Libros para aliviar las penas dentro de una c¨¢rcel bogotana

Hay que tener suerte para encontrar un libro disponible de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez o del bogotano Mario Mendoza. Los reclusos de la C¨¢rcel Distrital hacen fila para tener en sus manos alg¨²n t¨ªtulo de estos escritores. En un pa¨ªs con un sistema carcelario en crisis, con un hacinamiento superior al 48% en todo el pa¨ªs, lo de este centro de reclusi¨®n es un logro. No hay sobrecupo, desde hace cuatro a?os no se registra un mot¨ªn y la idea de convertir una bodega en una biblioteca empieza a dar resultados, dice Sonia Pe?¨®n, directora de la C¨¢rcel Distrital.

En el 2017, varios reclusos terminaron la secundaria y otros aprendieron a leer. Con la orientaci¨®n de la red que agrupa a las bibliotecas de la ciudad en pocos meses lograron reunir m¨¢s de siete mil libros y hacer tertulias con escritores colombianos. Los detenidos que restauran y clasifican los t¨ªtulos en la biblioteca reciben d¨ªas de rebaja en sus condenas, ¡°es una forma de aliviar sus penas¡±, asegura Pe?¨®n. Los reclusos dicen que leer y trabajar en la biblioteca les ha ayudado a pasar mejor el tiempo. ¡°Los d¨ªas se hac¨ªan eternos. Ahora estamos entretenidos y no caminando de un lado para otro maquinando cosas¡±, afirma Nicol¨¢s, que apenas empieza a cumplir una condena de 20 a?os por delitos sexuales.

Seg¨²n datos citados por el Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja, en 2019 habr¨¢ 200.000 personas en las prisiones del pa¨ªs. En la actualidad son 116.788 y se registra una sobrepoblaci¨®n de 38.098. En la c¨¢rcel distrital hay 909 internos, la mayor¨ªa no ha sido declarados culpables. Con su pol¨ªtica de resocializaci¨®n a trav¨¦s de la lectura este centro penitenciario compite por ser el primero en Suram¨¦rica acreditado por la Asociaci¨®n Americana de Correccionales por sus pr¨¢cticas.