hasta la fecha que no estaba al tanto de la doble vida de su jefe: supuesto enlace farmac¨¦utico de los fabricantes de metanfetaminas, un inmigrante con amigos poderosos en la pol¨ªtica y un gran apostador en Las Vegas, donde lleg¨® a perder 63 millones de d¨®lares en un solo a?o, supuestamente para lavar dinero. ¡°Me incriminaron (¡) ellos lo maquilaron todo, no hicieron una investigaci¨®n, adecuaron los hechos a la historia que ellos quer¨ªan presentar¡±, asegura Raymundo y cuenta que los fiscales le dijeron: ¡°Te vamos a ser honestos, sabemos que no tienes nada que ver aqu¨ª, pero la verdad no lo decidimos nosotros, los de arriba [la Procuradur¨ªa General de la Rep¨²blica (PGR), dependiente del Ejecutivo] deciden si los dejamos ir o no¡±. ¡°?Cu¨¢l fue la sorpresa? Que no nos dejaron ir¡±, agrega.
En 2013 fue absuelto, despu¨¦s de que las autoridades no pudieron comprobar ninguno de los cargos. ¡°Siento que me robaron seis a?os de vida (¡) todo mundo se fue de espaldas cuando sal¨ª, todos pensaban que me iba a quedar para siempre¡±, confiesa con una mezcla de orgullo y de tristeza. Pero la mancha a su nombre sigui¨® ah¨ª: sus viejos amigos de la universidad no quer¨ªan tener nada que ver con ¨¦l y cuando sal¨ªa de una entrevista de trabajo o encontraba un nuevo cliente surg¨ªan dudas sobre su relaci¨®n con el empresario chino, lo que lo orill¨® a trabajar como un litigante independiente. ¡°Frecuento lugares y me dicen de broma ¡®me saludas a Zhenli Ye Gon¡±, admite con iron¨ªa.
Y es que todo est¨¢ en Internet. Raymundo fue acusado de delincuencia organizada con la finalidad de cometer delitos contra la salud, consta en un bolet¨ªn de la PGR, que puede consultarse al teclear su nombre en un buscador web. A un par de clicks m¨¢s aparecen m¨¢s p¨¢ginas: ¡°Formal prisi¨®n a la banda de los 207 millones de d¨®lares¡±, ¡°Absuelven a socio de Ye Gon¡±, ¡°El dinero sal¨ªa a golpes y no sab¨ªamos como acomodarlo¡±. Solo un art¨ªculo dentro de las primeras 10 p¨¢ginas de resultados de b¨²squeda hace referencia a su exoneraci¨®n. ¡°Ayudar¨ªa que todo lo que se dijo de m¨ª desapareciera, pero a veces creo que no vale la pena porque no obtienes nada... M¨¦xico seguir¨¢ siendo una sociedad muy prejuiciosa¡±, argumenta Raymundo.
Once a?os despu¨¦s del destape del decomiso y la explosi¨®n del caso, Ye Gon sigue esperando sentencia tras ser extraditado de Estados Unidos en octubre de 2016. Su supuesto brazo derecho, Juan Jos¨¦ Escand¨®n, fue absuelto en 2017 de una condena de 20 a?os. El cu?ado y el concu?o del empresario fueron liberados en 2012. El exfiscal de la Seido fue condenado en 2014 a cuatro a?os de c¨¢rcel por un cateo ilegal al cartel de La Familia Michoacana. El extitular de la PGR Eduardo Medina Mora fue nombrado ministro de la Suprema Corte en 2015. Raymundo ha desistido de exigir una compensaci¨®n por los a?os que pas¨® en el Altiplano y prefiere, en cambio, continuar con su vida. ¡°S¨¦ que me han da?ado, pero no hay dinero que te regrese seis a?os¡±, dice en uno de los centros culturales de la comunidad china en M¨¦xico, de donde proviene la mayor¨ªa de sus clientes. "Lo ¨²nico que te queda es abrir los ojos, darte cuenta de que eres libre y seguir adelante", concluye.
El derecho al olvido, una pugna entre la privacidad y la libertad de expresi¨®n
El caso de Eric Raymundo hace referencia a otro debate, a si tenemos el derecho a borrar lo que se ha dicho, escrito y publicado sobre nosotros. El llamado ¡°derecho al olvido¡± es un asunto pol¨¦mico en M¨¦xico y en el mundo porque hace referencia a un conflicto que se libra en los l¨ªmites de la libertad de expresi¨®n y de la defensa a la privacidad en la red.
¡°Cuando t¨² alegas que un inocente puede controlar lo que se dijo de ¨¦l, tambi¨¦n abres la puerta a que lo haga el ladr¨®n y el corrupto, y eso causa conflicto en un sistema como el mexicano, en el que se tienen tantas dudas sobre la procuraci¨®n de justicia¡±, expone Mucio Hern¨¢ndez, comisionado del Instituto de Acceso a la Informaci¨®n P¨²blica y Protecci¨®n de Datos Personales de la Ciudad de M¨¦xico (InfoDF). Otro de los puntos delicados es la relevancia de esa informaci¨®n y qui¨¦n determina que sea de inter¨¦s p¨²blico o no. ¡°Uno de los peligros es que se intente controlar lo que se dice y lo que no, cuando puede ser algo completamente subjetivo¡±, apunta Luis Fernando Garc¨ªa, director de la Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D).
Ambos defienden posiciones diametralmente opuestas. Hern¨¢ndez considera que lo m¨¢s importante es proteger el derecho a la privacidad de las personas y que la protecci¨®n debe ser m¨¢s alta entre menos conocida sea una persona, aunque se raye en la censura. Garc¨ªa opina que debe divulgarse la informaci¨®n si es de inter¨¦s p¨²blico, aunque pueda tener consecuencias negativas para los involucrados.
A Hern¨¢ndez le preocupa que las grandes corporaciones aprovechen la falta de regulaci¨®n de la ley, que est¨¢ completamente rebasada, para seguir haciendo uso comercial de los datos personales. A Garc¨ªa le inquieta la proliferaci¨®n de un mercado que ya existe y ofrece ¡°borrar el pasado¡± de las personas en Internet a cambio de, en algunos casos, cientos de miles de d¨®lares. En lo que ambos coinciden es que el asunto es tan delicado que se debe revisar caso por caso. Hay otras alternativas como la reparaci¨®n del da?o moral, las rectificaciones y el derecho de r¨¦plica.
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